jueves, 30 de diciembre de 2010

Por Mi Monsi, Bohemios

Carlos Monsiváis : ¡ Qué falta nos haces !
Jenaro Villamil

Es inevitable un balance de pérdidas, encuentros y desafíos frente a un año que termina. Para un servidor y para muchos otros de sus amigos, lectores, familiares y hasta adversarios, la pérdida más entrañable es la muerte de Carlos Monsiváis.

Ya no estará físicamente con nosotros. No habrá año nuevo qué compartir con él. El ejercicio constante de elaborar la columna “Por mi Madre, Bohemios” se ha suspendido, pero no así sus lecciones y observaciones más agudas.

Paradójicamente, su presencia crece. Escribir sobre él puede ser un acto íntimo, pero también una forma de compartir y mantener su obra frente a tantos que nos sentimos un poco desorientados sin el diálogo constante con él.

Por mi Monsi, bohemios, es una forma de tenerlo siempre presente por las siguientes razones:

a) Constituye el intelectual público más importante de la segunda mitad del siglo XX mexicano y, en muchos sentidos, quien adelantó muchos de los tópicos que este desastroso inicio de siglo XXI plantea para una sociedad como la mexicana.

b) En muchos sentidos, Monsiváis fue una mezcla de Voltaire, de Oscar Wilde, de Truman Capote, de Umberto Eco y a veces hasta de Noam Chomsky, pero también en su obra están las huellas y la herencia de los liberales mexicanos más agudos como Ignacio Ramírez, el Nigromante, o cronistas y escritores como Artemio del Valle Arizpe, Salvador Novo, Octavio Paz y José Revueltas.

c) Pero también en Monsiváis está La Familia Burrón, la impronta de Rius, de los cómics norteamericanos, de los grandes cartonistas mexicanos, desde José Guadalupe Posada hasta Helioflores, Naranjo, El Fisgón o Hernández y Helguera (los inigualables Hommo Sapiens). Y difícil olvidar que en su lenguaje y en su forma de explicarse la cultura mexicana están décadas de los boleros, de la música ranchera, de la época de oro del cine mexicano, de los grandes fotógrafos y, sin duda, de pintores extraordinarios como Francisco Toledo o Vicente Rojo.

d) Su universalidad no radica en su pasión por entender, cronicar, divulgar e ironizar en torno a los procesos cívicos mexicanos, la difícil secularización de una sociedad profundamente aterida a las tradiciones confesionales, sino en su capacidad para proyectarla con los instrumentos de la modernidad y de la posmodernidad. Y uno de esos instrumentos más eficaces fue el periodismo. A Monsiváis no se le entiende sin su pasión periodística, sin su voracidad informativa y su gran capacidad de leer circunstancias, contextos y personajes.

e) Aplicó la observación activa en todos los procesos y batallas sociales y culturales más duras de este país. Vivió y escribió intensamente los momentos claves que le tocaron generacionalmente: el movimiento del 68, la liberación gay de los setentas, el sismo del 85, la irrupción de la epidemia del VIH, el movimiento feminista, el fraude del 88, la aparición del neozapatismo en 1994, el ascenso de una nueva derecha al poder, los crímenes de Estado (desde los políticos hasta los del narcotráfico), el fraude del 2006 (a pesar de que ironizó en contra de quienes aún ven con la óptica legalista lo que fue una abierta campaña de odio y estigmatización contra buena parte de la población que optó por la izquierda), la invasión norteamericana a Irak, el ascenso de los movimientos de defensa de los derechos humanos.

f) Polemizó con la ultraderecha –tanto de origen religioso como empresarial-, pero también con el sectarismo de izquierda. No separó nunca la liberación de clase, con la liberación de género y la diversidad sexual. Por eso, una de sus críticas más férreas fue contra la homofobia de los regímenes y de los movimientos que se decían de izquierda, pero que aplicaron la moral unilateral, proveniente de un orden religioso y prejuicioso. Su laicismo, paradójicamente, era una profesión de fe en los procesos civilizatorios y libertarios.

Por estas y otras razones más, en este 2010 que se va, sólo nos queda levantar una copa y abrir un libro, por mi Monsi, bohemios.

Asesinan a un niño en Ciudad Obregón.

¿ Y qué va a decir fecal : "lamento", condeno" ? Es su obligación proporcionar seguridad a la población. Ya que se largue.


El copetes...

Fernández Noroña anuncia lo que traerá el 2011...

Escuelas y maestros, chivos expiatorios

Manuel Pérez Rocha
La argumentación que se repite una y otra vez es sencilla y, por eso, sirve para efectos de propaganda: a) en un mundo en competencia, la productividad es determinante para la economía de los países”, b) la productividad depende de la calificación de la mano de obra, c) la calificación de la mano de obra depende de la calidad de la educación escolar, d) la calidad de la educación depende de los maestros. Resultado: los maestros son los culpables del atraso y las crisis económicas.

No exagero. Con algunas variantes, este es el razonamiento que hacen muchos políticos, empresarios y líderes de opinión en México y en Estados Unidos. El profesor Eric Hanushek, prestigiado investigador estadunidense que ha tenido influencia determinante en las políticas educativas del gobierno de ese país, afirma sin reservas: “El futuro económico de Estados Unidos depende crucialmente de la calidad de nuestras escuelas”, y añade: “Los logros de los estudiantes están directamente relacionados con la calidad de los maestros. Ningún otro posible enfoque de las políticas escolares tiene la efectividad que posee la política de contratar y retener buenos maestros”. Desde la época de Reagan hasta la fecha, el gobierno estadunidense ha asumido íntegramente este postulado, lo reitera en multitud de discursos y ha construido sus políticas educativas más importantes con la premisa de que los profesores cargan con la culpa de los males del país.

