lunes, 13 de diciembre de 2010

Taibo II Oropeza Martí Batres Agustín Guerrero La Izquierda a Debate

*Durante la tertulia “La izquierda a debate”, los participantes lamentan que el sol azteca se haya alejando de los principios que le dieron origen, haya reproducido las prácticas corruptas del priismo y su dirigencia nacional esté “derechizada”
Diputados federales, escritores, historiadores, dirigentes y luchadores sociales destacaron la necesidad de rescatar al PRD para que construya un proyecto diferente al aplicado por el PAN que mantiene al país en una crisis profunda con una acentuada pobreza y desigualdad social, retome el trabajo con la izquierda social y, sobre todo, abandone la estrategia de alianzas con Felipe Calderón, porque es grave “aliarse con el enemigo del pueblo”, que está entregando la soberanía nacional y mantiene una posición de servilismo a Estados Unidos.
Durante el Tianguis de Libros de Reforma, los participantes en la tertulia “La Izquierda a debate” lamentaron que el Partido de la Revolución Democrática se haya alejando de los principios que le dieron origen, esté alejando de la población, haya reproducido las prácticas corruptas del priismo y su dirigencia nacional esté “derechizada” y empeñada en dividir a la izquierda.
“Necesitamos recuperar al PRD para que encabece las causas que le dieron origen”, que trabaje junto al conjunto de izquierdas que existen en el país para diseñar un proyecto de gobierno distinto, señaló el coordinador de la expresión Movimiento Cívico Nacional, Mario Saucedo Pérez, quien acusó a la dirigencia nacional de su partido de estar dividiendo y golpeando a la izquierda.
Afirmó que la dirección nacional perredista, encabezada por Jesús Ortega, está orientada hacia la derecha completamente. “No se reduce al problema de las alianzas (con el PAN), tiene que ver con una estrategia que a partir de 2006, 2007 y 2008 ha ido dirigida a dividir y estar completamente de acuerdo en los planteamientos estratégicos de Calderón y el PAN, de golpear a la izquierda, de dividir esa coalición que en el 2006 ganó las elecciones. Leer más http://bit.ly/gmv83f

Naranjo Nómina

Negligencia en comercio exterior Miguel Ángel Granados Chapa Periodista


Distrito Federal– La promoción del comercio exterior parece importar poco al gobierno federal. Mantuvo acéfalo durante cuatro meses el fideicomiso Proméxico, que al margen de la ley debe ocuparse de esa urgente tarea, y persiste en su igualmente ilegal propósito de reducir las dimensiones del Banco Nacional respectivo, hasta hacerlo desaparecer.

En ese panorama, y con ese propósito, crecen las tensiones internas en Bancomext, convertido en una suerte de “casa chica” de Nacional Financiera, pues su director general y una docena de directores generales adjuntos desempeñan la misma función en ambas instituciones, con detrimento de la atención que cada una de ellas reclama, especialmente el banco especializado, al que los gobiernos panistas han pretendido extinguir.

En este momento, un amago en apariencia menor, casi meramente anecdótico, es la piedra de toque del enfrentamiento entre la dirección del banco y el comité sindical. El episodio que ahora mencionaré es parte de una deliberada política de desdén a la gestión sindical, para privar a quienes la ejercen de su papel de representación, y con ello para disminuir el efecto que surta en Bancomext la creación de una federación sindical de la banca de desarrollo.

La dirección del banco que presumiblemente promueve el comercio exterior ha pedido al comité del sindicato un local en el edificio de la propia institución que la agrupación gremial ha ocupado durante un cuarto de siglo, con el asentimiento tácito de siete directores que en ese lapso con mejor o peor suerte, con mayor o menor atención al desarrollo de la institución han pasado por ahí. Ciertamente, el sindicato dispone de su propio domicilio, pero la relación bilateral del día con día se ha manejado desde los años ochenta desde una pequeña oficina en que despacha el minúsculo comité sindical. La dirección del banco reclama ese espacio como si lo necesitara, cuando es evidente lo contrario, tanto por la reducción de tareas que atosiga a esa institución en beneficio de Proméxico, como por el ausentismo de los directores, el general y los adjuntos, que casi no utilizan sus oficinas y las salas de consejo y de reuniones dado que prefieren despachar en Nacional Financiera.

El acontecimiento en apariencia menudo forma parte de un panorama que revela la concepción de los gobiernos panistas sobre la banca de desarrollo, a la que buscan eliminar o minimizar en beneficio de la banca privada, que ya muy gordas utilidades obtiene con una práctica abusiva en la que la clientela paga por dar su dinero a administrar, en vez de que los bancos resarcieran la disponibilidad de los recursos de ahorradores, depositantes e inversionistas con intereses pasivos que no sean ridículos. En una cuenta cuyo saldo promedio es de 43 mil pesos recibí un abono de tres pesos por intereses durante el mes de noviembre.

