viernes, 12 de agosto de 2011

Una rola que todo mundo debe escuchar

¿De verdad estamos tan solos...? Efraín Bartolomé


Son las 4:43 de la mañana del día 11 de agosto de 2011.

Hace aproximadamente dos horas un grupo de hombres armados irrumpieron en mi casa ubicada en Conkal 266 (esq. Becal), Col. Torres de Padierna, 14200, México, D. F.
Comenzamos a escuchar golpes violentos como contra una puerta metálica y me extrañó porque se escuchaba demasiado cerca y no hay ninguna puerta así en la casa.
Prendí la luz.
Los golpes arreciaban ahora como contra nuestras puertas de madera.
Quité la tranca que protege la puerta de nuestra recámara y me asomé al pasillo: hacia el comedor veía luces (¿verdosas? ¿azulosas? ¿intermitentes?) acompañando los golpes violentos contra el cristal que da al sur.
Mi mujer me gritó que me metiera.
Así lo hice apresuradamente y alcancé a poner la tranca de nuevo.
Oí cristales rompiéndose y pasos violentos hacia nuestra recámara: rápidos y fuertes.
“¡Abran la puerta!” era el grito que se repetía antes de que empezaran a golpear con violencia mayor nuestra puerta con tranca.
Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá.
Mi mujer está llamando a la policía.
Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nos auxilien.
Yo sigo soplando el silbato con desesperación.
En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de la puerta se quebraba y los hombres entraban.
¿Tres, cuatro, cinco?
Quise cerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo.
Empujé unas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones.
“¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada...!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior.
Quise detener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron.
Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”.
“¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!”
Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes.
Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo.
Me quita el silbato.
−¡No golpee a mi esposo! –grita mi mujer.
−¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! –le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular.
Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar.
Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca.
Quién lo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía.
Aquí...
Justo aquí estos hombres de negro, con pasamontañas, con guantes, con rifles de asalto, con chalecos o chamaras que tienen inscritas las siglas blancas PFP, nos apuntan con sus armas a la cabeza.
Uno de ellos, siempre amenazante, nos interroga.
Dos más permanecen en la puerta.
− ¡Las armas! ¡Dónde están las armas!
− Aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo.
− ¡A qué se dedica!”
−Soy psicoterapeuta y escribo libros.
−¿Desde cuándo vive aquí?
− Desde hace treinta años...
−Cómo se llama.
−Efraín Bartolomé.
−Cuántos años tiene.
−60.
−A qué se dedica.
−Ya se lo dije, señor, soy psicólogo y escribo libros.
−Usted cómo se llama... –se dirige a mi mujer.
−Guadalupe Belmontes de Bartolomé.
−A qué se dedica.
−Soy arqueóloga y ama de casa.
−Cuántos años tiene.
−54.
−Tranquilos. Respiren profundo... Voy a verificar los datos.
El hombre sale.
Oigo ruidos en toda la casa.
Están vaciando cajones, abriendo puertas, pisando fuerte sobre la duela de madera.
Oigo ruidos afuera, en el cuarto de huéspedes, en la torre, en el estudio de abajo.
Nos cambiamos de posición.
Mi mujer pone algo sobre el frío piso de cemento.
Cinco o siete minutos después regresa el hombre y repite su interrogatorio.
Si recibimos gente en la casa, con qué frecuencia, cada cuánto salimos de viaje, quién cuida entonces.
Respondemos a todo brevemente.
Dice nuevamente que va a verificar los datos y que volverá a decirnos porqué están aquí.
El tiempo pasa.
Oímos que abren nuestro carro en el garage.
Voces ininteligibles en el patio del norte.
Más tiempo.
Varios minutos después se oyen motores que se prenden y carros que arrancan.
Mi mujer y yo seguimos en la oscuridad.
Comenzamos a movernos.
Sólo silencio.
Nos incorporamos con cierto temor.
Salimos del baño hacia la recámara iluminada.
Desorden.
Cajones abiertos.
Cosas volcadas en el buró.
La chapa de la puerta en el suelo.
Restos de la tranca destrozada.
La puerta de tambor machacada y rota, pandeada en su parte media.
Salimos al pasillo: un cuadro en el suelo y abiertas las puertas de lo que fueron las recámaras de mis hijos.
Desorden en el interior: maletas y cajas abiertas, cajones vaciados.
Vamos hacia el comedor: uno de los vidrios roto en su ángulo inferior izquierdo, muchos cristales en el piso.
La puerta de la sala está rota de la misma forma en que rompieron la de nuestra recámara: la chapa en el suelo y fragmentos de duela en el piso.
Está abierta la puerta de la torre y prendidas las luces del cuarto de huéspedes.
Salimos por la puerta de la sala y nos asomamos con cierto temor.
Nada.
Mi mujer llama por segunda vez a la policía.
Es en vano: piden los datos una vez más.
Dicen que ya enviaron una unidad.
Llego a la barda y me asomo: no hay carros.
El portón del garage está intacto.
Bajamos las escaleras hasta la puerta de acceso: rota igual que las de adentro.
El estudio de abajo está con las luces prendidas.
De por sí desordenado, ahora lo está más.
Vamos hacia la torre y entramos al cuarto de huéspedes: cajones volcados, revistas en el suelo, cosas sobre la mesa, puertas del clóset colgando, zafadas de su riel inferior.
Subo al tercer piso: una esculturita de alambre volcada pero no se nota demasiado desorden.
Subo a los pisos superiores: no hay daño en la salita de arte.
En el último piso dejaron abierta la puerta a la terraza.
Volvemos al interior: queremos tomar fotos pero no está la cámara de mi mujer que estaba sobre el buró.
“¡Tampoco está la memoria de mi computadora!”, grita.
También se la llevaron
Quiero ver la hora y voy al buró por mi reloj: ha desaparecido mi querido Omega Speedmaster Professional que me acompañó por casi cuarenta años.
Tiene mi nombre grabado en la parte posterior: Efraín Bartolomé.
Oímos que un auto se estaciona y nos asomamos.
Mi mujer llama una vez más a la policía: lo mismo.
Ya tienen los datos pero nunca enviaron apoyo.
Indefensión.
Del auto blanco baja un joven y avanza hacia la esquina.
Se asoma y regresa.
Lo saludo y responde.
Le preguntamos qué pasa y responde que viene en atención a una llamada de su amiga que vive a la vuelta y a cuya casa también se metieron.
Mi mujer pregunta de qué familia se trata, cómo se apellida.
Magaña, responde el joven.
¡Es Paty!, dice mi mujer.
Salimos a la calle y voy hacia allá.
Encontramos a Patricia Magaña, bióloga, investigadora universitaria, acompañada de su papá, en la calle.
Entraron a ambas casas la de ella y la de sus padres, con la misma violencia que a la nuestra.
Patricia y su hija estaban solas.
Sus padres octogenarios también estaban solos.
Volvemos a nuestra casa vejada y con la puerta rota.
Atranco la destruida puerta de la calle.
Con todo, mantenemos una sorprendente calma.
“Pudieron habernos matado”, dice mi mujer.
Yo imagino por unos segundos nuestros cuerpos ensangrentados en el baño en desorden.
¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad?
¿Lo sabe Marcelo Ebrard?
¿Lo sabe el procurador Mancera?
¿Ordenan Maricela Morales o Genaro García Luna estos operativos?
¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes?
Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes.
Un día después, en la atroz madrugada, la PFP irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos...
Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo.
Subo al estudio a escribir esto.
Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma.
Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena.
Son ya las 6:35 de la mañana.
La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte.
La policía nunca llegó.
¿De verdad estamos tan solos?