En nuestro país, el organismo privado Mexicanos Primero presentó hace unas semanas su estudio Brechas, en el que se describe muchas de las fallas del sistema escolar mexicano. En esa ocasión, el presidente de ese organismo culpó a la escuela no solamente de los problemas económicos, sino de todos los problemas del país. Dijo: “Las desafortunadas consecuencias sociales de nuestros pobres resultados educativos son evidentes: empleo insuficiente, baja remuneración y pobreza extendida; poca competitividad; inseguridad; corrupción; una democracia puramente electoral, no participativa; manipulación electorera; patrimonialismo y dependencia; abusos en materia de derechos humanos; insalubridad; inequidad”. Este organismo privado está patrocinado por grandes capitales y empresarios, entre ellos Televisa. ¿Qué proponen para resolver tan graves problemas? Meter en cintura a los maestros mexicanos, para lo cual formulan un plan de acción. El director de Mexicanos Primero señaló como meta central “que cada niño tenga un gran maestro”. Están siguiendo, al pie de la letra, la “narrativa” de la derecha estadunidense.

Hoy sólo una ingenuidad extrema admite que el mundo económico está constituido por “países” que compiten y triunfan en función de su eficiencia. En realidad, por encima de los países, en el sistema económico actual quienes compiten y dominan el mundo son grandes y medianos negocios industriales, comerciales y financieros, y organismos internacionales a su servicio, que triunfan no precisamente por su eficiencia y productividad, sino por su fuerza financiera y la aplicación de prácticas comerciales de todo tipo, entre ellas acaparamiento, especulación, engaños y fraudes.
En Estados Unidos, el Economic Policy Institute (EPI) ha hecho un análisis de la infundada e injusta inculpación a las escuelas y los maestros. En un artículo redactado por dos de sus investigadores, Lawrence Mishel y Richard Rothstein, publicado en la revista The American Prospect y titulado “Las escuelas como chivos expiatorios”, demuestra que en ese país el empleo, la escolaridad, los salarios y la productividad se relacionan de manera totalmente distinta a la que sostiene el juicio que se hace a las escuelas y los maestros. Por ejemplo, de 1990 a 2006 la productividad en Estados Unidos creció constantemente, apoyada por la misma fuerza de trabajo que en 1990 había sido señalada como culpable de la pérdida de “competitividad” frente a las empresas europeas y asiáticas, y culpable también de los bajos salarios. Demuestra, asimismo, con abundantes cifras, que ese notable aumento en la productividad no se vio reflejado en los salarios, los cuales se estancaron, e incluso descendieron, a partir de 2001.

También es falsa, por su generalización, la afirmación de que la productividad de las actividades económicas dependa de la calificación de la mano de obra. En Estados Unidos el incremento en la productividad no fue precedido por algún programa notable de formación de mano de obra. Asimismo, resulta falso afirmar que hay una deficiente preparación de la mano de obra para enfrentar los retos de los avances tecnológicos, pues las empresas estadunidenses han movido muchas de sus plantas a regiones y países que sin duda tienen una mano de obra menos calificada. Ponen como ejemplo a la industria automotriz que ha trasladado sus plantas a México. Podríamos añadir otros ejemplos, como el de la industria electrónica y muchas maquiladoras, tanto estadunidenses como de otros países.

Igual que en México, en Estado Unidos los últimos años se ha acentuado la concentración de los ingresos y la riqueza. En ese país, en 1980 el uno por ciento de la población con más altos ingresos recibía 8 por ciento del ingreso total, hoy recibe 20 por ciento. Ni en Estados Unidos ni en México hace falta, como dicen algunos, hacer primero el pastel para después repartirlo, ni es cierto que el deterioro de los ingresos de los trabajadores obedezca a la inadecuación de sus competencias para el trabajo, pues el desempleo alcanza con particular agudeza a los sectores calificados.

El diagnóstico que en Estados Unidos y en México culpa de tantos males a las escuelas y los maestros es totalmente falso y busca, como señalan los investigadores del EPI, desviar la atención que debería prestarse a las políticas fallidas en cuanto a “la honestidad de nuestros mercados de capital, el rendimiento de cuentas de nuestras corporaciones, nuestras políticas fiscales y la administración monetaria, nuestras inversiones nacionales en investigación, desarrollo e infraestructura, y el juego limpio en el sistema comercial”. También los mexicanos de México Primero ahuyentan estos cuestionamientos al sistema socioeconómico y político que los enriquece de manera obscena, y nos apuran a aceptar que “sólo la educación de calidad cambia a México”.

Poesía en resistencia: Navidad


Feliz navidad 2010
por Norma Frida

Luces de colores
flores, moños
vienen de tan lejos
(China)
ya no alegran
como cuando era niña
entonces había esferas verdes y rojas
que de manos artesanas venían
ahora arriban en contenedores
y alimentan otra economía

Cada vez parece más siniestro
ese barbado
que hace anhelar juguetes ajenos
hambrientos de dinero verde

Juguetes que hablan y ríen
caminan y brillan
que hacen sentir más la miseria
más la diferencia
de quien cree no merecer
lo que a otros da la vida
que enriquecen países lejanos
nunca al nuestro
solo aportan pobreza
y melancolía

Pero esto no es producto de la vida
ni del cielo
es de la maldita injusticia
de la ignorancia
de la avaricia
de la apatía

navidad 2010

Regale un libro NARANJO

El Juárez que perdimos =Carlos Murillo =Abogado

Cerramos el año 2010. Para cientos de familias en la frontera este ha sido el peor de todos los que se tenga memoria. Para nosotros, es una tragedia, significa caer hasta el fondo del pozo, quiere decir ahogarse en la oscuridad y agonizar junto a la ciudad que se muere a pedacitos esperando la luz al final del túnel.

Andar, caminar por Juárez, lo que antes era un gozo, ahora es un sacrificio, significa ver los negocios marchitándose en lo que antes eran centros comerciales, es deambular en una economía en franca decadencia, con escenario sombrío que se muestra en relieve cargando con la desesperanza a cuestas, un cuadro apenas digno de alguna novela de Juan Rulfo.

Y la comunidad internacional pone sus ojos en Juárez como lo hicieron en Mogadiscio con la hambruna hace 20 años o en el conflicto Serbia-Montenegro que trajo la muerte de niños y mujeres inocentes y es que aquí también se muere gente injustamente.