En el gobierno de Fox se deslizó la idea de fundir Nacional Financiera y Bancomext. No llegó a concretarse ninguna iniciativa legal en tal dirección, pues debido a que ambas instituciones fueron creadas por sendas leyes, la modificación de sus objetivos y su estructura reclama la intervención del Congreso. Al contrario, en agosto de 2004 la Cámara de Diputados resolvió explícitamente, en un punto de acuerdo suscrito por la mayoría, que no se avanzaría en explorar la conversión de dos bancos en uno.

Ante la perspectiva de fracasar en el terreno legislativo, el gobierno de Calderón buscó actuar en el campo de los hechos consumados. El primero de diciembre de 2006, al mismo tiempo que lo ratificaba como director de Nacional Financiera, designó a Mario Laborín Gómez director general del Banco Nacional de Comercio Exterior. El significado de ese nombramiento fue encarado por la Cámara de Senadores, que en marzo de 2007 reiteró la reticencia que tres años antes había expresado su colegisladora, al acordar su rechazo a cualquier iniciativa de fusión.

En respuesta, el gobierno acudió de nuevo a los hechos consumados, aunque violaran la ley. Creó el fideicomiso Proméxico, al que se le atribuyeron funciones propias del banco, sin modificar su ley orgánica. Luego de vacilaciones que llevaron a enmendar el decreto de creación de ese fideicomiso en febrero de 2008, se arrancaron funciones a Bancomext, sin importar que a sus directivos se les pueda imputar el incumpliendo de la legislación que rige a la institución. En vez del Banco, Proméxico se encarga ahora de promover el comercio exterior y atraer la inversión extranjera. Su primer director, Bruno Ferrari, fue ascendido en julio pasado al gabinete, como secretario de Economía, ciertamente no por su buen desempeño al frente del organismo que usurpa tareas de Bancomext. Sin quererlo el propio gobierno reveló cuán inocuo es Proméxico que lo mantuvo sin director hasta el 24 de noviembre pasado, en que fue designado para encabezarlo el ingeniero Carlos Guzmán Bonfil.

En ambas cámaras del Congreso las fracciones del PRI han presentado iniciativas para crear un Sistema Nacional de Banca de Desarrollo. Pero no ha prosperado su trámite legislativo. Mientras tanto, Bancomext languidece en un proceso de deterioro deliberado que incluye el menoscabo de la relación bilateral, en actitudes a las que no es ajeno el director general Héctor Rangel Domene, que hace dos años sustituyó a Laborín. El propio director general (que antes lo fue de Bancomer, donde también trabajó su antecesor) y los doce directores adjuntos que sirven a dos amos, quedan mal con uno, al que se proponen suprimir.

