martes, 30 de agosto de 2011

Empresarios de Monterrey: el que por su gusto es buey

Lorenzo Zambrano... de lo peorcito
Federico Arreola

@FedericoArreola
2011-08-30

El analista Jorge Fernández Menéndez es uno de los mexicanos que con mayor profundidad estudian el tema del narcotráfico. Y, por su cercanía con Felipe Calderón (que no le ha llevado a perder objetividad), es uno de los periodistas que mejor conocen al gobierno federal. Entonces, hay que tomar muy seriamente en cuenta lo que él dice. Y vaya que hoy martes expresó, en su columna, algo relevante.



Para Fernández Menéndez, lo ocurrido en el Casino Royale, ubicado al poniente de Monterrey, no es “responsabilidad directa” del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina. Para probarlo, el analista da un dato duro: Medina “ha trabajado y permitido trabajar en la agenda que acordó con el gobierno federal y los sectores empresariales de la entidad”. Agenda de seguridad, evidentemente.



Eso significa que Medina solo ha seguido, al pie de la letra, la estrategia diseñada por Felipe Calderón y sus asesores. De ahí que la “responsabilidad directa”, como dice Jorge Fernández, no sea de Rodrigo Medina. ¿De quién es, entonces? Pues, siguiendo la argumentación de Fernández, solo queda una opción: del propio Calderón.



Ese es el problema de Nuevo León, que las autoridades locales han hecho exactamente lo que las federales han pedido. Así las cosas, por aplicar hasta dogmáticamente la estrategia de Calderón, Nuevo León es hoy en día un desastre.



Y el problema lo agravan los principales empresarios de Monterrey que siguen sin entender lo que está pasando. Ayer, en forma incomprensible, se reunieron con Felipe Calderón. Si solo lo hubieran hecho para dialogar sobre las condiciones de inseguridad que están acabando con la ciudad, eso habría tenido sentido. Pero, a juzgar por lo que trascendió, lo más relevante de la junta, una comida efectuada en Los Pinos, fue que los empresarios ofrecieron su apoyo total a la estrategia de seguridad de Calderón.



Todo un misterio, o un caso psiquiátrico, resulta que personas que por miedo ya no residen en Monterrey, o que en el más valiente de los casos han sacado a sus familias de la ciudad; que tienen que pagar protección a la mafia para poder operar sus negocios, y que ya no encuentran seguridad ni siquiera trasladándose por las calles regiomontanas rodeados de guaruras, hayan ido a Los Pinos a manifestar su agrado con la política que ha destruido a la capital de Nuevo León.



Parecieran víctimas del Síndrome de Estocolmo los señores Adrián Sada González, de Vitro; Armando Garza Sada, de Alfa; Eduardo Garza T. Fernández, de Frisa; Enrique Zambrano Benítez, de Proeza; Eugenio Garza Herrera, de Xignux; Federico Toussaint Elosúa, de Lamosa; Francisco Garza Zambrano, de Cemex; José Antonio Fernández Carbajal, de Femsa; Lorenzo Zambrano, de Cemex; Ricardo Martín Bringas, de Soriana, y Tomás González Sada, de Cydsa.



¿Síndrome de Estocolmo? En efecto, la situación emocional en la que la víctima termina colaborando y aun estimando a la persona que le ha causado el daño. O, dicho en otras palabras, el que por su gusto es buey…

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