El gobierno federal asume las consecuencias, en una responsabilidad virtual que ya cala en el discurso oficial, porque cada vez que se menciona con más cinismo el “daño colateral” y las justificaciones de su irracional proceder no hacen más que ahondar las heridas en una sociedad amorfa, tullida, temerosa, que se consume en su propia soledad por no poder organizarse.

El tejido jurídico se ha quedado entre el papel y la tinta, hace las veces de muro de contención, pero está atomizado y al lado, como medio de coerción, se encuentra un aparato policial corrupto entre los corruptos, sobrado de poder con el inocente y un corderito sin voz frente al criminal.

Así es la vida en Juárez. Sólo en el espejo retrovisor podemos ver la prosperidad y la justicia social que un día llenó las mesas de los hogares juarenses, atrás quedaron las oportunidades de una vida digna, atrás la vida misma, atrás el paraíso.

Y cuando preguntan cómo era Juárez, hablamos como si fuera hace siglos que la ciudad estaba rebosante de alegría; describimos sus calles, sus parques, sus lugares como si no fueran a regresar jamás y los pocos sitios que le sobreviven son un museo de la frontera que se extinguió, las ruinas de lo que las llamas dejaron entre sus entrañas.

Una ciudad de recuerdos y cenizas que nos grita cada mañana una arenga por el futuro, porque la luz está en cada casa que enciende la estufa en la madrugada preparándose para ir a trabajar en la maquila, porque la chispa es el pistón que mueve a cada camión que comienza su trajinar de un lado a otro, la esperanza está en cada estudiante que carga en su mochila sus más valiosos afectos o en el voceador de El Diario que se planta en una esquina a vender la noticia.

Aquí está Juárez de pie. En el 2010 perdimos una batalla contra la tozudez de la Federación, pero ahora, en el sabio ciclo del tiempo que nos permite volver a empezar, estamos por dar el primer paso de la reconstrucción, de la regeneración de valores.

La historia nos ofrece la oportunidad de cambiar el rumbo de esta comunidad que se resiste al fracaso. Para comenzar pongamos en primer lugar de nuestras metas para el 2011 con letra grande y frondosa: “Salvar a Juárez”. Luego hagámoslo.

Conservadores y progresistas, diferentes hasta en estructura cerebral=@arrobajuarez.com

■ Con amígdala más grande, los partidarios de ideas de derecha
■ Con “mayor densidad de materia gris”, los de izquierda
■ ¿nuestra estructura cerebral forma nuestras opiniones políticas? o ¿son nuestras opiniones las que conducen a un desarrollo diferenciado de nuestra estructura cerebral?, es lo que ahora se preguntan los científicos

Científicos británicos han encontrado diferencias en dos áreas del cerebro, cuyas dimensiones varían en cada individuo analizado, según la orientación de sus valores y tendencias políticas le caractericen como conservador o liberal.

Realizado por el Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Londres, el estudio comprendió a noventa estudiantes, que previo cuestionario fueron sometidos al escáner de imágenes de resonancia magnética (IRM.
Tras ello, los científicos encontraron que “los estudiantes que se describieron a sí mismos como más liberales y con una ideología de izquierda mostraron una mayor densidad de materia gris en una región del cerebro llamada cíngulo anterior”, menciona BBC, que es quien ha patrocinado dicho estudio.
“Y los jóvenes que se calificaron como conservadores y con ideología de derecha tenían una amígdala -la estructura cerebral asociada al procesamiento emocional- más grande”, añade la nota.
Emocionados, los científicos buscaron hacer las mismas pruebas en políticos de carrera, y qué mejor que dos parlamentarios de tendencias políticas opuestas: el conservador Alan Duncan y el laborista Stephen Pound. El análisis confirmó la diferencia en la estructura cerebral entre ambos: Amígdala de mayor tamaño y cíngulo anterior de menor grosor en el primero, y lo contrarió para el segundo.
El profesor Geraint Rees, director del Instituto de Neurociencia Cognitiva ha manifestado que los resultados son "muy emocionantes" y ve al hallazgo como “extraordinario”, ya que plantean preguntas interesantes sobre la relación entre los valores sociales y la estructura cerebral del individuo.
"Nos quedamos muy sorprendidos al encontrar dos áreas del cerebro con las cuales se podría predecir la actitud política de una persona", dijo.
Los investigadores no saben, sin embargo, qué surgió primero: ¿nuestra estructura cerebral forma nuestras opiniones políticas? o ¿son nuestras opiniones las que conducen a un desarrollo diferenciado de nuestra estructura cerebral?
El equipo investigador, que se encuentra corroborando los resultados del experimento, se ha planteado seguir investigando este vínculo, y espera que sean publicados en una revista científica el próximo año.

De la Redacción

La noche de San Silvestre =Sergio Conde Varela =Abogado

San Silvestre fue Papa, después de una fiera persecución a la Iglesia. Duró en su encargo 23 años y murió un 31 de diciembre del año 355.

Precisamente el día último de cada año, se celebra el paso al nuevo y se le conoce como la noche de San Silvestre.

Este Papa fue famoso porque muy joven ayudó a Timoteo de Antioquia protegiéndolo de una dura persecución por Tarquinio Perpena; éste le dijo a Silvestre que si no adoraba a sus dioses, perdería su vida por la protección a Timoteo. San Silvestre le dijo al amenazante prefecto; “¡Insensato Yerras si piensas ejecutar tus amenazas, porque esta noche, te será arrancada el alma”. Una espina (posiblemente de pescado) se le atravesó esa noche y Tarquino pasó al otro mundo.

También en las Actas documentales, se afirma que el emperador Constantino fue curado de lepra, cuando se le pidió a Silvestre que interviniera por él y después de exigencias como la ayuda que tenía que dar a los pobres, de cambiar por completo su forma de vivir, la lepra milagrosamente desapareció. Constantino le dio la Catedral de San Juan de Letrán.

Pues bien, la noche que transcurre del año 2010 al 2011 es una noche más de San Silvestre.

Ese paso, en los diferentes países se acompaña curiosamente de diversas prácticas.

España: Las personas se reúnen en las plazas de cada localidad y se comen 12 uvas, una por cada mes, para el logro de prosperidad.

Brasil: En este país, se avientan flores al agua para pedir deseos.