Relaciones sin fisuras-Hernández

Espíritu navideño-Rocha

Guerra en el patio trasero-Helguera

Echar la sal Julio Hernández López

Astillero
Quique y Marcelo: peregrinos
Salinas: estabilizar
Papeles trastocados


Peregrinos en Guerrero, Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto comparten penitencias. Han ido a la tierra del figueroísmo redivivo en busca de votos para los candidatos locales que suponen les reportarán beneficios electorales en 2012, y en el camino arriesgan sus haberes discursivos para pintar de regios colores las pobres vestimentas de la tragedia comicial del México de hoy. El jefe del gobierno capitalino hace como que el flamante ex priísta Ángel Aguirre Rivero constituye una opción opositora, de exterminio del priísmo, para brincar de esa plataforma falsa al planteamiento optimista de que las “alianzas” partidistas constituyen veneno para el dinosaurio de tres colores que tan vivito y coleando está que ahora hasta se permite el préstamo de saldos inviables para que sean usados como “antipriístas”. Peña Nieto, por su parte, trata de ponerse fríamente institucional a la hora de deslindar la amistad que ha tenido con el ahora “opositor”, el citado Aguirre Rivero (quien ya fue gobernador interino de Guerrero, obviamente a nombre del PRI, activamente en contra del PAN y el PRD que ahora le ungen) y asegurar que todo su apoyo está del lado del formalmente priísta, Manuel Añorve Baños.
Como puede verse, el PRI en Guerrero gana con cualquiera: con el fiel Añorve o con el desertor Aguirre. Serían distintos los bandos ganadores dentro de la compartimentación mafiosa, pero nada más. Bailadores unos, mientras otros esperan sentados, pero la música y la danza son las mismas. Clarísimo lo tiene el gran jefe nacional de la cruzada por la restauración priísta, el cada vez más activo licenciado Carlos Salinas de Gortari que busca “estabilizar” la contienda por 2012, entre otras cosas al sujetar al grupo de competidores a un ámbito controlable, “civilizado”, que permita arreglos de última hora, maniobras convenidas y exclusión de elementos disonantes, sobre todo si sus aires son tabasqueños. Salinas que en reciente entrevista le plantó a Ebrard una suerte de beso del diablo, al encomiar su desempeño al frente del gobierno capitalino, como si aún fueran Marcelo, y el gerente Camacho, parte de su cuadrilla política. Profesional y comprometido sería el perredista Ebrard, según San Carlos echador de sales, ante lo cual el presunto beneficiado no giró agradecido acuse de recibo, pero tampoco se aplicó rituales de exorcismo. En todo caso, ayer trató de fijar la tutoría del ex presidente incómodo en el copete toluqueño y no en la bicicleta chilanga: Salinas es el principal promotor de Peña Nieto, denunció, como para decir, sin decir, que no lo es de él, el propio Ebrard. Pero sin deslinde tajante, sin confrontación firme, sin respuesta inequívoca: más bien, dejando que las cosas fluyan, con la esperanza de que al final sea esa misma mano mecedora de cunas la que delimite el espacio de la contienda electoral “viable” y ayude a definir al ganador que a su vez pague favores a los adversarios conforme a la contribución que hayan hecho al buen desarrollo de la obra teatral programada.
En otro recinto actoral, entre las butacas y deseoso de revivir viejas glorias, el primer actor durante el foxismo, Santiago Creel, se empeña en jalar reflectores a sus parlamentos poco actuales. Desesperado, se deja llevar por la fanfarronería para ganar espacios mediáticos: dice que él puede ganarles a Peña Nieto y a Ebrard, cuando en el pasado, cuando su jefe Fox tenía el sartén por las botas, no le pudo ganar al Felipillo Hildebrándico en las elecciones internas de Acción Nacional. Por lo pronto, Creel (cree él) se postula precandidato a la Presidencia, dispuesto a competir con las rezagadas cartas del calderonismo (Cordero-Sedesol y Lujambio-SEP), todos bajo el riesgo de que a última hora el ocupante de Los Pinos ordene que el partido blanquiazul se “abra” a las candidaturas ciudadanas de entre las que destacaría la que desde ahora es señalada como favorita del felipismo, la de Juan Ramón de la Fuente.
En Michoacán también se trastocan papeles. La presidencia municipal de Apatzingán pretendió realizar ayer una marcha de ciudadanos en demanda de paz que terminó transformada en un acto de apoyo a La Familia Michoacana y a su jefe recientemente abatido –según versión de la administración federal, sin prueba alguna, hasta el momento–, Nazario Moreno González, conocido como El Chayo. Entre los manifestantes aparecieron pancartas y mantas de apoyo a esa organización y a ese personaje, mientras en otros municipios michoacanos (Petacalco, por ejemplo) eran colocados mensajes similares. En Morelia, mientras tanto, una manifestación vespertina de presuntos autotransportistas demandó que la Policía Federal salga del estado. Todo, en espera de conocer el verdadero saldo de las incursiones de soldados, marinos y policías federales en varias comunidades de la entidad, en la selectiva embestida contra un cártel regional.
La violencia ha llegado incluso a zonas antaño intocables. En Tecalitlán, Jalisco, se produjo una balacera durante una fiesta religiosa, lo que dejó once muertos y más de veinte heridos. En tiempos salinos, el cardenal Juan Sandoval protestó así: “Pues que respeten siquiera las cosas sagradas para que no se echen la sal, que no se salen. De por sí que andan cometiendo grandes crímenes y si todavía perturban las cosas de Dios, las cosas religiosas, ellos se echan la sal”. El jefe católico dijo que en México hay mucha corrupción y engaño, así como “tanta violencia inexplicable, de una guerra no declarada”, por lo cual se preguntó y se respondió: “¿cuál es la razón más profunda de esto?... es que no hemos aceptado el mensaje de la Virgen en serio”.
Y, mientras el gobierno priísta-monrealista de Zacatecas anuncia que se iniciará otro “paquete” de auditorías a la administración de Amalia García, y que pronto se dará a conocer “un cúmulo de irregularidades” encontradas en la Oficialía Mayor del pasado gobierno perredista, ¡hasta mañana, en esta columna que ve amenazada la estabilidad gastronómica a partir de los golpes a la paridad tortillera!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Mensaje AMLO 13 de diciembre del 2010

Fin de decenio Miguel Ángel Sánchez de Armas


Sabido es que soy un contestatario profesional que pasa los días en ocio creativo inventando cómo buscarle tres pies al gato. Adelantada la precisión, tomo licencia para una reflexión deshilvanada y una recuperación poética con las que pondré punto final a las entregas de Juego de ojos correspondientes al año que está a punto de cerrar.

