domingo, 9 de enero de 2011

Serpientes y escaleras. León García Soler

A la Mitad del Foro
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Alejandro Encinas y Macerlo Ebrard, en un restaurante del Centro Histórico, donde se pactó el apoyo al primero para que contienda por la gubernatura del estado de MéxicoFoto Cristina Rodríguez
 
 
La sucesión presidencial empezó la víspera. Los partidos dominantes en el tablero del sistema plural cambiaron sus dirigencias con la vista fija en el año 2012. Y Felipe Calderón decidió lanzarse al ruedo, remover libremente a dos secretarios y designar a dos que ascendieron de subsecretarios del actuario Ernesto Cordero a secretarios de Energía y de Comunicaciones y Transportes. En la vieja lucha, ganó Pemex: Georgina Kessel perdió y la premian con Banobras. A estas alturas son ya tres decenas de movimientos en el tablero de ajedrez; decía era de ajedrez que en realidad es para jugar serpientes y escaleras.
Roberto Gil Zuarth, secretario particular, declarado conducto adicional o a cambio del de Gobernación. Dionisio Pérez Jácome sustituye a Juan Molinar Horcasitas, quien a su vez relevó en el cargo a Luis Téllez K., tras el escándalo por la filtración a los medios de lo que dijo en privado quien pasó directamente a hacerse cargo de la Bolsa de Valores. Curioso estilo el del michoacano, que hace comparecer ante los medios a designados y removidos: agradecimientos de los que llegan; y los desechados, a pronunciar su propio panegírico. Molinar Horcasitas precisó que renunciaba y agradeció al patrón la oportunidad de servir; deja el gabinete para ir a tocar el tambor panista bajo el mando de Gustavo Madero. He sido exonerado, el eco fúnebre de lo dicho al comparecer por la muerte criminal de los niños de la guardería ABC de Hermosillo, no pudo ni podrá acallar el clamor de justicia.
Ni modo. Mal anda el señor Madero, quien empezó su liderazgo con la vista hacia atrás; en favor de las alianzas con el PRD y aferrado a la táctica de culpar al autoritarismo anterior al año 2000; senador que no lleva la cuenta de lo aprobado en esa cámara. Los cargos hechos por Gustavo Madero tuvieron dura respuesta en voz de Manlio Fabio Beltrones: El problema no es Legislativo sino el diseño de una política económica y social que ha convertido al país en una fábrica de pobres, dijo el de Sonora. Y más: “En lo que va de la actual administración federal el promedio de crecimiento del PIB ha sido de 1.1 por ciento, mientras que en el de 1995-2000 fue de 4 por ciento. El precio del barril de petróleo fue de 20 dólares y hoy es de 69 dólares; México ocupaba el lugar 31 en competitividad y cayó hasta el 68; y en el índice de corrupción pasamos del lugar 58 al 89.
Mal anda el futuro jefe de Molinar Horcasitas. Mientras él promovía la alianza con el PRD de Jesús Ortega y socios, en una mesa de hostal capitalino se sentaron Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard, Alejandra Barrales, Martí Batres, Manuel Camacho (del Dia), así como Luis Maldonado (de Convergencia), Alberto Anaya (del PT) y Jesús Ortega como convidado de piedra. Encinas reafirmó que no se aliaría con el PAN. Y el verdadero comendador lo llevó de la mano a una gira artística por el estado de México. Júbilo en el movimiento continuo de Andrés Manuel López Obrador. Si acaso, la ausencia de la precandidata prematura, Yeidckol Polevnsky, tributo de la tristeza al servicio del estratega de Nacajuca.
El PAN tiene aspirantes de altos vuelos, dicen. Pero no tiene candidato. Los de la pluralidad suben y bajan sin rubor alguno. Atrás quedaron las enseñanzas republicanas de Maquiavelo y los dictados jesuíticos de Ignacio de Loyola. Cita John le Carré a Samuel Daniel en epígrafe de una de sus obras: Los príncipes en este caso/ odian al traidor, aunque aman la traición.
