lunes, 7 de febrero de 2011

El Presidente como la arena, se nos va entre las manos Gustavo de la Rosa Hickerson Visitador de la CEDH

La sensación de ingobernabilidad que experimentamos deriva entre otras razones de la disminución sistemática del poder de la Presidencia de la República.

Un ejemplo claro se encuentra en Ciudad Juárez. El Presidente hace tres años, a petición de los poderes estatales y municipales, compró la idea de que éstos no podían controlar la violencia en esta ciudad, y asumió él mismo la responsabilidad apoyándose sólo en el artículo 89 de la Constitución, movilizó al Ejército sin la aprobación del Poder Legislativo.

Los juarenses esperaban que a cambio de la limitación de sus derechos se dieran golpes contundentes contra los cárteles del narcotráfico que en aquel entonces estaban puntualmente identificados; esperaban que en dos o tres meses la violencia se acabaría. Pero han pasado tres años y la violencia se multiplicó por 10. Eso ha generado una percepción gravísima en la relación Gobernante-ciudadanía. ¡¡El presidente no puede

En esos años las cosas empeoraron y la percepción de que el presidente cada vez puede menos ha aumentado, ahora tampoco puede en Tamaulipas, Nuevo León ni Durango.

En esas circunstancias, la semana que entra se juega cuatro cartas muy importantes.

Intentará posicionar a García Luna como el Zar de la lucha antinarco en Ciudad Juárez. Se empieza una gran intervención social focalizada en la Colonia Francisco I Madero (sitio del último multihomicidio de 7 deportistas). Se anuncia la solución al añejo problema de la circulación de autos extranjeros. Y, la PGR empieza a jugar un papel más protagónico.

Cualquier estratega que hubiera leído El Arte de la Guerra y a Maquiavelo, pensaría que el combate todavía no empieza y se preparan las fuerzas para actuar, pero ya han pasado tres años de acciones y precisamente por ese atraso, convertir en realidad estos planes es bastante difícil. Veamos: Para que se acepte a García Luna como el comandante en jefe hay mucha oposición, que viene precisamente de la pérdida del poder presidencial. Hoy el más humilde presidente municipal reclama al de la República, con mayor razón lo hará el de la séptima ciudad más grande de México que, además, se encuentra en plena campaña para la próxima senaduría vía a gobernador, y presume ser el delegado en Chihuahua de Peña Nieto. Es un hombre que no acepta jefes, pero exige la permanencia de las fuerzas federales en Juárez.

La intervención en la Colonia Francisco I Madero tampoco será fácil. Es uno de los nidos de asesinos, secuestradores y extorsionadores tradicionalmente priísta y si se evita el sabotaje del Municipio, ya salió ganando la Federación. Además, todavía no se logra subir a las Organizaciones de la Sociedad Civil al proyecto.

Finalmente, el problema de la circulación de los vehículos extranjeros es más complejo que fácil y tiene muchos efectos perversos.

Sin embargo, esta semana se juega con la posibilidad de que el Presidente de la República finalmente se convierta mediante esas acciones en el General en Jefe de la guerra contra la delincuencia y la pobreza en Ciudad Juárez. Cuatro acciones sencillas pero muy significativas. Y que le darían una gran fortaleza a la institución presidencial y tal vez le ayudarían a salir del túnel.

En épocas de López Mateos no habría duda de que se obedecería sin chistar, también con Carlos Salinas, aunque fuéramos un Estado panista, lo había dicho el presidente y así sucedería.

Pero ahora lo dice el presidente y todo mundo (sin apellidarse Noroña necesariamente) dice que lo va a pensar.

Eso genera pérdida de confianza, que genera ingobernabilidad, que genera perdida de confianza que genera.... así hasta el infinito.

Por eso decimos que esta semana el Presidente Calderón se la juega en Juárez. ¿Estará el enterado?

Hay otra alternativa que se razona mucho en Juaritos, tal vez de manera ingenua.

Premisa 1) La presencia federal vino a complicar la seguridad en el estado

Premisa 2) Los federales se retiran... luego, Conclusión) la violencia disminuye.

Y por eso me pregunto: ¿por qué si estar aquí les genera tantos problemas no se retiran y dejan solos a nuestros gobernantes locales lidiar con el problema, rascándose con sus propias uñas? ¿Será cierto que el Estado y el Municipio son tan indefensos? o ¿habrá algún plan siniestro a largo plazo, de esos que tanto les gusta a los teóricos del complot?

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