En primer lugar el affaire wikileaks. Me da un poco de ternura leer las reacciones a las primeras revelaciones de correspondencia “secreta” entre la embajada gringa en México y el departamento de estado en Washington. Como país tenemos una relación asaz peculiar con los primos del norte. Odio-amor podría ser una definición binaria. Lo cierto es que ni los conocemos lo suficiente ni ellos atinan a descifrarnos.

Eso de rasgarse las vestiduras porque la señora Clinton quiere conocer detalles del ánimo y del humor del habitante de Los Pinos es un poco ridículo. También a todos los cancilleres mexicanos, desde José Manuel de Herrera hasta doña Patricia Espinosa, pasando por Bocanegra, Viesca y Montes, Creel, Lascuráin, el llorado Federico Gamboa, et al, les ha interesado la salud mental de los presidentes de Estados Unidos, por la simple y sencilla razón de que el espíritu y la conducta del jefe de Estado modulará la calidad de sus relaciones con nosotros. ¿Por qué no habría de ser lo mismo en sentido inverso?

Un ejemplo histórico. Durante la guerra de secesión había dos presidentes en Estados Unidos, Lincoln y Davis. El primero, don Abraham, el que liberó a los esclavos, pensaba que la relación con su vecino del sur era la más importante y eligió como embajador a Thomas Corwin, que había encabezado la oposición a la guerra con México. El segundo, Jefferson, estaba obsesionado con anexar nuestro territorio a la Confederación, y tuvo como enviado a John Pickett, un joven y engreído soldado de fortuna que había sido cónsul en Veracruz, quien mandaba informes que hubieran hecho la delicia de wikileaks: “los mexicanos son –escribió en un despacho- una raza de mandriles degenerados... ladrones... asesinos... villanos y parias...”; en otra se explaya en “las ventajas que acarrearía incorporar a la Confederación los ilimitados recursos agrícolas y minerales de México, así como la posesión del invaluable corredor transoceánico del Istmo de Tehuantepec.”

Lo que quiero decir es que no hay embajador en el mundo que no informe a su gobierno acerca de las fortalezas, debilidades, vicios, manías, fobias, filias, tendencias y salud mental del jefe de Estado del país en el que esté acreditado. Los mexicanos no son la excepción. Esto lo confirmé hace poco con amigos del servicio exterior.

Pero hay algo más. Los cables filtrados por wikileaks son de naturaleza “reservada”, “confidencial” y “secreta”. La primera no tiene importancia. Toda la correspondencia diplomática, incluyendo los recortes de prensa, se clasifica así. Las otras dos, si bien de un grado mayor de confidencialidad, no dejan de ser comunicaciones cotidianas. No hemos visto a la fecha notas clasificadas “sólo para los ojos del presidente”, o “sólo para la secretaria de Estado” y menos aún dirigidas al conocimiento particular del siniestro Consejo Nacional de Seguridad.

¿Qué quiere decir esto? No pretendo restar importancia al trabajo de Wikileaks, pero debemos partir de que no conocemos, hasta ahora, documentos que configuren políticas de Estado. Me parece que los memos puestos en circulación por Julián Assange deben ser sometidos a una lectura crítica alejada de escándalos y lugares comunes. Sólo los ingenuos pueden pensar que la visión que la diplomacia estadounidense tiene del mundo se ha transformado desde que el aciago John Foster Dulles declarara urbi et orbi desde el Departamento de Estado que Estados Unidos no tiene amigos, sólo intereses.

Leídos con esto en mente, los cables ya no son tan unívocos como algunos analistas políticos los han interpretado. Ejemplo: la “revelación” de que el ejército mexicano desestimó información sobre el paradero de capos del narcotráfico proporcionada por la DEA mientras que la marina sí la aceptó y con ello logró importantes capturas ¿qué quiere decir? Hay interpretaciones de que la Sedena fue indolente y la Semar receptiva. En sentido contrario hay quien piensa que el informe confirma que el ejército mexicano ha rehusado subordinarse a los servicios de inteligencia de Washington mientras que la marina acepta tal dependencia. Esto da lugar a peligrosas elucubraciones. Pienso, pues, que el gran servicio que wikilealks ha hecho a la transparencia puede lograr un efecto contrario si los documentos son interpretados desde la ingenuidad o desde lo visceral.

Dicho lo anterior, quisiera recuperar ahora un texto memorable para mí. Hace unos años abordé la improbable relación entre la poesía y la política bajo el influjo del dios nórdico Bragi. Titulé aquel envío “Del encuentro de poesía y política”. De inmediato me respondió mi amigo el irlandés perdido en las nieves alpinas y tuvimos un animado intercambio. Me autocitaré en algunos párrafos:

“Todo comenzó cuando en un ejemplar de 1939 de The Atlantic Monthly encontré el -para mí- alucinante artículo ‘Poetry and the Public World’ de Archibald MacLeish, de donde tomé una breve cita para JdO del 10 de junio: “[…] habla de cómo la poesía y la revolución política encuentran terreno común en un mundo cambiante.