La sacudida al poder presidencial redistribuyó el poder con efectividad sorprendente. El Ejecutivo tiene hoy contrapesos efectivos en el Legislativo y en los poderes de los estados de la Federación. Los poderes fácticos, de todos tan temidos, son tan acomodaticios como los cortesanos de antaño y de siempre. Con la extrema derecha se sienten a gusto, tranquilos, seguros de que siempre trabajará a su servicio, que se ocupan de la cosa pública para llevar más dinero a las alforjas de quienes más tienen. Y siempre habrá presuntos progresistas dispuestos a sumarse a la santa tarea de enriquecerlos a costa de la equidad, con cargo a los pobres. Pero el reajuste de poder real dio al traste con el cesarismo sexenal, multiplicó los ejes de las fuerzas políticas. Y les puso nombres y apellidos.
Humberto Moreira, gobernador de Coahuila con licencia, se registró como candidato a la presidencia del CEN del PRI, con la diputada federal con licencia, Cristina Díaz Salazar, como secretaria general. Se trata de organizarse para ganar elecciones este año y la Presidencia de la República en las de 2012, dijo el del norte ante Pedro Joaquín Coldwell, Gerardo Sánchez García, de la CNC; Emilio Gamboa Patrón, de la CNOP; necesitamos a los de la vieja guardia, dijo el de una nueva generación, manumitida por la alternancia sobre la que se traza un nuevo régimen. Pero elogió a la diputada Cristina Díaz, militante activa que estuvo al frente del comité local y estatal de su tierra, que ha ganado elecciones. Y ahí estuvieron Jorge Carlos Ramírez, presidente de la Cámara de Diputados, y Francisco Rojas, líder de una bancada del PRI, de la que salieron cuatro de los nueve gobernadores electos en 2010.
Uno de éstos, el veracruzano Javier Duarte, recibió y acompañó a Beatriz Paredes el 6 de enero, conmemoración de la Ley Agraria promulgada por Venustiano Carranza. Otras voces, otros ámbitos. El World Trade Center del puerto jarocho, en lugar de una parcela ejidal; y un subsecretario como representante del titular del Ejecutivo de la Unión. Javier Duarte y Beatriz Paredes dieron realce al acto desdeñado. En el DF, el flamante dirigente de la campesina y Abelardo Escobar, secretario de la Reforma Agraria, se arrimaron a modesto busto del Varón de Cuatro Ciénegas. Ni hablar. Zapata vive. Y Madero es el apóstol de la democracia que la derecha recibió de manos de Ernesto Zedillo.
Males son del tiempo y de la cosecha de retoños de una clase política que creyó en la muerte de las ideologías, en la desaparición de la lucha de clases y el imperio sempiterno del sacrosanto mercado. Nuevas maneras de recitar las cuentas del Gran Capitán en el sexenio del empleo, de la salud, de la infraestructura y de la guerra contra el crimen organizado. Sepan cuantos... los responsables de la violencia son los violentos, dijo Felipe Calderón a sus embajadores y cónsules. Y el empleo crece y la inflación cede al otro lado del espejo; y estamos a salvo porque la economía mexicana está blindada, tenemos 113 mil millones de dólares en reservas de divisas y una línea de crédito del FMI por 76 mil millones de dólares: no hay cadáveres en el clóset, ni bombas de tiempo debajo de la alfombra, dijo el actuario, delfín del futurismo que declara a dos de los designados, avanzada rumbo a Los Pinos.
Ni hablar. Nuevos tiempos. Viejos moldes. Y mientras en Oaxaca se le deshila el gabinete a Gabino Cué, en Sinaloa los panistas fingen sorpresa al ver que el gobernador Mario López Valdez, popular senador priísta declarado converso por la alianza PAN-PRD-PT, designa a priístas como colaboradores en su gobierno. Todavía hay muchas posiciones importantes que repartir, les dice el Malova.
Mientras tanto, en el ITAM, habla Gurría Treviño, el Ángel de la dependencia: Cuando los panistas llegaron al gobierno les pregunté por qué no habían aprobado una reforma fiscal integral y me dijeron, es que no sabíamos que íbamos a ganar.

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