Japón: Escuchan las gentes 108 campanadas de un templo budista y después de ello se dirigen al templo para pedir un deseo.

Venezuela: Se entregan unos a otros bollos rellenos, principalmente de mariscos para preservar la amistad durante el año que se inicia.

Italia: Curiosamente se avientan trastos viejos por las ventanas, se comen sendos platos de lentejas y se regalan vestidos rojos a rabiar como fin del año para que el nuevo sea mejor.

Uruguay: Tirar calendarios a las calles y dejar que corra el agua por ellas para que se lleve todo lo malo.

Alemania: Dejar comida en el plato para asegurar abundancia el año próximo.

Portugal: Prender hogueras por doquier para lograr la purificación.

Dinamarca: Al igual que en Italia lanzar platos viejos para demostrar afecto a sus seres queridos.

Escocia: Hacer rodar un barril con fuego y en el domicilio que se tenga, se supone que su propietario, tendrá una vida de prosperidad abundante.

Por lo que toca a los juarenses, chihuahuenses y mexicanos, seguramente que los deseos se unifican en el paso 2010-2011 en pedir al Creador una vida más segura, más estable, con mayores ingresos, pacífica, saludable, sin muertes.

En efecto, el año 2010 para los fronterizos y mexicanos, ha sido devastador. En él se han destruido familias enteras, han caído hombres, mujeres, niños, maestros, periodistas y fotógrafos de prensa, profesionales de la medicina, del derecho, luchadores sociales. Han sido verdaderamente 365 días insoportables, por la falta de programas oficiales, de voluntad política, de resolución apropiada de necesidades públicas. Además de lo anterior, los juarenses no han recibido ni una sola motivación para sus empresas desde el punto de vista fiscal; otros se han pasado definitivamente a vivir al otro lado buscando lo que no les pueden garantizar en nuestro territorio.

Los lectores quizás hayan leído la declaración de un militar ex jefe de la defensa que aseguró que el pandemónium que experimentamos no se acabará en 7 o 10 años y en consecuencia con su dicho borra de raíz toda esperanza que tengamos los hombres y las mujeres del común.

Sin embargo, y a pesar de las catástrofes, nosotros creemos firmemente en la fuerza de las palabras que sostenidas por el pueblo, influyen en las emociones y nos hacen triunfar. Si nuestro grito es de victoria así será. No habrá obstáculo que se le atraviese que no sea vencido. Sí, los juarenses no queremos sino tenemos la obligación de salir adelante y así será, porque así lo creemos y lo sostenemos. Por ello: Feliz 2011.

México o la historia de un gran abuso = Lorenzo Meyer ANALISTA POLÍTICO =

Distrito Federal– La Iniquidad como el Punto de Partida. En un relato de sus experiencias siberianas post soviéticas, Ian Frazier concluye que Rusia “es un país del que se ha abusado”, de ahí que sea “simultáneamente, tan grande y tan horrible”. A México también se le podría caracterizar de igual manera y explicar su situación actual como resultado de una historia donde sucesivas élites del poder han abusado de manera sistemática de la geografía y la sociedad.

Y esos atropellos sistemáticos han dejado cicatrices obvias: lo que fue la “región más transparente” es ya una inmensa masa urbana, caótica y envuelta por el pesado manto gris de la contaminación, mucho de lo que fue bosque es hoy terreno estéril marcado por las feas grietas de la erosión, aquello que fue un lago o un río vivo ya no existe y es, o un vertedero, o agua muerta. Las deformidades sociales son igualmente obvias: miseria y riquezas extremas lado a lado; a la gran pobreza rural y al brutalismo de amplias zonas urbanas se añade el insulto de barrios “residenciales” con acceso restringido y que, por su riqueza y forma de vida, parecieran otro país. Y está también esa deformidad cultural que forma el contraste entre el discurso político, jurídico, empresarial y religioso con la realidad de la corrupción omnipresente, la impunidad y la prosperidad del crimen organizado.

Hay muchas formas de hacer la crónica de ese gran abuso que es la experiencia secular mexicana, pero un repaso de su historia económica arroja algunas claves de fondo que explican el presente y la mediocridad que se predice para el futuro inmediato: México como una de las economías latinoamericanas menos dinámicas.

El Principio. El México prehispánico no tuvo mucho de idílico. Ahí, en el área maya, por ejemplo, se dio uno de los grandes abusos de la naturaleza y que se pagó con el declive de toda una civilización, (una explicación al respecto se encuentra en: “Collapse: how societies choose to fail or succeed, Viking”, 2005). La forma tan sangrienta en que los aztecas explotaron a los pueblos vasallos explica la ayuda entusiasta que algunos de éstos dieron a Cortés para acabar con el poder de Tenochtitlán. Ahora bien, lo acontecido aquí antes del siglo XVI fue producto de una civilización original que no tuvo otro punto de referencia que ella misma sobre lo correcto o incorrecto en su relación con la naturaleza o con los humanos. Esa perspectiva se transformó a partir de la conquista europea en relación a los patrones sobre lo que era considerado justo o injusto en el arreglo político y social. Y sin embargo, la realidad mexicana en los siglos coloniales siguió siendo esculpida con el cincel de la brutalidad.

Formalmente, la Nueva España fue un reino más del imperio español –como era Nápoles, por ejemplo– pero en la realidad se le trató como una colonia de explotación tanto del hombre como de la naturaleza. El principal límite a esa explotación a la mayoría indígena lo impuso la lógica de la Corona: no se podía llegar al exceso de explotación de los nativos sumisos –como sí ocurrió originalmente en El Caribe– porque entonces la empresa colonial misma perdería su sentido de largo plazo. La economía novohispana fue básicamente rural, pero su corazón estaba en la minería y en una política fiscal diseñada para extraer recursos y enviarlos a España –especialmente en la época borbónica–, recursos que la Corona malgastó en su política del poder europea.

La rebelión iniciada por Hidalgo en 1810, dice Eric Van Young, fue una de las primeras luchas de liberación nacional modernas, una que se desarrolló cuando el colonialismo europeo aún estaba en su etapa expansiva. Sin embargo, el resultado final de esa liberación en poco o nada cambió la situación material de la gran mayoría de los supuestos “mexicanos libres”, (“La otra rebelión. La lucha por la independencia de México, 1810-1821”, FCE, 2006).