La brutalidad del capitalismo

Gran Bretaña, criminalizar a los jóvenes en la sociedad de consumo

Escrito por

Para el sociólogo Zygmunt Bauman lo ocurrido en 8 ciudades inglesas no es una revolución sino un “campo minado creado por la desigualdad social”.

Engallado, fiel a su tradición conservadora, el primer ministro británico David Cameron afirmó sobre la ola de protestas en ocho ciudades inglesas, protagonizadas por miles de jóvenes que “esto es criminalidad pura y dura, y como tal ha de ser enfrentada y derrotada”.
Sus palabras no difieren mucho de los juvenicidas históricos como el mexicano Gustavo Díaz Ordaz o el dictador español Francisco Franco. El odio a las manifestaciones de una juventud insumisa, descontenta, que demuestra su ira generacional a través de las protestas e, incluso, de la violencia, sólo tiene una explicación para el líder conservador: se trata de  pandillerismo, “son rufianes”.
Fiel a esa tónica Cameron ordenó a la Scotland Yard, recientemente protagonista del escándalo de escuchas telefónicas ilegales a través del semanario News of the World, que interviniera las cuentas de Twitter y del servicio de mensajería cifrada de Blackberry para detener a los integrantes del movimiento.
Otro dato emparenta a Cameron con Díaz Ordaz: su obsesión por mantener el control social en vísperas de los Juegos Olímpicos de 2012. No hay que olvidar que también el presidente francés Nicolás Sarkozy definió como “escoria” a los insurrectos de hace unos dos años en las calles parisinas.
Sin embargo, otras voces en los medios de Londres advierten que esto no se trata sólo de “criminalidad pura y dura”. Para el sociólogo Zygmunt Bauman lo ocurrido en 8 ciudades inglesas no es una revolución sino un “campo minado creado por la desigualdad social”.
“Esas minas son la rabia y la impotencia de los que no tienen frente a los que tienen, en un mundo en el que no tener (y no poder consumir), se ha convertido en un estigma y en una humillación”, escribió Bauman, autor de libros indispensables como La Sociedad Líquida.
También el catedrático en Psicología de la Universidad de Liverpool, Clifford Stott, subrayó que “la irracionalidad de las turbas no se puede explicar por la predisposición individual al crimen, sino por su sentimiento de grupo social deslegitimado en su relación histórica con los que les rodean”.
Para Nina Power la oleada de protestas y disturbios son resultado de “décadas de individualismo, de egoísmo atizado por el Estado y la economía competitiva, combinado con un aplastamiento sistemático de los sindicatos y una creciente criminalización de toda disensión, han convertido a Gran Bretaña en uno de los países más desiguales del mundo”.

