domingo, 18 de agosto de 2013

Felices los gringos con nuestro petróleo

Este cambio sísmico no es aprobado por la opinión pública, advierten analistas
Con optimismo reciben en EU histórico plan de abrir la puerta del petróleo
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 18 de agosto de 2013, p. 4
Nueva York, 17 de agosto.
Empresarios petroleros, el sector financiero y analistas económicos y políticos en Estados Unidos dieron una entusiasta bienvenida a la propuesta de reforma energética en México a lo largo de esta semana, incluso algunos resaltaron el histórico paso de abrir la puerta del petróleo a intereses privados después de 75 años.
A la vez, analistas advierten que aún hay obstáculos políticos a la reforma, expresados tanto por una opinión pública mayoritariamente en contra de la inversión privada en el sector petrolero, como el potencial de movilizaciones de oposición en las calles encabezadas por Andrés Manuel López Obrador.
Casi todas las principales empresas petroleras estadunidenses y algunas otras trasnacionales guardaron silencio en público esta semana sobre la reforma presentada en México. ExxonMobil y Shell rehusaron comentar sobre el asunto.
Sin embargo, Chevron dio la bienvenida a cualquier decisión del gobierno y el pueblo de México de ofrecer nuevas oportunidades para inversiones. El vocero de la empresa, Kurt Glaubitz, comentó a medios que la reforma es una buena señal para nosotros y las otras empresas petroleras internacionales de que la puerta se está abriendo. Agregó que la empresa estácomplacida y optimista con el plan presentado por el presidente Peña Nieto.
Esta empresa ha descubierto enormes yacimientos de petróleo en el Golfo de México en una región geológica que se extiende debajo de aguas mexicanas.
Chevron antes se llamaba Standard Oil of California y era una de las principales empresas petroleras en México antes de la nacionalización del sector en 1938.
Enorme potencial
Royal Dutch Shell recordó que hace poco sus ejecutivos (como Marvin Odum, director de Upstream Americas de la empresa) habían resaltado elenorme potencial de México y lafuerte y creciente relación de Shell con Petróleos Mexicanos (Pemex). La Mexican Eagle Company, entonces una subsidiaria de Shell, controlaba 60 por ciento de la producción petrolera de México antes de 1938.
Exxon Mobil también ha indicado en tiempos recientes su interés por participar en México. Pero por ahora rehusaron, junto con otras, comentar sobre la propuesta presentada esta semana.
El año pasado, el ejecutivo en jefe de Exxon, la petrolera más grande de Estados Unidos, declaró que estamos esperanzados en que México, al continuar su paso hacia reformas alrededor de Pemex abrirá oportunidades para nuevas asociaciones y colaboraciones, y llevará a que la tecnología aborde los enormes recursos que ese país tiene.
Aunque algunos expertos de la rama indicaron que la propuesta podría ser demasiado cautelosa para atraer suficiente interés de las empresas petroleras, otros eran más optimistas. Fred Lawrence, vicepresidente de asuntos internacionales de la Asociación Independiente de Petróleo de América, consideró que está muy interesante; será mucho mejor de lo que había ahí antes para una empresa de exploración y producción, en declaraciones a Reuters.
Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, calificó la presentación de la reforma como uncambio sísmico para México, agregando que es un giro fundamental en términos de la opinión política mexicana hacia el sector de hidrocarburos y permitirá por primera vez que empresas internacionales inviertan directamente en el sector de petróleo y gas de México, así como en generación de electricidad.
Farnsworth subrayó que México enfrenta una situación competitiva y para atraer recursos “va a tener que abrirse lo suficiente para que al fin del día las empresas digan ‘esta es una alternativa arriesgada, pero las posibilidades son tan suficientemente grandes que podemos tomar ese riesgo’”.
Por su parte, The Economistaconseja que frente a la oposición tanto en círculos políticos como en las calles, Peña Nieto deberá explicar por qué esta iniciativa será diferente a las privatizaciones de los 90, en las cuales la falta de transparencia dejó mal sabor de boca en la gente. Dado el declive en la producción petrolera de México, las propuestas de Peña indudablemente son un paso en la dirección correcta. Pero entre más abierta sea la discusión sobre ellas, mejor.
Forbes, en una opinión editorial, recordó que las empresas petroleras estadunidenses han esperado décadas para la oportunidad de incrementar la producción mexicana de petróleo y que esta propuesta también es parte de los planteamientos de independencia energética de América del Norte.
Advierte que el orgullo nacionalista podría detener una vez más la reforma, como en intentos anteriores, aunque esta vez quizás con mayor consenso político y más preocupación por lasconsecuencias económicas de inacción. Concluye que nacionalizar la industria petrolera creó la independencia económica de México. Ahora, su futuro económico podría depender de revertir 75 años de orgullo, políticas e inercia.
Reacciones de la oposición
Aunque casi todos los expertos aquí consideran muy buenas las perspectivas para la eventual aprobación de la reforma por la configuración política en México, advierten que aún no se ha ganado la opinión pública, citando un par de sondeos recientes, y que no se pueden descartar las expresiones de oposición.
De hecho, algunos aconsejan al gobierno de Peña Nieto no proceder demasiado rápido antes de contar con mayor aprobación pública. No puede ser percibido como que está entregando las joyas de la corona del país. Por ahora, uno tiene que dejar que el público digiera esto, comentó Ford Tanner, analista sobre América Latina en PFC Energy, al Financial Times.
Una amenaza más grande [que la de los políticos en los pasillos del poder] podría provenir de las calles, advierteThe Economist. Un ejército de nacionalistas del ala izquierda leales a Andrés Manuel López Obrador planea realizar protestas en la ciudad de México en las próximas semanas. Aunque el señor López Obrador ya no pertenece a un gran partido político, el petróleo podría ofrecerle una plataforma política poderosa desde donde crear estragos.
Aun antes del anuncio público de la propuesta de reforma, los analistas indicaban que podría haber sectores y figuras de la izquierda –entre ellos López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas– que podrían provocar dificultades para que ésta prospere.
López Obrador ha advertido que sacará a sus simpatizantes para protestar por cualquier apertura del sector energético a la inversión privada y las perspectivas de turbulencia provocan preocupación en México, escribió Diana Villiers Negroponte, analista e investigadora en el Brookings Institution (y esposa de John Negroponte, ex embajador de Estados Unidos en México y ex director de Inteligencia Nacional). Se pregunta si esta reforma podría ser el bronco que desestabiliza el delicado equilibrio entre partidos de la izquierda, el centro y centroderecha.
Agrega que el presidente desea hacer todo lo posible para evitar disturbios amplios y una situación política convulsiva que podrían espantar a los mismos inversionistas que el PRI busca atraer. Concluye que debemos anticipar que el bronco (referencia a un caballo no domado) de los alineados con López Obrador pateará, pero no por mucho tiempo, y pronostica que con el apoyo de otras fuerzas políticas Peña Nieto logrará enmendar la Constitución ydespués, lentamente, los mexicanos se acostumbrarán a más de una empresa de energía entregando servicios, incluyendo tal vez nuevas gasolineras frente a las de Pemex. Peña Nieto debería mantenerse firme mientras los ciudadanos expresan sus opiniones y de manera gradual acepten la nueva realidad.

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