miércoles, 10 de julio de 2013

El mundo es una aldea que se rebela / Tuiteando en la madrugada

Veg de la Noche

10 de Julio de 2013 a la(s) 4:03
Para @b_bonmati y @FraykinJavier, tuiteros de nuestro bando

Tuiteando en la ma drugada me encontré un mensaje retuiteado que decía: “¿Qué más hace falta para que exijamos la dimisión inmediata del Gobierno y la convocatoria urgente de elecciones”. Aunque me llamó la atención que la palabra “Gobierno” estuviera escrita con ge mayúscula y, sin reparar mayormente en que apostara a las tan desprestigiadas elecciones, respondí: “Unos tres, cuatro o cinco millones de personas exigiendo la dimisión inmediata del gobierno… Saludos”. Minutos después, me di cuenta que tanto el mensaje original como el retuit, correspondían a tuiteros españoles. Para ellos, iniciaba la jornada diaria; para mí, estaba a punto de terminar. Allá, el día apenas comenzaba; acá, la noche transcurría plena.

Eso pasa por tuitear a deshoras, claro. Y por interactuar en esta aldea global híper-conectada, que por aquí y por allá se esfuerza en liberarse de las oligarquías locales, que cada vez con mayor entusiasmo sirven a un poder omnímodo, egoísta y cruel. Este meta-poder, instaurado como un dios todopoderoso, inventó e impuso la patraña de que el Estado de bienestar era anacrónico, que lo de hoy era privilegiar el desarrollo del capital privado y que a medida que éste prosperara, sus beneficios se filtrarían a todos los estratos sociales. En realidad, lo que ocurrió fue que la usura se transformó en forma de control universal de naciones e individuos. Derechos básicos como la educación, la salud, el trabajo bien remunerado, el esparcimiento y hasta el de la alimentación necesaria, fueron desdibujándose en todo el planeta.

Por insostenible, la situación se ha tornado crítica para millones de seres humanos. Y debería serlo también para la estabilidad de muchos de países, pero sus gobiernos, conformados por la oligarquía local y/o mequetrefes que están a su servicio, recurren a lo que sea para contener el reclamo social por una existencia digna, en la que la felicidad sea no un sueño inalcanzable, sino una realidad posible.
Ahora, enfrentados a los tradicionales medios masivos de comunicación, a la indiferencia de quienes ejercen el poder, que a veces es el presagio de la represión, grandes masas de mujeres y de hombres gritan ¡basta! en diferentes idiomas. Su indignación apunta contra todo lo que conforma el sistema de opresión, incluidos los partidos políticos.

En México, la vida transcurre al filo de precipicio, las elecciones fraudulentas se han convertido en parte del folclor, no hay crecimiento económico ni trabajo suficiente ni sitio en las escuelas para todos los que quieren estudiar, tampoco acceso a satisfactores tan elementales como la alimentación… Por si fuera poco, la violencia campea a diestra y siniestra. Lo peor de la clase política continúa encumbrada en el poder y desde ahí administra la entrega de nuestros bienes patrimoniales. Primordialmente, el petróleo, nuestro petróleo, está en su mira.

Falta ver que opina el pueblo y si esta opinión se deja sentir multitudinariamente para oponerse a un despojo más. Desde Morena y desde posiciones que repudian cualquier organización con tintes electorales, la voluntad invicta de miles, cientos de miles o millones de seres de la resistencia civil está decidida a oponerse a la entrega del petróleo. Pero falta que se sumen muchos millones más o, nuevamente, nos van a pasar por encima.

@Vegdelanoche

Nota editorial leída en #LosAtractivosDeLaNoche, programa de radioamlo.org 


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