viernes, 29 de julio de 2011

Los legisladores, cómplices de la violencia: Sicilia

Ustedes son corresponsables de nuestros dolores, señala
La guerra de Calderón nos ha costado 50 mil muertos y 10 mil desaparecidos, dice
Exige al Congreso pedir perdón a víctimas y familiares por la estrategia anticrimen
Diputados y senadores sólo defienden intereses partidocráticos, acusa el poeta
Tras seis horas de diálogo en el alcázar de Chapultepec, se acordó avanzar en iniciativas como la ley de protección a las víctimas del delito, se consideró crear un registro nacional de desaparecidos, incluidos migrantes centroamericanos, y abrir oportunidades de educación para jóvenes excluidos de universidades. Los legisladores asistentes ofrecieron trabajar en la resolución de los demás puntos expuestos, aunque no fijaron fecha para su cumplimiento. En Gobernación, el gobierno federal aceptó dialogar en torno a una agenda de diez puntos planteada por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. En la imagen, el escritor Javier Sicilia se despide del senador Manlio Fabio Beltrones Foto José Carlo González


Sicilia fustiga al Congreso por auspiciar la guerra de Calderón contra el crimen
Acusa a legisladores de violar la Constitución al asignar recursos a las fuerzas armadas para esa batalla
Exige pedir perdón a víctimas y a la nación, por no haberlos defendido y representado con dignidad
Foto
Diputados y senadores de los partidos con representación en el Congreso guardan un minuto de silencio, a solicitud de Javier Sicilia, por las víctimas de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, durante el encuentro que sostuvieron con representantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en el alcázar de ChapultepecFoto José Carlo González
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de julio de 2011, p. 2
En nombre del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el poeta Javier Sicilia exigió a los integrantes del Congreso pedir perdón a las víctimas de la lucha gubernamental contra el crimen organizado, a sus familiares y a toda la nación mexicana, a la que no han defendido ni representado con dignidad. Los acusó de tener responsabilidad por la violencia que “golpea a millones de familias en el país, que se ha traducido en 50 mil muertos, 10 mil desaparecidos y 120 mil desplazados.
Ustedes son también corresponsables de nuestros muertos y de nuestros dolores, porque –recalcó– permitieron que el presidente Felipe Calderón pusiera en marcha una estrategia fallida, que viola la Constitución.
Ustedes tenían el poder para impedirlo, también violentaron la Constitución, no sólo con la omisión a ejercer sus facultades y obligaciones, sino al asignarle a las fuerzas armadas el presupuesto para llevar a cabo esta guerra.
Durante el encuentro con 40 integrantes del Congreso, entre ellos los coordinadores parlamentarios de la mayoría de las fuerzas políticas, Sicilia fustigó con severidad a diputados y senadores, quienes, muy serios, escucharon el enjuiciamiento:
Ustedes, hasta ahora, sólo han sido operadores políticos de los intereses partidocráticos y no lo que deberían ser desde el momento en que asumieron sus cargos de legisladores: servidores de los ciudadanos. Para ustedes la educación, la cultura, la ciencia, la vida de los pueblos y de los barrios, la participación ciudadana en los asuntos del Estado y la tragedia de las víctimas de la guerra no han sido prioridad ni de su corazón ni del gasto público.
Y el ultimátum, que tuvo como marco el alcázar de Chapultepec: Tienen que definirse por la paz o por la guerra.
Desde su intervención, una vez que el presidente de la Comisión Permanente, Manlio Fabio Beltrones, inauguró el encuentro, Javier Sicilia colmó de críticas y cuestionamientos al Congreso, al igual que lo hicieron otros integrantes del movimiento que él encabeza.
“¿Cuánto tiempo se han tomado para dar respuesta a lo que desde hace años se sabe del secuestro, la tortura, los crímenes y las desapariciones de nuestros hermanos centroamericanos? ¿Por qué han tolerado el podrido Instituto Nacional de Migración, erosionado por los tentáculos de las bandas criminales, y no se anticiparon a las dolorosas voces del padre Solalinde y otros, las voces del dolor y del reclamo?
“¿Por qué no han impulsado con los sectores privado y académico iniciativas para identificar las zonas de mayor riesgo social y, junto con los ciudadanos de esas zonas, evitar que en ellas el crimen se apodere de los niños y de los adolescentes, convirtiéndolos en víctimas de la criminalidad?
¿Por qué no han tomado en los distritos que representan, en sus municipios y estados, decisiones para enfrentar de forma integral y ciudadana los avances de las bandas criminales y sus complicidades con policías y autoridades?
Con rostro adusto, los priístas, especialmente el coordinador de los diputados, Francisco Rojas, escucharon lo que parecía una lista interminable de reclamos de Sicilia.
¿Por qué, de cara a nuestros niños y jóvenes, a quienes sus políticas les han destruido el presente y les niegan el porvenir, no han aumentado el dinero destinado a la educación para abrir más matrículas y acortar las largas filas de miles de estudiantes que no alcanzan lugares en las escuelas y universidades? ¿Por qué, frente a la emergencia nacional que vive el país, no han construido una agenda nacional que se ponga al servicio de México y evite que las próximas elecciones sean lo que ya se anuncia, las de la ignominia?
Sicilia reclamó también a senadores y diputados el no haber aprobado aún la reforma política, y los recriminó por la forma dispendiosa y corrupta como consiguen votos los partidos y por los intereses mezquinos con los que día a día destruyen al Instituto Federal Electoral.
Sus recintos, el recién inaugurado del Senado y la Cámara de Diputados, son la expresión arquitectónica de su aislamiento. Búnker de un poder que prefiere darle la espalda a los ciudadanos y contemplarse en el espejo de sus ambiciones, traducidas en parálisis legislativa y en manipulación política, que convierte los procesos electorales en un gran negocio para unos cuantos y en juego cruel de ilusiones para los ciudadanos.
Advirtió que México vive una emergencia nacional, lo que exige de los legisladores no sólo un cambio de actitud, sino un esfuerzo extraordinario y humilde para evitar que la nación se precipite a un irremediable caos social.
Al final del encuentro, Sicilia abrazó y y dio un beso a Beltrones. El senador priísta le dijo que las críticas fueron duras y rudas, pero cómo inconformarse si son reales.

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