Un historiador económico norteamericano, John Coatsworth, sostiene que fue justamente en el medio siglo que siguió a la independencia, cuando se echaron los cimientos del subdesarrollo mexicano actual. Mientras entre 1810 y 1870 Estados Unidos creció, México decreció. Con la lucha civil y la pérdida de la estabilidad política, la minería se vino abajo, la inseguridad aumentó, se dejó de invertir en capital humano e infraestructura en una geografía de difícil comunicación; el libre comercio de inicios del siglo XIX ahogó a una industria manufacturera en ciernes, que se vio privada de su mercado nacional –que por otra parte era pobre, dada la desigualdad social– y de capital para financiarse y donde el empresario siempre se vio forzado a depender de sus relaciones con el Estado, uno que, por otra parte, fue la imagen misma de la debilidad institucional, (“Coatsworth, Los orígenes del atraso”, Alianza Editorial, 1990).

El abuso principal de México en esta época de invasiones, predominio del localismo y de guerras civiles, puede resumirse como la incapacidad de su dirigencia para aprovechar el tiempo –limitado– para poner en marcha una revolución industrial que, entre otras cosas, hubiera hecho al país menos vulnerable al embate de Europa y Estados Unidos.

En su reciente libro, “Desarrollo y crecimiento en la economía mexicana. Una perspectiva histórica”, (México, FCE, 2010), Jaime Ros y Juan Carlos Moreno, trazan y explican los rasgos esenciales de la economía en los dos períodos en que el México independiente pudo realmente desarrollarse: el Porfiriato en el siglo XIX y la etapa postrevolucionaria en el siglo XX, esa que va de la II Guerra Mundial al inicio de los 1980. En el Porfiriato, el restablecimiento del orden político, la aparición de la red ferroviaria, el fortalecimiento institucional que puso fin a las alcabalas, la creación de un sistema bancario moderno y la disminución de los obstáculos para que el Estado obtuviera crédito, desembocaron en treinta años de crecimiento.

La Revolución interrumpió ese proceso, pero a partir de los 1940 se reinició como consecuencia del restablecimiento del orden, de la estabilidad que trajo la reforma agraria cardenista, del financiamiento a la inversión pública y privada, del gasto en infraestructura y formación de capital humano, etcétera. Todo ese proceso tuvo a la producción manufacturera como motor, gracias al proteccionismo. Fue, en términos de Moreno y Ros, “la época dorada de la industrialización”

En los dos períodos de crecimiento económico acelerado y que juntos suman 70 años de dos siglos, los beneficios fueron muy mal distribuidos. Lo “dorado” de ambas época fue apenas para una minoría. La desigualdad social del Porfiriato no era distinta de la que había atestiguado Alexander Von Humboldt al final del período colonial. Y los años alegres del “desarrollo estabilizador” (1956-1970) –los del crecimiento promedio anual del PIB del 6.7%– fueron también los años duros para los pobres captados por Óscar Lewis en “The children of Sánchez”, (Vintage, 1961) en contraste con la gran vida de los nuevos ricos del alemanismo bien retratada por Carlos Fuentes en “La muerte de Artemio Cruz”, (México, FCE, 1962).

En los 1970 el régimen priísta intentó frenar la creciente desigualdad mediante el “desarrollo compartido” pero todo terminó en el desastre económico de la “década perdida” de los 1980 –la del choque externo mayúsculo– y en la entrada de México en el neoliberalismo, es decir, en la disminución del Estado y el avance de un mercado, sobre todo vía el Tratado de Libre Comercio de la América del Norte. El resultado ha sido un sube y baja del PIB -+5.1% en 1990, -6.2% en 1995, +6.6% en 2000, -6.5% en 2009-, una exportación encajonada entre los bienes de alta tecnología que no producimos, los de consumo barato que otros producen aún más barato y su concentración en un mercado norteamericano que crece poco.

En fin, sólo la migración masiva a Estados Unidos, la exportación también masiva de petróleo –nuestro gran recurso natural no renovable– y quizá el dinero de la exportación de drogas, han evitado un mayor aumento de la pobreza, pero no han logrado el prometido tercer ciclo de crecimiento. Por otro lado, la deformidad social persiste y junto a la mayor fortuna familiar del mundo –los Slim– conviven un 47.4% de mexicanos catalogados como pobres, (2008). Además, está el incremento de las actividades del crimen organizado.

En fin, como la rusa, la historia de México es la de un país que ha sido moldeado básicamente por el abuso secular. ¿Cuándo lograremos el punto de inflexión y nos encaminemos por otra ruta? Ojalá sea pronto, lo necesitamos y lo merecemos.

Las nuevas insurgencias: el poder de los lectores (Segunda Parte)

Posted on 28 diciembre, 2010 by Arturo Loría por Arturo Loría


El miércoles primero de diciembre, Joaquín López Dóriga presentó un reportaje en su noticiero en el que se acusaba al periodista de la revista Proceso, Ricardo Ravelo, de haber recibido 50 mil dólares de parte de El Grande para dejar de mencionarlo en sus reportajes en torno al narcotráfico. Aquello sirvió de excusa para que el periodista dejara escapar comentarios en contra de la revista y su manera de hacer periodismo. Esa misma noche, en el programa Tercer Grado, Dóriga, junto con otros periodistas del canal, dedicaron un segmento completo a analizar y criticar al semanario.

Al día siguiente, durante el noticiero matutino, Carlos Loret de Mola tuvo que corregir todo el ataque y análisis que él y el equipo informativo de Televisa habían realizado la noche anterior: las fechas que establecía la televisora no embonaban del todo. De acuerdo con Televisa, la declaración de Villarreal fue videograbada el 4 de noviembre, sin embargo, el capo se refiere a una edición de Proceso publicada 17 días después, el 21 de noviembre. Ante esto, Loret de Mola tuvo que aclarar que la declaración no había sido cuando ellos habían dicho, sino el 24 de noviembre.

