miércoles, 23 de marzo de 2011

La reforma laboral es un golpe de muerte para los trabajadores, advierte Bouzas

Una consecuencia sería el despido masivo de personal con 15 o 20 años de antigüedad
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Integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores del Colegio de Posgraduados protestaron frente a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en demanda de mejoras salariales y solución a su huelga. Los manifestantes han sostenido pláticas con funcionarios de Sagarpa, Hacienda y Trabajo y Previsión SocialFoto Marco Peláez

Patricia Muñoz Ríos
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de marzo de 2011, p. 21
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se está dando un balazo en el pie derecho con su propuesta de reforma laboral, porque la iniciativa significa un golpe de muerte para los trabajadores, cuando los pilares fundamentales de ese partido han sido el sector obrero, los sindicatos y sus centrales corporativas, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM); además, absurdamente presenta este lesivo proyecto cuando está por iniciar la carrera presidencial.
El abogado y catedrático especializado en el tema laboral Alfonso Bouzas planteó lo anterior en entrevista, y detalló que la reforma del PRI, lo primero que desataría sería un despido masivo de trabajadores de mayor antigüedad, los que tienen 15, 20 o más años laborando en muchas empresas, las que preferirían correrlos injustificadamente, irse a juicio, ya que en caso de perder, sólo estarían obligados a pagarles un año de salarios caídos. Sería la debacle laboral.
Al cuestionarle al abogado si la reforma del PRI va contra los principios de la Ley Federal del Trabajo, respondió: no sólo contraviene esta ley si no el mismo artículo 123 constitucional, y va contra una de las conquistas más sentidas del sector obrero, que es la estabilidad en el empleo.
La reforma del Revolucionario Institucional, al incluir modalidades de contratación flexibles, como son contratos por temporada, por capacitación y a prueba, deja abierto que los patrones puedan tomar esto no como excepción sino como regla, y para evitar que los empleados hagan antigüedad podrán contratar en forma eventual indiscriminadamente, sin obligación de dar empleos permanentes.
Se le preguntó a Bouzas cómo calificaría la reforma priísta, a lo que respondió: como un rosario de errores y contradicciones, ya que plantea la libertad total para la terciarización o subcontratación de trabajadores; no defiende la permanencia de los empleos; acaba con las prestaciones; no incluye el incremento a las sanciones económicas que tienen los patrones cuando cometan viola- ciones laborales; finge establecer caminos para evitar el acoso sexual, pero en realidad es una copia fiel de la reforma panista.
Respecto de si la reforma laboral del PRI está en la lógica empresarial y no de los derechos de los trabajadores, Bouzas planteó que esta iniciativa absurdamente es propatronal y, al parecer, lo único que cuidaron los legisladores del tricolor es no meterse con aspectos como el manejo de los dineros de los sindicatos, sus elecciones y demás. Pero como a los panistas no les quita el sueño la democratización de las organizaciones, no les importó esta parte.
En cuanto a si la iniciativa es la puntilla para los trabajadores, en este sexenio en el que los sindicatos han señalado que hay una abierta política antilaboral de parte del Estado, planteó el catedrático que es el golpe de muerte de derechos fundamentales de los trabajadores, el cual rompe con el artículo 123 Constitucional, mediante de reformas a una ley secundaria como lo es la del Trabajo y lo hace el partido que dice que emanó de la Revolución.
También resulta inaudita la pasividad de los trabajadores de las organizaciones independientes y que incluso, aunque no es del agrado de las bases cetemistas, los dirigentes no levanten la voz, contra esta iniciativa que dejará en una dramática situación los derechos de los trabajadores, agregó Bouzas.
Consideró que limitar el pago de salarios caídos a un año en los juicios laborales fue una petición de los patrones por conducto de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y que el Revolucionario Institucional, abriendo una puerta equivocada, les dio la razón y, a la vez, asesta un brutal golpe, porque ahora serán los propios patrones los más interesados en que se alarguen los juicios laborales, para ver si en cinco o más años que duran estos procesos, al final le pagan a los trabajadores que los demandaron apenas un año de salarios caídos y adiós.
El PRI tendría que releer su iniciativa, o se convertirá en el verdugo de quienes lo respaldaron durante décadas: los trabajadores.

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