La carrera ganada de López Obrador

nacional. / martes, 21 de junio de 2011 La unidad de la izquierda es vital para evitar que la derecha continúe en el poder, riesgo muy real de conformidad con hechos concretos que dejan ver las tentaciones en tal sentido de la camarilla que controla las instituciones. Por eso es muy preocupante que una fracción del partido Convergencia, se oponga a la estrategia dirigida a fortalecer la línea progresista de la mano de su fundador, Dante Delgado, quien desde hace tiempo ha hecho causa común con Andrés Manuel López Obrador. Ante los riesgos muy claros de que la izquierda siga siendo cooptada y nulificada, como sucede con “Los Chuchos” del Partido de la Revolución Democrática (PRD), es muy pertinente y acertada la convocatoria a refundar a Convergencia.
El viernes 24 se llevará a cabo una reunión de Consejo Nacional, con el fin de presentar y evaluar el proyecto de reforma de la Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos. No se trata de ningún “albazo”, como afirma el subsecretario de Gobierno del gobierno del Distrito Federal, Alberto Esteva, sino de una maniobra defensiva ante los embates del “gobierno” de Felipe Calderón por dividir a los partidos de izquierda y minimizar su capacidad de movilización y de oposición real al grupo en el poder. Es un hecho que el PRD está en esta tesitura, a partir de que Jesús Ortega y su camarilla se prestaron al juego del ex secretario de Gobernación, el extinto Mouriño, y tomaron la dirección del partido de manera espuria.
Seguir por ese camino sería suicida para la izquierda en su conjunto, de ahí que merezca apoyo la iniciativa de Dante Delgado de salvaguardar a Convergencia y evitar su aniquilación política. Es evidente que en sus filas hay quienes se prestarían de buen grado, a seguir el juego de Calderón y de la oligarquía, aun cuando ello significara su propia desaparición del escenario político. Esto debiera ser sopesado con toda objetividad incluso por el propio Marcelo Ebrard, quien seguramente estará de acuerdo en que el mejor posicionado en las filas de la izquierda es López Obrador. Cerrar filas en torno a él es, hoy por hoy, la mejor opción para llegar al proceso electoral con amplias posibilidades de triunfo.
Así como el “izquierdismo” es una enfermedad infantil de la izquierda, de acuerdo con el principio leninista, también lo es, y con mucha mayor peligrosidad, el cinismo. Los Chuchos son el más claro ejemplo de esta gran verdad, como lo demuestran los resultados para la izquierda a partir de que tomaron la dirección del partido con propósitos ajenos a los intereses de sus militantes. El colmo lo tenemos en los legisladores René Arce y Víctor Hugo Círigo, quienes rompieron con López Obrador porque les anuló su plan de seguir siendo caciques de Ixtapalapa bajo el amparo del PRD “chuchista”.
Hacen un pésimo cálculo quienes como Esteva y otros como él pretenden forzar las circunstancias que rodean el esquema sucesorio en la izquierda mexicana. Nadie pone en duda la capacidad de Marcelo Ebrard para tejer fino en el ámbito político, pero eso no es suficiente para alcanzar a López Obrador en una carrera que lleva ganada de punta a punta. Es el líder natural que necesita el pueblo de México para emprender una urgente transformación del Estado, a efecto de sobrevivir a las funestas embestidas de la oligarquía. Esto lo debe saber muy bien el jefe de Gobierno capitalino, de ahí el imperativo de que salga a la palestra pública para definir de una vez su aceptación de un hecho incontrovertible.
Es equivocada la tesis de que a López Obrador no se le permitirá llegar a Los Pinos, porque es “muy radical”, y que en cambio Ebrard si podría lograrlo porque la oligarquía no lo vería mal. Sin embargo, hay que partir de una premisa ineludible: el país no está para darle gusto a unos cuantos oligarcas que no tienen un solo compromiso con el país, sino para cumplir el objetivo irrenunciable de salvar a México de una catástrofe apocalíptica, como así habría de suceder si no se revierte un modelo impuesto desde el exterior, orientado básicamente a desmantelar al Estado mexicano para hacerlo más fácil víctima de intereses trasnacionales.
En diciembre del 2012, la nación estará obligada a recuperar su soberanía plenamente, y quien puede encabezar esta titánica tarea es López Obrador; él ha mostrado no sólo capacidad y entrega, sino visión de estadista y voluntad indoblegable, de conformidad con la magnitud del reto a enfrentar. De ahí lo correcto de la iniciativa de Dante Delgado, para cerrar filas en torno al dirigente de un proceso histórico cuya victoria daría paso a una nación con futuro. Así como vamos, no sólo no tenemos futuro, sino que el presente sería como vivir literalmente en el infierno, peor que el actual, porque la derecha no tiene un proyecto de nación, sino un mísero programa de fortalecimiento grupal.

A poner el cuerpo. Minerva Valenzuela.

