jueves, 5 de abril de 2012

Astillero.Julio Hernández López

 
Cuatro exámenes
Gym, Marina y EZLN
¿Quiénes no votaron?
No más clínica a SME
 
Foto
VACACIONES. La afluencia de viajeros continúa incrementándose en las terminales de autobuses de la capital, ante el comienzo del asueto por la Semana Santa. La imagen corresponde a la Central Camionera del SurFoto Víctor Camacho
 
De pronto se ha instalado el tema de los exámenes en la agenda mediática de los candidatos. A Vázquez Mota le piden que muestre los estudios de salud que avalen que está sana y puede sostener el ritmo de la campaña y el eventual ejercicio presidencial. Ella, a su vez, demanda a Peña Nieto que se someta a valoraciones relacionadas con la veracidad y la toxicidad, a lo que el mexiquense se muestra dispuesto pero condicionando su respuesta positiva a que lo poligráfico y lo toxicológico sea revisado en los cuatro aspirantes y que los análisis sean realizados por la UNAM y no por instancias privadas. López Obrador, a quien se adjudicaban males y cansancio (hasta de diabetes se llegó a hablar), propone a su vez que todos se sometan al escrutinio de sus riquezas personales y la fuente de ellas. Y el menos competitivo de los cuatro, el sintomáticamente apellidado Quadri, apela a otra forma de exploración, la de la inteligencia y la preparación, al plantear que los debates entre candidatos se realicen sin ayudas de ningún tipo, ni apuntadores ni asesorías, todo a la pura capacidad personal.
Sería altamente positivo que avanzaran las cuatro propuestas, pues permitirían al ciudadano calificar de manera natural las principales características de los aspirantes a gobernar el país: salud en términos médicos, distancia respecto a sustancias enervantes y mendacidad, fortuna personal y su origen, y capacidad intelectual.
Pero, mientras con mil pretextos los equipos operativos de cada candidato logran desvanecer la posibilidad de contar con esos cuatro expedientes básicos, las necesidades inmediatas de la gran carpa electoral obligan a los actores a improvisar y patinar. Vázquez Mota, por ejemplo, se arriesga a aparecer en un gimnasio norteño como si fuera entusiasta y asidua practicante de rutinas de fuerza con mancuernas y barras (en Twitter, @victormaisson propuso hablar del #JosefitnessVazquezGym), para tratar de disolver la imagen de debilidad enfermiza que había ofrecido un mareado día atrás. Peña Nieto se asoma a Veracruz para hacer profesión de fe en el belicismo calderonista contra el narcotráfico, ofreciendo sostener el control de la Marina sobre la entidad el tiempo que sea necesario (para no desilusionar a los coleccionistas de sus pifias, EPN llamó al filofranquista Javier Duarte como gobernador del estado de México). López Obrador llega a territorio zapatista acompañado de la Nena Orantes, priísta clásica que recién dejó teóricamente su partido de origen para convertirse en virtual candidata de izquierda a la gubernatura de Chiapas y tiende su mano franca, que ya se va convirtiendo en una referencia clásica, a los rebeldes chiapanecos, en busca de la multipolar reconciliación pejista.
Astillas
Esteban Schmelz observa, respecto a la votación que en el Senado aprobó en días pasados las reformas vaticanas: “de 107 senadores presentes, nos informan que 35 votaron en contra de la retrógrada reforma, mientras que 72 lo hicieron a favor, logrando la requerida mayoría de dos tercios por tan sólo un voto. Hay que señalar que aun de haber estado presentes todos los integrantes de los partidos ‘de izquierda’ no se hubiera llegado a los 35 votos en contra de la reforma; fue necesario contar con algunos votos externos, notoriamente el de la senadora priísta María de los Ángeles Moreno (…) Ahora bien, lo verdaderamente escandaloso de este asunto es que un mínimo de cuatro senadores de los partidos opositores no estuvo presente en la votación, cuando la presencia de tan sólo dos de ellos hubiera bastado para hacer fracasar la reforma al artículo 24. Ya sea que no asistieron –como era su obligación– a la sesión en que se votaba un asunto de semejante trascendencia, o bien, en por lo menos un caso, porque el legislador sí estuvo presente a la hora de la votación relativamente menos importante del artículo 40, pero se esfumó como por arte de magia a la hora de votar por el 24 (emulando, sin duda, el tristemente célebre ‘voto mingitorio’ del panista Paoli Bolio para facilitar la aprobación del Fobaproa) Ante ello, los legisladores en cuestión deben explicar puntualmente su actuación –o más bien, no actuación– no sólo a todos aquellos que buscamos ‘el cambio verdadero’, sino a la opinión pública en general. Que expliquen claramente qué actividad pudo haber sido más importante, ese miércoles 28 de marzo, que cumplir con su obligación de asistir a la sesión del Senado, con lo cual se hubiera evitado la aprobación de una reforma reaccionaria”… El lector Jorge Rodríguez Quezada escribe: Con el pretexto del sismo del pasado 20 de marzo, el edificio de la clínica 26 del IMSS, donde se presta atención médica a los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro desde la década de los setenta, permanece cerrado. En el área donde está ubicada la clínica no hay ningún edificio que presente fallas estructurales. Todo es una maniobra y un pretexto para dejar de prestar el servicio a los trabajadores del único espacio y derecho del que gozan como ex trabajadores de la empresa señalada. En noviembre de 2011 se amenazó con dejar de prestar la atención médica a los trabajadores y sus familiares, con el argumento de la no existencia de la relación laboral entre sindicato y empresa. Gracias a una serie de negociaciones llevadas a cabo, acompañadas de las protestas que el caso requería, fue autorizado otro año en que se proporcionaría la atención médica. Hoy, con el pretexto del sismo y sus efectos sobre el edificio, se ordenó su cierre. A la totalidad de los trabajadores los están mandando a la clínica más cercana a su domicilio. El paso siguiente es dejar de prestar el servicio con el argumento de que no pagan la cuota que el instituto exige por la atención recibida
Y, mientras el arzobispo de Morelia se permite emitir sentencia divina, pues según él no hay culpa alguna en el cuasi angelical Felipe Calderón respecto a las muertes de casi 60 mil personas durante lo que va del sexenio, ¡hasta mañana, con varios sacos de mariguana aparecidos por milagro en la sacristía de iglesia de Puebla!

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