viernes, 4 de mayo de 2012

Ernest Ruffo, “el Juanito binacional”

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Jaime Martínez Veloz
¿Se puede que una misma persona con tres actas de nacimiento diferentes, dos nacionalidades y cuatro nombres distintos sea reconocido como gobernador y ahora sea candidato a senador? No, en ningún país se puede hacer esto, salvo que ese país se llame México. La transición traía acta de nacimiento falsa.
En un caso similar, Juanito el de Iztapalapa o Rafael Acosta Álvarez tenía dos actas de nacimiento. Una es de 1960 y otra apócrifa, donde se decía que había nacido en 1958. Esta fue la razón básica para obligarlo a renunciar al cargo de delegado de Iztapalapa que había obtenido en condiciones de excepción en las elecciones de 2009. En caso de no haberlo hecho se le advirtió de la aplicación del artículo 339 del Código Penal Federal para el DF, el cual señala que al que falsifique o altere un documento público se le impondrá una pena de 3 a 6 años de prisión. De esta manera, Rafael Acosta o Juanito, más a fuerza que de ganas, tuvo que dejar el cargo con el que ya empezaba a encariñarse.
Siendo éste un caso de escándalo, palidece frente al caso del ex gobernador de Baja California, el panista Ruffo Appel, el cual tiene tres actas de nacimiento con tres nombres diferentes, dos nacionalidades y un nombre en la credencial de elector que no coincide con ninguno de los que aparecen en las tres distintas actas de nacimiento.
La primera acta de nacimiento, de fecha 30 de junio de 1952, fue expedida en la ciudad de San Diego, California, donde se indica que Ernest Ruffo, Jr nació el 25 de junio de 1952.
La segunda acta de nacimiento fue tramitada en el municipio de Ensenada, donde se especifica que el niño Ernesto Guillermo Ruffo Appel nació en Ensenada el 25 de junio de 1952.
La tercera acta de nacimiento fue tramitada en el municipio de Tijuana el 16 de junio de 1986, donde se registra a Ernest Ruffo Appel con la misma fecha de nacimiento de las dos anteriores.
En la lista de candidaturas a senadores por el principio de mayoría relativa, publicada por el IFE y actualizada al 3 de mayo del presente año, aparece registrado como candidato propietario el ciudadano Ernesto Ruffo Appel, nacido el mismo día que se especifica en las tres actas de nacimiento.
Si esto fuera poco, los tres hijos de Ruffo fueron registrados con el acta falsa emitida en Ensenada, donde el ciudadano mexicano Ernesto Guillermo Ruffo Appel registró el 4 de mayo de 1977, el 6 de junio de 1979 y el 23 de enero de 1982. ¿Y los hijos qué culpa tienen?
En el año de 1996 se inscribió como candidato a presidente municipal con el acta de nacimiento falsa que le habían expedido en Ensenada, por lo cual cuando faltaba menos de un mes tramitó en el municipio de Tijuana, mediante artilugios desconocidos hasta ahora (avalados por el gobierno federal), el acta donde aparece con el nombre de Ernest Ruffo Appel y días después, el 20 de junio de 1986, la Secretaría de Relaciones Exteriores le expidió el certificado de nacionalidad mexicana número 2946, cuando Ruffo tenía 34 años y no cumplía con los requisitos para ser candidato a alcalde ni a gobernador del estado.
La Constitución de Baja California establecía que para dichos cargos se requería ser ciudadano mexicano por nacimiento e hijo de madre o padre mexicanos. Aquellos ciudadanos candidatos a gobernador del estado cuyo nacimiento haya ocurrido en el extranjero deberán acreditar su nacionalidad mexicana invariablemente, con certificado que expida en su caso la Secretaría de Relaciones Exteriores, fechado con anterioridad al periodo que se exige de residencia efectiva para ser electo. En aquellos tiempos se establecía como requisito para este cargo 20 años; hoy se ha reducido a 15. Pero era evidente que ni yendo a bailar a Chalma Ernest Ruffo hubiera cumplido con este requisito constitucional.
Ante las elecciones para gobernador del estado, en el año de 1989, sin cumplir dichos requisitos, Ruffo Appel se inscribió como candidato para ocupar dicho puesto. El gobierno interino de Baja California, a través del subsecretario A de la Secretaría General de Gobierno, Óscar Valenzuela Ávila, concluyó que la situación de Ruffo Appel era ilegal, pero concluyó que políticamente sería un error no admitirle el registro como candidato. Obvio decir que una vez Ruffo ya como gobernador, compensó a Valenzuela Ávila con la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. ¿Qué tal?
El reconocimiento de Ruffo Appel como gobernante no implicaba la modificación sustancial del pacto social, sino sólo era un relevo, donde se ponía en manos de una persona que había hecho de la violación a la ley una norma de vida. Los resultados están a la vista: Baja California, según la PGR, es el estado en el país con mayor índice delictivo.
Sin embargo, en 2012 hay un México con mayor acceso a la información, con mayores niveles de comunicación y, aunque los grupos de poder han modificado sus formas de control y sometimiento, también hay espacios logrados por el empuje social, el avance tecnológico y nuevas instituciones surgidas del reclamo ciudadano. Por ello el IFE, el TEPJF y la Fepade deberán analizar estos hechos y dar una respuesta satisfactoria a lo que aquí se relata, sustentado en documentos originales debidamente certificados, donde puntualmente se describen las violaciones a la Constitución, a la Ley Electoral y al Código Penal Federal en las que ha incurrido el ciudadano estadunidense Ernest Ruffo Appel, el cual, dicho sea de paso, salió peor que Juanito el de Iztapalapa.
PD: El próximo mes será el cumple de Ruffo, ¡Felicidades!

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