ladelcabaret

Minerva Valenzuela
Hace muchos, muchos años, cuando yo era una cabareterita peinada de trencitas, empecé a ver de lejos cómo las personas se organizaban para hacer algo en contra de lo que lo que no les gustaba. No entendía muy bien, pero me causaba un morbo terrible.
No supe qué pasaba en el 88. Es más, yo misma, con todo y mis trencitas, pegué estampas de Salinas en los automóviles sin la autorización de sus propietari@s y repartí encendedores. Conservo uno.
Mi razonamiento era que seguramente todo el país estaba muy contento porque iba a haber presidente nuevo. Y algo nuevo siempre es cosa bonita. Como el año nuevo, como una Barbie nueva, como el primer día de clases.
En fin, que la cabareterita creció un poquito y le tocó llevar la materia de Ética. La maestra era luchadora sesentayochera y decía cosas que yo no podía creer.
El último día de clases, nos dictó una serie de preguntas que nada tenían que ver con la materia, y nos dijo que esa calificación se promediaría con el examen final. Preguntó cosas de deportes, de química, de política y de temas de los que yo no tenía ni la menor idea. Era injusto. Yo había aprendido mucho a lo largo del año, para que por unas preguntas extrañas, mi calificación fuera a bajar.
Copié.
Terminó el tiempo para responder. Pidió que guardáramos las plumas y que si habíamos copiado, en ese momento debíamos romper nuestro cuaderno, pues no habíamos aprendido nada de ética en todo el ciclo escolar. Que si las respuestas eran correctas o no, era lo de menos. Que lo importante era estar segur@s de lo que sabíamos.
Me quedé en shock y fue hasta entonces cuando aprendí lo que debí haber aprendido durante el año. No rompí mi cuaderno, porque lo quería mucho. Lloré en secreto. Entendí. Y supe que desobedecer la orden de romper era lo correcto.
El año siguiente, la misma maestra me dio la materia de Filosofía. Aprendí mucho. Sobre todo, aprendí a desobedecer. Recuerdo por ejemplo una tarea que había que entregar y que no debía exceder las dos cuartillas (a máquina, ¿eh?). Era sobre “las mujeres”. Quién sabe qué tarugadas habré escrito en esos tiempos, pero chin, que me salen tres cuartillas. (Deben comprender, jovenchuel@s, que quitarle una cuartilla a una tarea hecha a máquina y conchervar el dichcurcho, ech tardado y no garanticha el logro del propóchito). Y que lo vuelvo a leer y no, no quería quitarle nada. Decidí usar media cuartilla más, además de la cuartilla excedente, para explicar que me era importante decir todo lo que decía y para disculparme por no seguir la regla. Mi maestra me regresó la tarea con un comentario en rojo felicitándome por darle prioridad a mi necesidad de expresar mis pensamientos, y no a una regla absurda. Una vez más, me cambió la vida.
Luego, la cabareterita creció más, y sin darse cuenta ya andaba desobedeciendo por aquí y por allá. Luego se enteró de que había otras personas que desobedecían y se puso a desobedecer con ellas. Desobedeció con manual y todo, y descubrió que lo mero mero importante para desobedecer como Dios manda, es saber decidir dónde poner el cuerpo, en qué momento hacerlo y qué hacer con él. No hay más.
Mucha gente quiere lograr transformaciones sociales y va y pone su cuerpo en un mal momento, o peor aún, lo pone en el momento apropiado, pero no lo usa adecuadamente. Eso no es lo peor. Lo peor es cuando la gente ni siquiera lo pone.
Esta cabaretera ha encontrado que su manera adecuada de poner el cuerpo es haciendo cosas que a ella misma le resulten divertidas, y en el mejor de lo casos, también a l@s demás. Cree firmemente en el poder de la risa y en la resistencia creativa.
El martes pasado, fui a protestar en contra de las reformas que se quieren hacer a la Ley de Seguridad Nacional. Todo estaba, digamos, normal. Demasiado normal para mi gusto. En eso, un chico transformó la realidad. Apareció vestido de militar, con una nariz roja y se puso a señalar las cosas “peligrosas” que l@s transeúntes portaban, a catearl@s con un detector poderosísimo, cuyo sonido hacía el mismo: pi pi pi pi, y pasó lo que pasa cuando el mundo es perfecto. Las personas que estaban en su protesta normal, empezaron a unirse a la acción, informando a l@s transeúntes sobre la Ley de Seguridad Nacional; y la gente empezó a cooperar con el militar de nariz roja, permitiendo el cateo con sonrisas y carcajadas.
¿Qué pasó? Que participaron en la misma acción el militar de nariz roja, las personas que protestaban de manera normal, la gente que pasaba, la gente que ingresaba a la Cámara de Diputad@s, y hasta los guardias de seguridad. ESO ES el mundo perfecto, a fe mía.
Un@ diría que esa es una situación extraordinaria y que ni modo de andar por la vida con nariz roja haciendo cosas para perfeccionar el mundo. Pero ¿no será que hay más maneras? ¿No será que tod@s podríamos elegir una pequeña acción al día para perfeccionar al mundito lindo? Bueno ¿una a la semana? ¿Una al mes?
Nomás es cosa de ver dónde y cómo poner el cuerpo y pensar qué vamos a hacer con él. Apuesto a que no es lo mismo ver a una persona con una playera blanca a verla con una playera blanca con letras que digan algo importante y transformador. Apuesto a que no es lo mismo ir a un karaoke (yo nunca he ido, pero seguro ustedes sí) y en vez de cantar una de Pedro Infante con su letra machista original, cambiársela para que informe o critique algo que nos está jodiendo como sociedad. A que no es lo mismo ir y comprar en el super, que decir en voz alta en el pasillo correspondiente que tal o cuál producto hace experimentos con animales y que sería mejor comprar otra marca. A que no es lo mismo poner en la entrada de nuestra casa un tapete que diga “Bienvenidos” a poner uno con la letra o evidentemente convertida en arroba.
¿Tons qué? ¿Una transformadita de mundo al mes? ¿Ponemos el cuerpo? ¡Va!
PD.- Les recuerdo que el 26 de agosto tenemos la oportunidad de apostar por el Derecho a Decidir en la Noche de Casino del Fondo María. Es importante.