“Ello provocó la puntual respuesta del irlandés perdido: ‘Lo extraño es que el propio MacLeish le da a la poesía un lugar muy lejos de todo lo que no es (y la política, creo, está lejos del ser)’. Y cita, naturalmente, la sentencia lapidaria de ‘Ars Poetica’.

“Mi respuesta fue que MacLeish publicó ‘Ars Poetica’ en 1926, y que a mi juicio, en 1939 -una gran depresión, un ‘New Deal’ y una segunda guerra de por medio- el poeta habría cambiado, y quizá trastocado su relación con el mundo. Dice MacLeish en el 26: ‘Un poema no debiera significar / Sino ser’. El propio irlandés enriquece este sentido con otra cita que pinta de cuerpo entero este espíritu de literatura per se: ‘No se me hable de política; todo lo que me interesa es el estilo’ (James Joyce a su hermano Stanislaus, 1938).’ ¿Podemos sugerir que en el 38 MacLeish habría cambiado esta visión? No lo sé, pero lo propongo.

“Hay una muy buena razón por la que la relación de la poesía con la revolución política debiera interesar a nuestra generación. La poesía, para la mayoría, representa la intensa vida personal del espíritu único. La revolución política representa la intensa vida pública de una sociedad con la cual el espíritu único debe, pero no debe, hacer su paz. La relación entre ambas contiene un conflicto que nuestra generación entiende: el conflicto entre la vida personal de un hombre, y la vida impersonal de muchos hombres.”

“A esto el irlandés respondió:

“El comentario es que la literatura anglo y europea considera que quien escribe sólo debe hacer eso, escribir. Nada de periodismo, política o activismo. No me acuerdo ahora pero al final del artículo MacLeish deja bien claro desde qué perspectiva escribe. Acá los escritores, allá el resto del mundo. En América Latina la literatura es ancilar a la cotidianeidad de nuestras vidas. No se concibe el escritor puro, a la Borges. Pero hay otra clave, que es la diferencia fundamental entre la poesía (y la literatura) del mundo anglo-euro con la del mundo latinoamericano. Dice al final del artículo y en tiempo futuro, que para los poetas ‘American as well as English... the time is near’. Pero a esa altura del partido unas cuantas decenas de poetas ya habían dado la vida en América Latina por causas políticas; y ni hablar de las centenas de políticos que en algún momento de su vida incursionaron por la poesía. Pero digo mal; en Nuestra América no hay políticos por un lado y poetas por otro. Es todo una ensalada maravillosa de luces y sombras que a mí me presentan un poeta más humano que el purista de academia o biblioteca. Lo que para MacLeish fue una posibilidad de generaciones futuras, para gente como César Vallejo fue un rito de pasaje tan natural como hacer el amor en un cementerio. La mezcla de periodistas, poetas, políticos todavía aterra y fascina en algunos antros académicos euro-yankis”.

“De regreso al ensayo de MacLeish, encontré que desde su perspectiva el meollo del asunto no es si la poesía ‘debiera’ tener que ver o no con la revolución política. ‘El asunto de fondo es si la poesía es de tal naturaleza, y la revolución política es de tal naturaleza, que la poesía pueda tener que ver con la revolución política, ya que no -se puede proponer que la poesía debiera hacer tal cosa o no debiera hacer aquella […]: la poesía no tiene más leyes que las leyes de su propia naturaleza’.

“Sigue una perspicaz reflexión sobre la naturaleza de la poesía frente a la prosa y de ambas en su relación con el arte, que llevan a MacLeish a proponer que no existen ciertas experiencias apropiadas para el arte y otras que no lo son, y que tal limitación tampoco podría considerarse en el caso de la poesía, pues ‘aquello que la poesía permite reconocer, puede ser cualquier hecho’. Precisa: ‘La poesía es a la emoción intensa lo que el cristal a la sal que se condensa o la ecuación a los pensamientos profundos: liberación, identidad y descanso. Lo que las palabras no logran puesto que sólo pueden hablar, lo que el ritmo y el sonido no logran como ritmo y sonido pues carecen de habla, la poesía logra ya que su sonido y su habla son un conjuro único.

“Sólo la poesía puede lograr esa fascinación de la mente que razona, esa liberación de la naturaleza que escucha, esa solución de las deflexiones y distracciones de las superficies del sentido, mediante lo cual se admite, se reconoce y se conoce la experiencia intensa. Únicamente la poesía puede presentar las más íntimas y por lo tanto menos visibles experiencias humanas en forma tal que los hombres, al leer, puedan exclamar: ‘Sí… Sí… Así es… Es así como realmente es.’

