sábado, 11 de febrero de 2012

Dos locutores: uno panista, otro chistoso y burlón


Jesús Martín Mendoza, se esfuerza por ganarse el repudio popular
 Álvaro Cepeda Neri


Los locutores que suponen tener vía libre para abusar por estar frente a un micrófono, por lo general sólo lectores de información, deslizan sus comentarios, amenazan a la audiencia o se hacen los chistosos para burlarse de quienes sufren alguna agresión. No falta el que le echa porras a un candidato ahora que, al burlar las reglas del Instituto Federal Electoral, andan sueltos al simular ser precandidatos y sólo alzan los hombros ante las resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Así es Jesús Martín Mendoza, quien asume actitudes de poseer la verdad absoluta, usurpa funciones policiacas y reta a quien le exprese su opinión. El 2 de febrero pasado, por la noche en Radio-Red, al discriminar a Santiago Creel y a Josefina Vázquez Mota, Mendoza puso un fragmento del discurso de Ernesto Cordero (obviamente su favorito), para decir que el Partido Acción Nacional en sus dos sexenios (faltan meses para completarlos) ha sido la salvación del país.
Expresó que en 1980, había filas (“colas”, dijo) hasta para comprar papel higiénico y quién sabe cuántas barbaridades más; sin aclarar que quienes, entonces y ahora, no pueden comprar productos necesarios son los pobres que de Vicente Fox a Felipe Calderón suman 55 millones en la vil pobreza. Éstos, obviamente, hace años, que no pueden comprar ni los bolillos que dijo el locutor actualmente “hasta se tiran”. Dedicó parte de su noticiero a elogiar la síntesis que hizo Cordero sobre las “bondades” del panismo. Quien, pasando por dizque informar, hace propaganda a favor de su candidato, ya que en esa ocasión muy de pasada se refirió a Vázquez Mota y para nada mencionó a Creel. Que haga eso en su columna periodística es punto y aparte, pero al usar su programa, supuestamente de noticias, se pasó de la raya.
El otro locutor es Oscar Hernández, del programa Foro Cuatro (del canal 4 de Televisa) quien informó que los granaderos arremetían contra padres de familia por un problema en una escuela en el Distrito Federal; una de las madres fue brutalmente empujada por uno de los policías y al caer exclamó “¡me han tirado!”, entonces Hernández casi a carcajadas, repitió dicha frase burlándose. Si es que le gusta que los granaderos arremetan contra las personas, al menos hubiera guardado las apariencias y no saltar su expresión festiva que lo hizo aparecer como un partidario de golpear mujeres.
La cuestión es que esos locutores (y hay más) no guardan la distancia para sus opiniones que disfrazan como parte de la información o de plano hacen mofa de lo que sucede, amparándose en la impunidad de las concesionarias para las que trabajan. El que se pronuncien ideológicamente a favor de alguna iglesia o religión (ahora echan porras por la visita papal con la que Calderón y el Partido Acción Nacional quieren llevar votos a su molino derechista) o a favor de un partido y su posible candidato, equivale al abuso de las libertades de expresión. Mendoza y Hernández han demostrado que tras los micrófonos son capaces de todo y, en el caso de Radio-Red, hasta retan a los radioescuchas que les hacen alguna observación.
*Periodista

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