Afirma AMLO que Encino demuestra complot

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El político tabasqueño pidió indagar el caso que derivó en su desafuero en 2005.
Foto: Archivo
El ex candidato presidencial recordó que esa expropiación motivó su juicio de desafuero

REFORMA/Redacción

Distrito Federal  (12 agosto 2011).- Andrés Manuel López Obrador opinó que el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la expropiación del predio El Encino demuestra que las acusaciones en su contra eran infundadas.

Tras aplaudir el fallo de la Corte, López Obrador afirmó que la decisión comprueba que él no violó ningún amparo mientras se desempeñaba como Jefe de Gobierno capitalino.

"¿Se comprueba entonces que usted tuvo la razón en todo momento y que todo esto formaba parte del complot al que se refirió tantas veces?", se le cuestionó en entrevista con Radio Red.

"Comprueba de que era infundado el juicio en contra de nosotros, lo que llevó al desafuero, desde luego pues ya pasó el tiempo, pero ya se aclara este asunto, ahí está el camino, lo pueden ir a ver", respondió el tabasqueño.

En entrevista con Radio Red, recordó que él llevó a cabo la expropiación de un predio en Santa Fe para comunicar a una avenida con un hospital, no obstante se interpuso un amparo que determinaba la detención de la obra.

El ex candidato presidencial recordó que un juez lo acusó de haber violado un amparo al no detener la obra, lo que ocasionó el juicio de desafuero en su contra.

El tabasqueño sugirió la indagación del caso, al señalar que el juez que lo acusó de haber violado el amparo está en un juzgado sobre el que pesan señalamientos de corrupción al haberse demostrado que se recibió dinero para amparar a una inmobiliaria.

"Se actuó políticamente, no querían que yo apareciera en la boleta electoral de 2006 y por eso me desaforaron", declaró.

Tras 11 años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó ayer que no es posible devolver el predio El Encino a la empresa a la que le fue expropiado ilegalmente (Nota del Blog : ¿por qué Reforma se apropia el derecho de juzgar?), hecho que motivó en 2005 el desafuero del entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador.

FC: endeudamiento histórico

México SA
PRI-PAN: deuda y “debate”
Gobernadores: cuchara grande

Carlos Fernández-Vega
Como parte del estire y afloje del presupuesto 2012 (que el inquilino de Los Pinos presentará a más tardar el 8 de septiembre) y de la campaña electoral con miras a 2012, tricolores y blanquiazules protagonizan un pleito de cantina que, suponen, ganará” el que más grite. El aparente centro del conflicto es el crecimiento de la deuda pública federal y el correspondiente a los estados de la República. Entre ellos se echan la bolita, y la “novedad” es que los primeros piden más recursos presupuestales para los mandatarios locales, mientras los segundos contestan que de ninguna manera, porque se lo gastarán en cualquier cosa, menos en amortizar pasivos.

Las huestes del inquilino de Los Pinos, en defensa de lo indefendible, aseguran que el régimen calderonista “ha sido muy prudente” en eso de endeudarse, algo, afirman, totalmente contrario a lo que han hecho los gobernadores (los panistas no, desde luego, según dicen), quienes “han llevado al extremo” el saldo de sus respectivos débitos. El reclamo de los tricolores, por su parte, es a la inversa: Calderón ha endeudado al país hasta la médula, mientras los mandatarios estatales (especialmente los priístas, de acuerdo con su versión) en este renglón han actuado “con extrema cautela”. La bancada priísta en San Lázaro ya dijo que se requiere mayor participación presupuestal para los estados, mientras el corral panista ya dijo que por allí no va la cosa, y cada uno de los participantes cada día grita más fuerte.

Lo cierto es que el actual inquilino de Los Pinos (el mismo que histéricamente calificó de “peligro para México” a su rival, pues “sus grandes ideas no son más que deuda y más deuda para todos”) ha llevado a un máximo histórico el nivel de deuda pública federal, al incrementarlo en alrededor de 134 por ciento. Por el lado del débito de los estados, el aumento de diciembre de 2006 al cierre de marzo pasado creció 97 por ciento, en números cerrados, de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Hacienda. La pregunta, en ambos casos, es ¿para qué tanta deuda, si su efecto positivo no se observa por ninguna parte, ni en lo federal ni en lo estatal? La economía se mantiene en el raquitismo, la generación de empleo en la lona y el bienestar de los mexicanos debajo de la alfombra. Entonces, ¿en qué se han utilizado los recursos provenientes de la deuda? En pagar deuda.

Si se suman todos los renglones del débito público federal, el saldo ronda los 4.36 billones de pesos (a junio de 2011), contra 1.98 billones en diciembre de 2006. Lo anterior se traduce en que a cada mexicano (incluidos los recién nacidos) cada día le toca pagar más por una deuda que no se traduce en crecimiento, empleo y bienestar. En 2006, la deuda por habitante fue de 18 mil 912 pesos; a estas alturas, y “para vivir mejor” (Calderón dixit), les toca casi 39 mil pesos, sin considerar la rebanada que les corresponde por deuda de los estados.