Pareció ser entonces que alguien no había hecho bien su tarea, pues tras la corrección de Loret de Mola el tema no se volvió a mencionar en los espacios informativos del canal. En su cuenta de twitter, el periodista yucateco se limitó a decir: “No desviar debate: Televisa no acusó a Proceso; el tema es si se pude citar la declaración de un narco sin pruebas de que dice la verdad”, mientras que López Dóriga en su programa de radio decía: “Televisa no acusa, quien lo hace es Sergio Villarreal, El Grande, quien está en manos de la Procuraduría General de la República”.

Por su parte, el semanario no guardó silencio. A la mañana siguiente de su acusación, mientras Dóriga y Loret de Mola suavizaban el asunto, la agencia de noticias ya tenía en su portal de Internet un comunicado en el que rechazaban categóricamente las afirmaciones de Televisa y establecían su postura: “Proceso (…) denuncia que se trata de una agresión en su contra orquestada por el gobierno de Felipe Calderón en contubernio con Televisa.”

Como era de esperarse, el linchamiento mediático en contra de Proceso generó eco en otros espacios informativos, que publicaron notas en torno al asunto. Lo interesante no era la presencia de este caso en otros medios, sino las posturas tomadas. Los periódicos Reforma (anterior víctima del linchamiento al estilo Televisa) y La Jornada apoyaron de forma discreta al semanario, El Universal se limitó a mencionar el asunto en una de sus columnas de opinión sin inclinarse hacia ningún lado y el diario Milenio amaneció el dos de diciembre con el encabezado: “Difunde Televisa declaración de “El Grande” contra Proceso”, incluyendo sendas imágenes de la declaración ministerial del capo. Al día siguiente, Ciro Gómez Leyva en su columna del mismo rotativo concluye que Proceso “lloriquea y denuncia un complot” que “les dieron una sopa del chocolate que les encanta”.

Esto último no es casualidad, sobre todo, si reparamos en el hecho de que la televisora tuvo que emplear todos los medios a su alcance para corregir el error informativo en el que habían caído y si recordamos que Carlos Marín, director de Milenio, y Ciro Gómez Leyva, colaborador, son parte del “equipo de analistas” de Televisa y del programa Tercer Grado.

En su edición 1779, publicada el cuatro de diciembre y dedicada a la agresión por parte de Televisa (con una portada en la que López Dóriga parecía hacer reverencia al Presidente Calderón bajo el título “A sus órdenes, Señor”), Rafael Rodríguez Castañeda, director de la publicación firmaba una editorial titulada “Los lectores, nuestra fuerza”, en la que dejaba claro que Proceso no se echaría para atrás en su creencia de que el ataque había sido fraguado por el gobierno de Felipe Calderón y que éste había utilizado a Televisa como su arma.

El tema pareció calmarse, hasta que el trece de diciembre, la analista política Denise Dresser publicó en el periódico Reforma un artículo titulado Macartismo televisivo, en el que tomaba prestado el término creado por Jenaro Villamil para desmenuzar las maneras en las que la televisora ataca y desacredita a sus detractores.

Al día siguiente, la señora Dresser recibió una inusual respuesta por parte de la Televisora, que en voz de Manuel Compeán Palacios, Director General Corporativo de Comunicación de Grupo Televisa, en la que negaba el linchamiento mediático, e incluso, la acusasión a Proceso (de acuerdo a Compeán Palacios, fue sólo contra Ravelo la acusasión). La réplica terminaba por negar todas las acusaciones de Dresser (a pesar de haber pruebas de éstas) y por decir que era ella la que estaba linchando a Televisa.

Dresser contestó un día después con tan sólo dos párrafos en los que no flaqueaba su postura: Televisa es “un poder fáctico cuya consolidación entraña un retroceso para el país y sus ciudadanos. De la mano de un gobierno victimizado que lo permite.”

A estas alturas, seguramente el lector de esta columna está mareado por tantos ires y venires, opiniones, desmentidas, aclaraciones, acusaciones, linchamientos, réplicas y conclusiones. Y es precisamente eso lo que nos concierne: en estos ataques informativos, en estas batallas mediáticas ¿Dónde queda el lector? ¿Dónde queda el consumidor de información? ¿No fueron acaso todos estos espacios -Televisa, Proceso, La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, et al.- creados para informar? ¿Dónde está el análisis?

¿Cómo tener una opinión o cómo llegar a la verdad –si es que ésta existe- ante tanto disparo informativo?

Mientras todos estos medios se lanzaban dardos unos contra otros a través de sus pantallas, impresiones y difusiones, en Internet, en la blogósfera, en las Redes Sociales, la gente emitía su propia opinión, sus propias conclusiones. Mientras los medios de información libraban su batalla, en el espacio virtual se generaba el auténtico debate.

Lo importante aquí no es si Proceso o Televisa o cualquiera de los medios que decidió entrar en la discusión tiene razón. Lo importante es que una de las principales funciones informativas se llevó a cabo, no en medio de esta batalla, sino en los espacios de la nueva insurgencia.

En Twitter, por ejemplo, se generó una encuesta (que a ningún periódico o espacio radiofónico se le ocurrió, vamos, ni siquiera a este blog) en la que se preguntaba la opinión de los usuarios respecto al tema: 383 apoyaban a Proceso y 17 a Televisa. En este mismo espacio se realizó un análisis de los tweets que incluyeran la etiqueta #Proceso y se concluyó que, de cada 100, quince apoyaban a Televisa, cinco daban crédito a ambas empresas, cinco desconocían la situación y el resto apoyaba al semanario.

No hay que dejar de lado tampoco lo ocurrido aquella semana con la etiqueta #mientocomotelevisa, posicionada como uno de los principales Trending Topics y que tuvo origen en las acusaciones de la Televisora. El hashtag terminó por convertirse en un medio de crítica por parte de los usuarios de la red social hacia la Televisora y las acciones que, como dice Dresser, la han llevado a tener “una marca empañada y una reputación manchada”.

