lunes, 2 de septiembre de 2013

Razones de los jóvenes para tomar la calle

César Alan Ruiz Galicia
Publicado: 31/08/2013 15:14

Hace unos días, me preguntaron en ánimo de provocación si ésta generación joven será la que pierda el petróleo. Contesté cualquier cosa, pero la verdad es que ese día no pude dormir bien. Ni los que siguieron.
Temo que habrá muchas personas que frente a este atraco a la Nación no moverán un solo dedo. Se puede argumentar que no tienen la información suficiente para modelar una idea precisa de lo que está en juego; hay que inferir también que se han dejado guiar por las verdades a medias y las mentiras completas que difunde el duopolio para impulsar las reformas. En primera instancia me preocupa la apatía que existe en amplias franjas de la población, pero hay que aceptar que usualmente es una premisa de trabajo en la resistencia.
Sin embargo, durante los últimos meses he sentido en el ambiente cierta desmoralización y pesimismo por parte de los jóvenes que lucharon intensamente desde el año pasado. Eso se explica en parte porque el camino ha sido duro y lo ganado es modesto en relación a las expectativas. Además, es notable que mucho se han resentido los estragos de esa vocación para la crítica vitriólica que se ejerce desmesuradamente por parte de propios y extraños, confundiendo la necesidad de evaluaciones objetivas con una actitud que raya en el Trastorno Negativista. A pesar de todo, confío en que la mayor parte estaremos codo a codo inundando las calles durante las próximas semanas.
Hay un tercer grupo de jóvenes, compuesto por quienes justifican su inmovilidad en que no existe una organización perfecta para ellos: no quieren salir a marchar con #Yo Soy 132, ni con los maestros, ni con el MPJD, ni con AMLO o con el EZLN. El sectarismo ha existido desde siempre y me parece la conducta más reprochable en momentos de crisis, donde un mal mayor se cierne sobre nosotros.
Como es conocido, ellos tienen sus argumentos y prefieren “pensar correctamente” a realizar una acción correcta. Yo creo que es preferible salir a las calles para hacer lo justo aún por las razones equivocadas, que permanecer en casa y sin hacer nada por las razones “correctas”. Y es que mirando hacia atrás podemos cambiar nuestra opinión, pero no cambiaremos jamás lo que hemos hecho o dejado de hacer.
Para todos los jóvenes, pero especialmente para los indecisos, los desilusionados y los que hoy guardan recelos a la movilización, las siguientes razones para salir a las calles.
1.- La Reforma Energética es la madre de todas las batallas. Detener la propuesta priísta es el paso necesario en una estrategia de resistencia al régimen, pues en caso de aprobarse, nada frenará el aumento del IVA para alimentos y medicinas o la privatización de la Universidad Pública, bajo los mismos argumentos de lógica neoliberal que hoy se utilizan para saquear los recursos energéticos.
2.- Los jóvenes en Brasil, España, Grecia y México hemos denunciado que existen poderes mas allá de cualquier pacto social que deciden sobre nuestra vida, sin que las personas comunes podamos hacer nada al respecto: la FIFA, la Unión Europea, el FMI o las Trasnacionales (con el último triunfo del Dragon Mart Cancún) toman decisiones fundamentales por encima de nuestros intereses, y cuando no compran a nuestros funcionarios, retan abiertamente a los poderes constituidos. Hay que poner frenos a esas fuerzas con la movilización masiva.
3.- La defensa de los recursos naturales es una tarea permanente en América Latina, donde el capitalismo ejercita la acumulación por despojo. En México se repite crónicamente ese fenómeno, de suerte que las transnacionales violentan a los pueblos para apropiarse de aquello que les pertenece: Atenco, Wirikuta, Huexca y Temacapulin son ejemplos que aluden a los intentos para la depredación de los recursos -incluida la propiedad de la tierra- que no beneficia sino a las grandes empresas.
4.- Hay que dar paso a la organización del poder social mediante la lucha política. Una verdad terrible es que en México está mejor organizado y cohesionado el sector empresarial que el sector popular. ¿Parece exagerado? Basta abrir la página del Consejo Coordinador Empresarial y leer en la pestaña “Acerca del CCE” para percatarnos de que la afirmación no es excesiva. O nadamos juntos, o nos ahogamos cada uno por su lado.
5.- Hay que luchar en el presente para defender nuestro futuro. En tiempos de crisis se abre siempre una zona de belicosidad en que se enfrentan las fuerzas más progresistas con las más conservadoras: ya escuchamos al coro mediático sugiriendo la represión para los maestros y saludando a las reformas como “valientes” o “audaces”, mientras crece y se compacta la ola de mujeres y hombres que inundan las calles para defender lo que nos resta. Es necesario no rendirse ahora, porque el espacio que se agencia la lucha de hoy es el mismo que dará cobijo a los derechos ganados de mañana.

6.- Porque sin recursos energéticos...¿cómo iluminaremos tanta oscuridad?

Este artículo también se puede consultar en:
http://www.revistahashtag.com/vinculacion

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