Esta última, al cierre del primer trimestre de 2001, suma 315 mil millones de pesos, equivalente a 2.3 por ciento del producto interno bruto nacional. El débito público federal equivale a 31.3 por ciento de ese mismo PIB, de tal suerte que no se sabe qué es lo que los panistas intentan defender, sobre todo cuando se documenta que tal deuda reporta un crecimiento de 133 por ciento durante el calderonato, es decir, exactamente lo contrario de lo que prometió en su campaña electoral. Cierto es que la defensa del hueso provoca dichos y acciones increíbles, pero a la borregada blanquiazul de plano se le pasa la mano.
Por el lado de los estados, los panistas aseguran que todos los gobernadores (salvo los suyos, desde luego) han llevado al extremo el nivel de endeudamiento. Aquí juntan mentira con verdad, y creen que de ellos les resulta una tesis medianamente creíble. Pero no, no es así. Por ejemplo, el gobernador cristero de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, durante su estancia en el puesto incrementó el débito estatal (hasta diciembre de 2010) en la friolera de 290 por ciento, de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Hacienda. Al cierre del año pasado, la deuda estatal ascendió a 7 mil 632.2 millones de pesos; cuando se instaló, en septiembre de 2006, el saldo era de mil 972.4 millones.

Eso por el lado de los blanquiazules. Por el de los tricolores está el caso del suertudo ganador de la lotería, el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien incrementó la deuda veracruzana en 500 por ciento, y ahora los habitantes de ese bello estado de la República deben prorratearse el pago de 21 mil 500 millones de pesos. Otro panista destacado en estas lides fue el gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, quien incrementó el débito estatal en 319 por ciento, hasta dejarlo en 2 mil 603 millones de pesos. Otro caso: durante su gestión, el tricolor José Natividad González Parás tuvo a bien incrementar el saldo de la deuda de Nuevo León en 221 por ciento, hasta incrementarlo a más de 27 mil millones. Y así por el estilo: a los excesos de un gobernador priísta, corresponden los de un gobernador panista, de tal suerte que el pleito de cantina no tiene como objetivo corregir los abusos y utilizar el mecanismo de la deuda para impulsar el desarrollo nacional, sino simplemente darse hasta con la cubeta con fines electorales, que al final no son ellos los que pagan el festín

Los perredistas tampoco lo han hecho mal. Está el caso de Leonel Godoy, en Michoacán, que reporta un aumento de la deuda estatal cercano a 100 por ciento, algo similar a lo que hizo la carismática Amalia García durante su estancia en palacio de gobierno en Zacatecas. El ex gobernador perredista en Baja California Sur, Narciso Agúndez Montaño, incrementó la deuda estatal en 220 por ciento. Por si alguien pregunta, el débito del Distrito Federal ha crecido alrededor de 20 por ciento, proporción prácticamente igual a la que reporta el góber encopetado, Enrique Peña Nieto, en el estado de México. Ahora que las palmas se las lleva el ex gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, quien durante su ejercicio gubernamental modestamente aumentó el saldo de la deuda estatal en mil 200 por ciento.

Pero que los políticos, de cualquier color, no se preocupen: las barbaridades que cometen las pagan los mexicanos.

Las rebanadas del pastel

¡Felicidades!, porque para la economía mexicana “no hay evidencia de una recesión… sí la hay de una desaceleración”, anunció Ernesto Cordero con bombo y platillo, lo que quiere decir, según él, que no hay de qué preocuparse, pues si bien de nueva cuenta pasará a cuchillo a los mexicanos, ahora lo hará más suavecito.

cfvmexico_sa@hotmail.com • http://twitter.com/cafevega

Senadores de PRI, PRD y PT exigen aclaración sobre acuerdos con Obama


FCH : Caricatura de los yanquis
 Calderón negoció a espaldas del Congreso y de los ciudadanos, dice Jiménez Macías

EU contribuiría a la lucha antinarco si combate el consumo de drogas y la venta de armas

Andrea Becerril

Periódico La Jornada
Viernes 12 de agosto de 2011, p. 12
Senadores de PRI, PRD y PT advirtieron que el gobierno de Felipe Calderón debe aclarar todo lo relativo a la carta de entendimiento que firmó con el presidente Barak Obama, que ha posibilitado la actuación directa de personal de las agencias Central de Inteligencia y antidrogas (CIA y DEA, por sus siglas en inglés, respectivamente), así como del Pentágono, en operativos contra los cárteles de la droga en el país.

El vocero de los senadores del PRI, Carlos Jiménez Macías, manifestó que los secretarios de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y de Gobernación, Blake –que comparecerán la próxima semana–, deben explicar con claridad el contenido de esa carta que, como todo indica, se negoció a espaldas del Congreso y de los ciudadanos.

Como no se trata de un tratado ni un convenio, no requiere de la ratificación de la Cámara de Senadores, pero “necesitamos saber en qué consisten los compromisos que Calderón tiene con el gobierno de Estados Unidos, porque se está yendo más allá de lo que ordenan los instrumentos internacionales en materia de cooperación”.

Agregó que la sociedad repudia que agentes de Estados Unidos estén trabajando aquí. “Queremos que combatan el elevadísimo consumo de drogas en su territorio, que detengan el contrabando de armas por la frontera; con eso sí contribuirían a frenar el narcotráfico”.

En entrevista aparte, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, consideró que esa carta debe colocarse bajo la lupa, y los funcionarios que la Comisión Permanente citó a comparecer deben precisar quién está al mando de la operación, cuántos agentes estadunidenses están implicados, dónde operan y por cuánto tiempo lo harán, y con qué autoridades mexicanas se coordinan.
Una información de esta naturaleza, que implica la operación de agentes extranjeros, en Estados Unidos obligaría a las autoridades implicadas a comparecer ante el Senado, y “México no puede quedarse atrás”.