Por supuesto, qué son las 383 personas que apoyaron a Proceso en Twitter o los miles de usuarios que decidieron decir #mientocomotelevisa contra los millones de televidentes que día a día consumen lo que la empresa de medios ofrece. O de qué sirve analizar 100 tweets en un país en el que sólo el 35% de la población tiene acceso a Internet.

Seguramente el Noticiero de López Dóriga o el espacio de Loret de Mola seguirán teniendo audiencias mayores que las redes sociales y la Internet. Pero hay aquí una gran diferencia que está haciendo temblar a los grandes conglomerados y consorcios: no se puede comparar la estructura vertical y oxidada de una televisora con el plano horizontal y democrático que día a día cobra fuerza en el espacio virtual.

Y lo resienten. Si la opinión de Dresser, o en su momento la de Aristegui y Villamil, merecieron desplegados o réplicas impresas, la duda, la opinión, el cuestionamiento o el simple acceso a otra información que los 32.8 millones de mexicanos con acceso a Internet puedan tener está comenzando a generar una pequeña pero muy incómoda comezón en las instituciones categóricas y absolutistas.

No sólo los intentos de Televisa por penetrar la red son muestra de esto, la lamentable reforma a la ley de medios radioeléctricos que aprobó la Asamblea Nacional de Venezuela la semana pasada demuestra que los gobiernos comienzan a temer la libertad (¿y democracia?) que existe en el espacio virtual. Países como Cuba (queriendo acallar voces como la de Yoani Sánchez) o China (que tiene a sus buscadores de información agarrados por la yugular) ya han tomado medidas al respecto.

La insurgencia tiene nuevos espacios. Son pocos, revueltos, complejos y aún sin mucha forma, pero cada día están creciendo y cada día comienzan a incomodar más a los gigantes que se creían inaccesibles e indestructibles. Los pequeños insurgentes virtuales generan pequeñas fisuras reales en estos gigantes.

En este punto del año suena a lugar comun o una cronología de la predestinación decir que en México cada 100 años hay un cambio o una revolución, de haberla, es un hecho que la próxima revolución mexicana será informativa y sus espacios de cambio están justo aquí, donde usted, querido lector, está leyendo esto. Mire a su alrededor.

Critica el EPR a grupo que plagió a Diego Fernández; no tiene demandas políticas, dice

Condena el asesinato de Marisela Escobedo y el “accidente” de San Martín Texmelucan

Afirma que el 2010 termina con “cuentas desastrosas” y pronostica un año difícil

De la Redacción

Periódico La Jornada
Jueves 30 de diciembre de 2010, p. 12
En alusión obvia, pero sin mencionar al grupo que se atribuyó el secuestro del senador Diego Fernández de Cevallos, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) señaló ayer en un comunicado: “La acción que se dice político-militar, pero que no tiene demandas concretas políticas, no es una acción revolucionaria que construye, sino una acción de una confederación en donde hay una repartición del capital recuperado. ¿Habrá una diferencia entre el crimen organizado y esta otra acción?”

El comunicado está redactado en forma de autocrítica: “Vamos a cumplir 47 años con todo nuestro esfuerzo (que no sacrificio), después de haber pasado por condiciones en las que ha habido errores tales como arribar a una relación clientelar, debido a que habiendo obtenido medios económicos para crear un fondo de guerra, el dinero se empezó a repartir sin ton ni son, lo que ocasionó que algunos militantes se perdieran caricaturescamente en la comodidad pequeño burguesa, por imitación y falta de formación o consolidación ideológica”.

Esas situaciones, “cuando no fueron aceptadas, ocasionaron que hubiera deserciones y una que otra digna renuncia, sin que de por medio existiera una lucha ideológica, sino un reclamo por reales o supuestos agravios al no existir el silencio cómplice con lo que estaba, sucediendo, como (ellos) lo exigían.

“Estos supuestos agravios obedecieron a una falta de salud mental y como consecuencia de una parcial pérdida de juicio y el resentimiento social, que no es posible admitir en una persona que se diga ser revolucionaria”, señaló.

Aunque observó que algunos de sus compañeros “se fueron en la finta y en otros despertó su verdadera personalidad con una disminución de su juicio mental y crítico, al ser alimentados los peores y más bajos instintos del ser humano”.

Destacó que cuando los desertores “se llevaron los medios que decían que servirían para desarrollar las tareas revolucionarias, creyeron que nosotros nos íbamos a quedar paralizados, sin embargo no fue así (pues) nuestros principios quedaron intactos, porque solamente con el pueblo y dentro de él pudimos y hemos podido avanzar”.
No obstante, reconoció que “quedan resabios de esa actitud que tratamos de corregir, pero como decimos nosotros, es difícil educar pero mucho más difícil reeducar, porque los errores que cometimos no solamente son un arma que le dimos al enemigo sino también a algunos militantes que persisten en una mala actitud ante la vida y se resisten a cumplir las tareas”.

Mencionó que el gran error de los caudillos “fue que sin una ideología definida tuvieron poca gente cuando no había dinero, pero después hasta hacía cola para entrarle a la bola para al final dejar nuevamente a los antiguos amos y nefastos generales apropiarse de los medios de producción”.

Nosotros, remarcó, “hemos avanzado mucho más en lo político y militar que usando dinero para conseguir clientela”.

El grupo armado dijo que 2010 termina con “cuentas desastrosas”, porque el sistema dominante “no cuenta ni un segundo de descanso para asesinar, robar, encarcelar, desaparecer, como a nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez y muchos más”.

También condenó el artero asesinato de la activista Marisela Escobedo, en Chihuahua, y el “injustificable accidente” en los ductos de petróleo de San Martín Texmelucan, Puebla.

Desde su “trinchera de lucha revolucionaria”, el EPR envió un saludo al pueblo de México con motivo del recibimiento de un nuevo año “que conscientes estamos que será difícil en el ámbito económico, político y social que exigirá de todo nosotros colaboración, definición y compromiso con los nuevos acontecimientos”.