“La verdadera maravilla no es aquella que los diletantes literarios dicen sentir: la de que la poesía deba ocuparse tanto de un mundo público que tan poco le concierne. La verdadera maravilla es que la poesía se ocupe tan poco de un mundo público que le concierne tanto”.

Terminé aquel Juego de ojos con un regalo: el “Ars Poetica” de Archibald MacLeish (1926) con versión al español de Benjamín Valdivia, que hoy presento a manera de aguinaldo navideño:

A poem should be palpable and mute / As a globed fruit, / Dumb / As old / medallions to the thumb, / Silent as the sleeve-worn stone / Of casement ledges where the moss has grown -- / A poem should be wordless / As the flight of birds.
A poem should be motionless in time / As the moon climbs, / Leaving, as the moon releases / Twig by twig the night-entangled trees, / Leaving, as the moon behind the winter leaves, / Memory by memory the mind -- / A poem should be motionless in time / As the moon climbs.

A poem should be equal to / Not true. / For all the history of grief / An empty doorway and a maple leaf. / For love / The leaning grasses and two lights above the sea -- / A poem should not mean / But be.

Un poema debiera ser palpable y mudo / como un fruto redondo, / mudo / como los viejos medallones al tacto, / silencioso como la piedra gastada / de los balcones donde crece el musgo— / Un poema debiera ser sin palabras / como el vuelo de los pájaros.

Un poema debiera estar inmóvil en el tiempo / conforme sube la luna, / y dejar, como libera la luna / rama por rama los árboles enredados de noche, / dejar, como la luna tras las hojas del invierno, / recuerdo tras recuerdo a la mente — / Un poema debiera estar inmóvil en el tiempo / como la luna al salir.

Un poema debiera ser igual a: / no cierto. / Para toda la historia del dolor / un pórtico vacío y una hoja de maple. / Para el amor / los pastos inclinados y dos luces sobre el mar — / Un poema no debiera significar / Sino ser.

Después de esto dan ganas de gritar, con Shelley: Ociosos retornaron los dioses a su hogar, / el país de la poesía, inútiles en un mundo que, / crecido bajo su tutela, / se mantiene por su propia inercia.

¡Carajo! ¡Mi reino por un poema!

Miguel Ángel Sánchez de Armas

sanchezdearmas@gmail.com

Dos, tres, muchos Ponchis Renward García Medrano


“El Ponchis” es un fenómeno social y humano que debería avergonzar y preocupar a la sociedad y, en especial, a la clase dirigente del país. Su carencia total de escrúpulos revela la descomposición de la institución familiar entre los marginados (¿20 millones, 10,5?) y la pérdida de capacidad de la escuela pública como agente del cambio social que fue durante varios decenios a partir de los años 1930.

Ese delincuente infantil el espejo en el que puede ver su propio rostro un país en el que nada está bien: ni la seguridad básica de las personas y sus patrimonios, ni la procuración de justicia, ni su administración, ni la economía como generadora de valor y empleos, ni las pautas básicas de convivencia social.

De acuerdo con la legislación penal de Morelos, el máximo castigo que se puede aplicar a “El Ponchis” es de tres años de prisión. Cuando sea puesto en libertad, tendrá diecisiete años de edad, habrá recibido capacitación en el reclusorio y habrá acumulado mayor rencor contra todos y contra todo. Será –es ya– una amenaza para la sociedad que lo empujó a la degradación humana de que hoy es víctima.

No existen vías legales ni prácticas para impedir que este joven salga a “trabajar” para el mismo grupo criminal que lo indujo a delinquir o para cualquier otro, pues empleo es lo que sobra en el crimen organizado para los adolescentes sin escuela ni ocupación ni porvenir. Adolescentes que no respetan la ley ni las pautas básicas de relación social porque no tienen la vivencia de su significado debido a que nacieron y crecieron en el peor de los mundos posibles.

“El Ponchis” es una muestra de nuestra decadencia. Millones de niños y jóvenes son víctimas de la demolición humana que él ha sufrido. Por todos los cruceros más o menos concurridos de las ciudades pululan enjambres de muchachos armados de una botella con agua jabonosa y una jerga, que se ganan unos pesos limpiando vidrios de los autos, y casi todas las calles de la Ciudad de México están ocupadas por franeleros. No hay lugar para ellos en la sociedad; ¿cómo podemos esperar que no nos ataquen?

Algunos disfrazan con tales actividades otras ilegales y más redituables, como la venta de drogas al menudeo o la vigilancia de futuras víctimas de extorsión, secuestro u otros delitos. Otros se dedican a estas tareas relativamente inocuas porque aún no se han decidido a ingresar al crimen organizado, y unos más se están preparando para hacerlo.