Navarrete recalcó que los integrantes de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional deben someter a los comparecientes a un interrogatorio intenso “sobre toda la información que no conocemos”.

En tanto, el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, resaltó que los mexicanos tienen derecho a saber cuáles son los compromisos que Calderón tiene con el gobierno de Obama, y debe hacerse público el contenido de esa carta de entendimiento, que pone en riesgo la soberanía nacional.

“Es un acuerdo de subordinación que trata de burlar la Constitución, al hacer pasar sólo como agentes a ex militares estadunidenses que vienen no a colaborar, sino a hacerse cargo de la guerra contra el narcotráfico, dada la incapacidad de Calderón para hacer frente al crimen organizado”, recalcó Monreal.

Ni el Congreso ni la sociedad deben permitir que Estados Unidos asuma el control de la lucha contra el narcotráfico, y menos que altos mandos mexicanos estén al servicio de los agentes de la DEA , la CIA y el Pentágono que operan en el país, insistió.

"Go home". Naranjo



Atrás de la valla. Helioflores



Quién los manda vivir ahí


El México sudamericano


Hartos besos


Indicador


La solución de siempre-Rocha


Carpizo y Narro, invitados Julio Hernández López

 Astillero
Más poesía del desastre
Allanamientos y disculpas
Policía de Peña Nieto en el DF

Foto
Una mujer limpia la casa del poeta Efraín Bartolomé (en segundo plano), luego de que fuera cateada de manera irregular durante un operativo de la policía del estado de México, en el que se detuvo al capo Óscar Osvaldo García Montoya. El domicilio se encuentra en la colonia Torres de PadiernaFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Diariamente se viven a lo largo del país episodios dramáticos de abuso policiaco, militar y marino, y de comisión de delitos a cuenta de la guerra calderonista contra el narcotráfico, como los que de manera clara denunció ayer el poeta Efraín Bartolomé, a cuya casa en una colonia del Distrito Federal se introdujeron con violencia (obviamente, sin orden judicial alguna) policías enmascarados, cuyos atropellos, tranquila y colateralmente, fueron luego asumidos por el procurador de justicia del estado de Peña Nieto como parte de los incidentes relacionados con la detención de un delincuente apodado La mano con ojos.
Bartolomé relató, con calidad propia de su oficio, lo vivido esa madrugada dolorosa en la que, por fortuna, todo quedó en susto, destrozos domésticos, falta de respuesta institucional inmediata ante el llamado de un ciudadano en problemas y la comprobación de que en México se vive ya en un estado policiaco que no necesita reformas legales ni adecuaciones a leyes de seguridad nacional más que para convalidar en la letra lo que en los hechos se practica cotidiana y sistemáticamente. Siendo la suya una voz atendible, de resonancias (como la del poeta Sicilia), lo sufrido por Bartolomé encontró eco en diversos medios de comunicación (su narración, en http://j.mp/sBxur) y no quedó en el atiborrado archivo imaginario de las denuncias no presentadas, de los derechos no defendidos, del silencio autoimpuesto por temor e impotencia.
Pero, a pesar de la contundencia de los hechos expuestos, de la viva relatoría elaborada por Bartolomé, la procuraduría de justicia del estado de México (institución ampliamente recordada a nivel nacional por el increíble tejido de mentiras impías con el que cubrieron el caso de la niña Paulette) simplemente se permitió ofrecer sus disculpas al referirse con un cínico giro eufemístico a que en busca de capturar a la mencionada mano óptica se habían realizado tres revisiones domiciliarias.
El procurador peñanietista Alfredo Castillo no tuvo ojos para avizorar la presunta comisión de varios delitos en el actuar policiaco descrito por el poeta Bartolomé (allanamiento de morada, abuso de autoridad y otros etcéteras) ni manos para ordenar investigaciones que buscaran restablecer un mínimo sentido de justicia. Sólo tuvo entusiasmo para encomiar la detención del presunto magno sicario también apodado El compayito, elevándola a niveles históricos, a punto de declarar la fecha como día de fiesta estatal (¿un adelanto de la sombría vocación represiva del Primer Copete del País, al estilo del actual ocupante de Los Pinos, cuyo mayor asomo de estadista es el saber los apodos de los principales delincuentes y llevar entusiasta registro de capturas, persecuciones, cambios de bando y otros detalles del bajo mundo estupefaciente?)
Tampoco hubo mayor explicación de la causa por la cual la procu del virtual candidato presidencial priísta dio la cara y, por lo que se deduce, encabezó un operativo de policías federales, mexiquenses y del Distrito Federal para apresar en una colonia de esta última demarcación al presunto capo sanguinario, de nombre Óscar Osvaldo García Montoya. El procurador del estado de México señaló que se trataba de un operativo conjunto, elogió la colaboración de las tres instancias involucradas y citó por nombre a los funcionarios que coordinados ayudaron a tal captura.
Pero una acometida como la de ayer en una colonia capitalina, con resultados como los descritos por el poeta Bartolomé respecto a su casa (y a sabiendas de que episodios similares se vivieron cuando menos en otros dos domicilios) no pueden ser vistos con displicencia ni darse por satisfechos a partir de una disculpa al paso. Hasta ahora, la ciudad de México se ha mantenido más o menos a salvo de la ola de violencia que se ha vivido en otros puntos importantes del país, aunque en zonas conurbadas con el estado de México la violencia del narcotráfico va creciendo. Ayer, en la colonia Torres de Padierna, se cometieron presuntos delitos que deben ser perseguidos por las propias autoridades (¿Marcelo Ebrard podría restarle un poco de atención a su campaña prematrimonial y demandar castigo a quienes hubieran cometido tales agravios? Ayer mismo, en cambio, habló de que no debe haber miedo, en referencia a Peña Nieto, pero no por el caso de Bartolomé y demás, sino en asuntos de competencia electoral abierta. Hay prioridades). De otra manera, se estará abriendo la puerta a la violencia impune que desde flancos gubernamentales y delictivos (técnicamente son distintos) ha desgarrado el tejido social y ha destrozado la vida pública en muchas otras partes del país.
Otro poeta sufría ayer una suerte de incursión desde el poder. Jorge Carpizo, convertido en asesor de Javier Sicilia, se apropiaba de una parte del foro de la lucha ciudadana contra la inseguridad pública al ser invitado, junto con el rector de la UNAM, a dialogar con Felipe Calderón para analizar la propuesta que el ex procurador y ex secretario de Gobernación durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari presentó en acto universitario a partir de las conclusiones de un congreso sobre la materia. Con esa maniobra, Calderón se hace de interlocutores que diluyan, compartiéndolo, el capital propio de Sicilia y el movimiento por la paz, y se fabrica salidas institucionales en caso de que volviera a estallar el grito de Estamos hasta la madre y la inconformidad cívica hasta hoy expresada en verso se saliera de cauce.
Astillas
El presidente del tribunal electoral federal, Luna Ramos Alejandro, trata de reconstruir imagen a partir del distanciamiento verbal con el estilo de su antecesora (reconociendo, por ejemplo, el error de la cena en casa de la entonces presidenta del Trife con personeros del peñanietismo cuando el gobernador mexiquense estaba sujeto a un proceso). También busca devolver credibilidad a ese ente mediante declaraciones de independencia de criterio y de no alineamiento con banderías partidistas. Y, mientras la PGR ha nombrado nuevos delegados (gulp), ¡feliz fin de semana!