Colonos de Narvarte aseguran que su movimiento no está acabado

Acudirán a instancias legales ante la cerrazón del GDF de proporcionarles información

Reducen autoridades la presencia de la fuerza pública en la zona donde se construye un área de regulación de la línea 3 del Metrobús

Temen daños a viviendas por operación de máquinas


Con menor presencia de granaderos se reanudaron ayer los trabajos de construcción del área de regulación de la línea 3 del MetrobúsFoto Roberto García
Josefina Quintero

Periódico La Jornada
Jueves 30 de diciembre de 2010, p. 29
Vecinos de la colonia Narvarte manifestaron que continuarán su lucha contra el paradero del Metrobús, pero desde otra trinchera. Advirtieron que acudirán a instancias legales, porque a pesar de que los trabajos prosiguen en todo el trazo de intervención de Diagonal San Antonio –de Pitágoras a Anaxágoras– para la construcción del área de regulación de la linea 3 del Metrbús, el Gobierno del Distrito Federal se negó a proporcionarles información, como los estudios de mecánica de suelo, impacto ambiental y vial.

En la colonia se fracturó la unidad vecinal. En el movimiento se formaron dos grupos: los que mantuvieron la resistencia hasta el último momento y quienes instalaron el campamento, que duró 20 días. Ambos grupos ahora se desconocen y las descalificaciones cruzadas no han cesado.

En tanto, en la zona de obras de Diagonal San Antonio se redujo la presencia policiaca y ayer realizaron actividades sin contratiempos, incluso los trabajos se extendieron a la calle de Pitágoras, en su cruce con Eje 4 Sur Xola.

El comité de vecinos que se integró durante el movimiento de resistencia pacífica contra la construcción de la zona de regulación de la línea 3 del Metrobús sostuvo una reunión para determinar cuáles de los 11 puntos de las medidas de mitigación que ofreció el gobierno se aceptarían.
Reconocieron que no hay mucho que negociar porque al final las autoridades capitalinas tomaron la determinación ya conocida. Señalaron que todavía está en riesgo su patrimonio porque con la puesta en funcionamiento de la maquinaria pesada los edificios empezaron a cimbrarse y temen que se afecten las estructuras.

Los vecinos señalaron que no permitirán que se amplíe el tramo de obras ni el retiro de palmeras. Lo que sí aceptarán es la colocación de luminarias, ya que, comentaron, no es una medida de mitigación, sino una obligación de los gobiernos delegacional y del Distrito Federal.

Asimismo, invitaron al subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, Juan José García Ochoa, a recorrer la zona para que conozca donde se realizan los trabajos y confirme que se trata de una zona habitacional.

Lo retaron a demostrar que los vecinos que se oponen a la obra son simpatizantes del Partido Acción Nacional, pues, aseguraron, son un movimiento no partidista.

Reiteraron que “este movimiento no termina aquí, seguiremos exigiendo a las autoridades que cumplan su compromiso y estaremos vigilantes para hacer notar las fallas que cometen nuestros gobernantes y no se vuelva a repetir una situación similar”.

Año nuevo-Hernández

Propósitos-Rocha

Alianzas, única posibilidad de que el PAN reviva en 2011

Álvaro Delgado



MÉXICO, D.F., 29 de diciembre (apro).- Después de perder en 2010 las gubernaturas de Tlaxcala y Aguascalientes, y poseer sólo cuatro de los 32 gobiernos estatales, el Partido Acción Nacional (PAN) enfrentará el 2011 sin ninguna expectativa de triunfo en las cinco elecciones para gobernador, antesala de la sucesión presidencial.

La única posibilidad de éxito para el PAN en los estados de México, Coahuila, Nayarit, Guerrero y Baja California Sur es a través de alianzas con la izquierda, particularmente el Partido de la Revolución Democrática (PRD), un mecanismo que en el año que termina evitó una debacle semejante a la de 2009.

La alianza del Acción Nacional con la izquierda fue exitosa en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, donde postuló a expriistas que capitalizaron el hartazgo ciudadano de los gobernadores Ulises Ruiz, Mario Marín y Jesús Aguilar Padilla, caracterizados por el ejercicio autoritario del poder y la presunta colusión con el crimen organizado.

Estas tres alianzas, pactadas por la cúpula del PRD y Felipe Calderón --quien recibió en Los Pinos a los candidatos, junto con los derrotados de Hidalgo y Durango--, dieron un respiro al PAN y a su presidente, César Nava, quien apenas a inicios de mes fue sustituido por Gustavo Enrique Madero.

Sin embargo, en las cinco elecciones de este año el PAN no tiene posibilidades reales de ganar por sí mismo ninguna de las gubernaturas, y su apuesta, otra vez, son las alianzas con el PRD, sobre todo en el Estado de México, cuyo gobernador, Enrique Peña Nieto, encabeza las encuestas hacia la elección presidencial de 2012.

En Guerrero, donde postuló a Marcos Parra, el PAN es cuarta fuerza electoral, y en Baja California Sur, cuyo candidato es el experredista Marcos Covarrubias, tampoco se prevé que sea competitivo.

En Coahuila el candidato será el controvertido senador Guillermo Anaya Llamas, compadre de Calderón, cuyas expectativas de triunfo son también remotas, después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha barrido a Acción Nacional en las elecciones recientes.

Pero, además, el gobernador saliente, Humberto Moreira, sustituirá a Beatriz Paredes en la presidencia del PRI y el candidato a gobernador será su hermano Rubén, identificado como el real estratega del éxito electoral de ese partido en Coahuila.

Es probable que a Anaya lo respalde el PRD, cuya presencia en los años recientes se ha tornado marginal en esa entidad, pero donde se perfila una alianza es en Nayarit y, sobre todo, en el Estado de México, cuyo candidato se prevé sea Luis Felipe Bravo Mena, secretario particular de Calderón y expresidente panista.

El PAN sólo gobierna los estados de Baja California, Guanajuato, Jalisco y Sonora, los tres primeros desde 1989, 1991 y 1995, y el tercero --que conquistó en 2009-- es el único que ha ganado en los años recientes, cuando más bien ha padecido la pérdida de los gobiernos de Yucatán, Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes y Tlaxcala, y antes Chihuahua y Nuevo León.

Además de esos cuatro estados que gobierna con sus militantes, el PAN participa en los gobiernos de Oaxaca, Puebla y Sinaloa, que ganó en alianza con la izquierda.