Estos fenómenos son parte del costo social que debemos pagar por tener una economía semiparalizada, que empezó a declinar a raíz de las severas crisis de fin de gobierno en los años 1970 y 1980, que pareció repuntar en el último decenio del siglo pasado y que se ha estancado en lo que va del presente siglo, con un crecimiento medio anual de 1.2 por ciento, cuando la población aumenta en 0.94 por ciento en promedio cada año.

A ello se suma la creciente disparidad en la distribución del ingreso que, como analiza Carlos Tello en su más reciente libro Sobre la desigualdad en México, ha sido el factor constante a lo largo de nuestra historia y “en ella –en la desigualdad– se basó, en buena medida, el desarrollo económico y social de México”. Las sociedades prehispánicas fueron desiguales; lo fue más la Colonia; ni la independencia ni la Reforma modificaron los patrones de distribución del ingreso. La revolución logró romper durante varias generaciones la maldición de la desigualdad y convirtió a los hijos de los campesinos, obreros y desempleados en profesionistas, gracias a la escuela pública, los desayunos escolares, los libros de texto gratuitos y el trabajo admirable de los maestros de primaria.

Pero todo eso se acabó y no tiene para cuando remediarse. De acuerdo con las cifras oficiales, el decil más pobre de la población –en el que están los “Ponchis” de todo el país– recibe apenas el 1.4 por ciento del ingreso, mientras que el decil más rico, en el que están personas y familias que son admiradas y respetadas por su fortuna, recibe el 41 por ciento del ingreso. Esto ocurre cada año: la pobreza y la riqueza extremas se van acumulando hasta llegar al desquiciamiento en que hemos caído.

Para los marginados no existe el mercado, las elecciones, los periódicos. Perdidas todas las esperanzas, si alguna vez las tuvieron, les quedan muy pocas opciones de vida: la autodestrucción por la vía del alcoholismo y la drogadicción, la emigración laboral o la incorporación al crimen organizado: existen familias enteras dedicadas al secuestro, el narcotráfico, el asalto, la trata de personas y otras actividades delictivas.

Yo me pregunto cómo podemos esperar que no se reproduzcan los “Ponchis” en todo el territorio nacional, a la vuelta de nuestras casas, de nuestros empleos, de las escuelas de los niños, si la economía no crece y las desigualdades se agravan. Cómo podemos rescatar las ciudades que, para todo fin práctico, están en poder del crimen organizado, cuando los niños nacen en hogares desintegrados, crecen en la calle y desde muy temprana edad aprenden a escapar de la realidad a través de las drogas.

Para mí está claro que estos no son problemas que se plantee el panismo; a ellos lo que les interesa es no entregar el poder al PRI y van a hacer todo lo que esté en sus manos, ya sea para seguir en el gobierno o para trasladarlo a un “ciudadano” –como si los políticos no fueran ciudadanos– apoyado por ellos y por la parte del PRD controlada por “los Chuchos”, pero no para hacer bien lo que Fox y Calderón han hecho mal, sino para cerrarle el paso al priismo.

Y si el PAN no puede ofrecer sino más de lo mismo, nadie sabe lo que propone el PRD, en el que lo único importante parece ser el control del aparato del partido y, obviamente, del presupuesto. El PRI, que hasta ahora es el más viable triunfador para 2012, no ha dado indicios de cómo propondría rescatar al país de la ruina en que se encuentra, tal vez porque está en espera de que su candidato presidencial marque el rumbo, como siempre, y contra lo que alguna vez pensó Reyes Heroles: primero el candidato y luego todo lo demás.

Mientras tanto los “Ponchis” continúan incubándose y convirtiéndose en máquinas de matar, como Jacobo Tagle, el asesino de Hugo Alberto Wallace, y como los miles de sujetos de esa calaña que descuartizan los cadáveres que aquí y allí aparecen con tanta frecuencia que nos hemos acostumbrado a ello.

No sé cuándo el poder público se resolverá a impulsar la economía, generar empleos permanentes y formales, aplicar una política social que convierta a los pobres en clase media en vez de perpetuar la miseria, garantizar niveles aceptables de calidad en todos los niveles educativos. Espero que cuando lo haga, si lo hace, todavía el país, nosotros, estemos en condiciones de recuperar cierta normalidad.