Sometidos-Helguera


Debatiendo ley de seguridad nacional-Fisgón


Calderón negoció a espaldas del Congreso y de los ciudadanos, dice Jiménez Macías

Senadores de PRI, PRD y PT exigen aclaración sobre acuerdos con Obama
EU contribuiría a la lucha antinarco si combate el consumo de drogas y la venta de armas
Andrea Becerril
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de agosto de 2011, p. 12
Senadores de PRI, PRD y PT advirtieron que el gobierno de Felipe Calderón debe aclarar todo lo relativo a la carta de entendimiento que firmó con el presidente Barak Obama, que ha posibilitado la actuación directa de personal de las agencias Central de Inteligencia y antidrogas (CIA y DEA, por sus siglas en inglés, respectivamente), así como del Pentágono, en operativos contra los cárteles de la droga en el país.
El vocero de los senadores del PRI, Carlos Jiménez Macías, manifestó que los secretarios de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y de Gobernación, Blake –que comparecerán la próxima semana–, deben explicar con claridad el contenido de esa carta que, como todo indica, se negoció a espaldas del Congreso y de los ciudadanos.
Como no se trata de un tratado ni un convenio, no requiere de la ratificación de la Cámara de Senadores, pero necesitamos saber en qué consisten los compromisos que Calderón tiene con el gobierno de Estados Unidos, porque se está yendo más allá de lo que ordenan los instrumentos internacionales en materia de cooperación.
Agregó que la sociedad repudia que agentes de Estados Unidos estén trabajando aquí. Queremos que combatan el elevadísimo consumo de drogas en su territorio, que detengan el contrabando de armas por la frontera; con eso sí contribuirían a frenar el narcotráfico.
En entrevista aparte, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, consideró que esa carta debe colocarse bajo la lupa, y los funcionarios que la Comisión Permanente citó a comparecer deben precisar quién está al mando de la operación, cuántos agentes estadunidenses están implicados, dónde operan y por cuánto tiempo lo harán, y con qué autoridades mexicanas se coordinan.
Una información de esta naturaleza, que implica la operación de agentes extranjeros, en Estados Unidos obligaría a las autoridades implicadas a comparecer ante el Senado, y México no puede quedarse atrás.
Navarrete recalcó que los integrantes de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional deben someter a los comparecientes a un interrogatorio intenso sobre toda la información que no conocemos.
En tanto, el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, resaltó que los mexicanos tienen derecho a saber cuáles son los compromisos que Calderón tiene con el gobierno de Obama, y debe hacerse público el contenido de esa carta de entendimiento, que pone en riesgo la soberanía nacional.
“Es un acuerdo de subordinación que trata de burlar la Constitución, al hacer pasar sólo como agentes a ex militares estadunidenses que vienen no a colaborar, sino a hacerse cargo de la guerra contra el narcotráfico, dada la incapacidad de Calderón para hacer frente al crimen organizado”, recalcó Monreal.
Ni el Congreso ni la sociedad deben permitir que Estados Unidos asuma el control de la lucha contra el narcotráfico, y menos que altos mandos mexicanos estén al servicio de los agentes de la DEA , la CIA y el Pentágono que operan en el país, insistió.