martes, 12 de marzo de 2013

@JorgeRohe es un vulgar ladrón


Revelan extorsiones en la Delegación Benito Juárez; Jorge Romero lo supo y no hizo nada, aseguran

Francisco Ortiz... - Dom, 03/10/2013 - 19:01
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Un exfuncionario de la Delegación Benito Juárez y exconsejero regional del PAN, denuncia una serie de corruptelas y extorsiones en la dependencia, de las cuales informó reiteradamente al actual delegado Jorge Romero Herrera, su amigo entonces. “Y no hizo nada para frenarlas”, acusa. Aquí presentamos el texto íntegro, publicado en la edición impresa de Libre en el Sur correspondiente al mes de marzo.
Francisco Ortiz Pinchetti / Especial
Prácticas generalizadas de corrupción en la Delegación Benito Juárez, como la extorsión y la venta ilegal de servicios, fueron denunciadas de manera reiterada ante el actual jefe delegacional Jorge Romero Herrera desde que era director general de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales, pero no movió un dedo para frenarlas. “Al menos en cinco ocasiones estuve en su oficina para informarle a detalle lo que estaba pasando tan solo en la dirección general de Prevención del Delito y Protección Civil, encabezada entonces y ahora por Ángel Luna Pacheco, donde yo trabajaba”, revela en entrevista Héctor Daniel Delgado Becerril exconsejero regional del PAN en el DF y exfuncionario de la DBJ. “Le dije que se estaban llevando cerca de un millón de pesos al mes, a través de extorsiones, renta de ambulancias, venta de Programas de Protección Civil, extorsión de franeleros y otras prácticas. Le insistí en que el partido iba a pagar las consecuencias. Todo mundo sabía que él era el poder tras el trono: fue él quien puso a Mario Palacios Acosta en la jefatura. No hizo nada. Sólo me dijo ‘yo ya le dije a Ángel (Luna Pacheco) que le baje, que traten de ser más discretos y menos ostentosos, pero son órdenes de Mario (Palacios) y yo no puedo hacer nada’, me dijo, textual... Y al llegar a la jefatura delegacional, ratificó a Luna Pacheco en el cargo”.
Delgado Becerril se inició como militante en el Partido Acción Nacional en 2002. En diciembre pasado, decidió como otros miles de panistas no refrendar su militancia. “Acabé más que decepcionado, asqueado de lo que pasa ahí dentro”, dice ahora. “Lo que yo pude constatar fue una parte menor. Benito Juárez es el gran botín de esos supuestos panistas y la dirección general Jurídica su mayor negocio, el grande: construcciones, ambulantes, establecimientos mercantiles”. En octubre de 2009, gracias a su amistad de varios años con Jorge Romero Herrera entró como jefe de la Unidad Departamental de Campañas en Prevención del Delito, adscrito a la dirección general de Prevención del Delito y Protección Civil de la DBJ. Ahí estuvo hasta el 31 de mayo de 2011, cuando renunció para irse a trabajar con Demetrio Sodi en la delegación Miguel Hidalgo. “Poco después de mi ingreso a Benito Juárez empecé a percatarme de las prácticas de corrupción, que cada día eran más evidentes. En su momento se lo hice saber a Jorge, pero de nada sirvió”.
Cuenta el expanista que entre las irregularidades que le tocó constatar está la renta de ambulancias. La Delegación tiene entre cinco y siete unidades, pero se las “renta” a los operadores. “En ese entonces la cuota era de dos mil pesos semanales por operador y por turno. Esto significa más de 36 mil pesos semanales. El encargado de recibir el dinero era Alfredo González Barrada, subdirector de Prevención del Delito. Los operadores, a su vez, usan las ambulancias para realizar traslados particulares y para llevar heridos o enfermos a hospitales privados, como la Clínica Narvarte, que les dan una comisión por cada cliente”.
Delgado Becerril advierte vehemente que de lo que pueda ocurrirle a él o a su familia a raíz de sus denuncias a través de Libre en el Sur responsabiliza al propio Jorge Romero Herrera y a sus allegados, entre ellos el diputado local Santiago Taboada, el director de Prevención del Delito de la DBJ, Ángel Luna Pacheco; el secretario particular del propio Romero y dirigente del PAN en Benito Juárez, Luis Mendoza Acevedo, y el exsubdirector de la misma dependencia, Alfredo González Barradas.
Durante la entrevista con Libre en el Sur cuenta que otro “negocio” es la venta de Programas Internos de Protección Civil, que los establecimientos mercantiles están obligados a presentar ante la DBJ para obtener su visto bueno. “Pero ese visto bueno lo cobran extraoficialmente, hasta el año pasado, a un promedio de entre dos mil y tres mil pesos; claro, como depende del tamaño del establecimiento, la cuota puede superar los 30 mil pesos o más en negocios grandes, como los casinos”, relata.
Y uno más se realiza a través de los llamados Platas, un cuerpo integrado por entre ocho y diez elementos contratados por honorarios que son los encargados del retiro de obstáculos en la vía pública –huacales, cubetas, varillas, etcétera—y la remisión de franeleros…. a los que por supuesto extorsionan. Pero, además, son utilizados para amedrentar y esquilmar a vecinos que realizan alguna mejora en su casa, como por ejemplo el remozamiento de la fachada. Los Platas llegan y les colocan cintas amarillas de protección civil, que no tienen ninguna validez oficial, para hacerles creer que su propiedad queda clausurada. Y luego los canalizan con el jefe, que se encarga de sacarles no menos de 15 mil pesos por un documento con el cual, les dicen, ya nadie va a molestarte. El encargado de los Platas es Rodolfo Leppe Pérez, JUD de Sistemas de Prevención y Atención a Emergencias de la misma dirección general de Prevención del Delito y Protección Civil… que también fue ratificado en su cargo”.
Al propio Delgado Becerril le tocó ser víctima de la corrupción. Relata que en una ocasión su padre, Héctor Javier Delgado López, tuvo síntomas de un padecimiento cardiaco, por lo cual solicitó una ambulancia a la DBJ para trasladarlo a algún hospital. “Nos negaron el servicio e hicieron que mi padre firmara una responsiva en la que supuestamente exoneraba a la Delegación aduciendo que por su propia voluntad decidía trasladarse de manera particular. Yo exploté, por supuesto”.
Todo esto lo supo Jorge Romero Herrera, cuya pretensión, por él manifestada, es ser jefe de Gobierno del DF dentro de seis años... “En su plan está que el PAN gane la delegación Iztapalapa, para de ahí ganar en la capital”, dice el denunciante. “Y para eso, decía, se necesita mucho dinero. Suele presumir que él sí sabe para qué es el dinero: es para ganar”. Lo describe como “una persona déspota, irascible, capaz de estallar inesperadamente e insultar a sus propios colaboradores y propenso inclusive a golpear sobre la mesa”.

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