Renward García Medrano

renward3@prodigy.net.mx

Hunde Congreso educación en México: Noroña


La disminución del presupuesto federal del 1 por ciento a las universidades públicas, la reducción del 2.5 por ciento a la educación y del 20 por ciento a la cultura son muestra de las prioridades del actual Gobierno Federal que en contraste aumentó cerca del 11 por ciento al presupuesto destinado al Ejército Xalapa - 2010-11-10 15:45:32 - Héctor Morales / AGENCIA IMAGEN DEL GOLFO
La disminución del presupuesto federal del 1 por ciento a las universidades públicas, la reducción del 2.5 por ciento a la educación y del 20 por ciento a la cultura son muestra de las prioridades del actual Gobierno Federal que en contraste aumentó cerca del 11 por ciento al presupuesto destinado al Ejército Mexicano, 9 por ciento a la Marina y cerca del 6 por ciento a Seguridad Pública. Esto sólo aumentará el desempleo y reducirá los ya malos índices de educación en México lamentó el diputado federal del PT, Gerardo Fernández Noroña.
Actualmente son 7 y medio millones los jóvenes que no alcanzan a ingresar a la educación superior debido al insuficiente espacio en las universidades públicas del país, lo que lleva a que una parte de estos opten por la universidad privada y en su mayoría adquieran una educación más limitada a la que se ofrece en las universidades públicas del país, aunado a esto, las nuevas generaciones de estudiantes se enfrentan a la reducción cada vez mayor del presupuesto para la educación pública en sus diferentes niveles lo que genera un retraso educativo y cultural, pues será este rubro junto con los anteriores los que tendrán que adaptarse a los recortes propuestos por el ejecutivo federal ante el Congreso de la Unión.
La propuesta de Felipe Calderón contempla reducir durante el próximo año 2011 en un 2.1 por ciento el presupuesto a la educación con un incremento de sólo 9 mil 356 millones de pesos y un recorte de 2 mil 538 millones de pesos a la cultura. De acuerdo a los tabuladores, el Congreso de la unión aprobó disminuir a la educación superior tras la propuesta del ejecutivo federal 2 mil millones de pesos en 2007 y 1 mil 426 millones de pesos en 2008 y 6 mil 500 mdp durante este año 2010. En enseñanza básica el recorte propuesto es de un 2 por ciento mientras se recortará un 13 por ciento a la educación de bachillerato, así como a la enseñanza indígena, telesecundarias y educación especial.
El recorte mayor se registra en el área de cultura donde se recortarán 2 mil 538 millones de pesos.
Lo anterior fue condenado por el integrante de esta cámara de diputados quien lamentó que ante la reducción del cupo en espacios educativos los jóvenes y la dificultad por acceder a la educación superior los jóvenes tengan como opción enfilarse en el hampa o la migración.
Lamentó que actualmente hay 7 millones y medio de jóvenes que no acceden a la educación superior por lo que dijo: “nuestro reto es lograr educación pública gratuita universal y de excelencia para todos, que no haya un solo joven sin acceso a al universidad y a la educación superior”, se pronunció también porque todos los jóvenes tuvieran acceso a comedores.

Recobrar el sentido Gustavo Esteva


Cancún era la última llamada… y fracasó. Podemos aún sacar provecho del episodio si nos atrevemos a derivar de él las lecciones pertinentes: dejar de pedir peras al olmo y pretender que somos Dios.

Hace 20 años los ambientalistas forzaron a Naciones Unidas a organizar la Cumbre de la Tierra. Se congregaron en Río, en 1992, 120 jefes de Estado, ocho mil delegados oficiales y un sinfín de ecologistas y periodistas. Una imagen trató de captar el resultado: la función de teatro siguió adelante mientras el Titanic se hundía. La conferencia, como señaló oportunamente The Ecologist, afianzó la mitología ecológica dominante, hizo visibles los intereses creados que impiden aliviar los males actuales y puso la Iglesia en manos de Lutero. Tras llegar a la cumbre, todo camino es descenso, observó entonces Juan José Consejo, uno de los más reconocidos ecologistas mexicanos. Era una advertencia y un recuento. Advirtió a los ecologistas interesados en patrones de vida más sensatos que seguir empleando el emblema que los unía podría llevar agua a un molino que ya no era el suyo. Y mostró que muchas políticas y acciones que pretenden cuidar la ecología la destruyen.

No aprendimos lo suficiente. Seguimos mirando hacia arriba. Kyoto era un paso tímido en la dirección correcta, pero nunca consiguió cabalmente su propósito. Hubo en Cochabamba, en la Cumbre de los Pueblos, propuestas sumamente interesantes, pero Cancún no las tomó en cuenta ni pudo superar el fracaso de Copenhague. Como señaló Vía Campesina, hubiera sido preferible no tener acuerdo alguno a conseguir uno tan malo.

Como es costumbre, se realizó en paralelo a la conferencia oficial otra reunión: el Foro Internacional por la Justicia Climática, convocado por cientos de organizaciones. Su Declaración de Cancún es un documento más valioso que el torrente retórico de la conferencia, pero su contenido es ambiguo. Su lema, Cambiemos el sistema, no el planeta, pone el dedo en la llaga. La declaración desnuda el carácter de las propuestas oficiales, encerradas en el ecologismo de mercado, y muestra cómo producirán lo contrario de lo que pretenden. Hace propuestas sensatas: abandonar el desarrollismo, establecer límites, concentrarse en los espacios locales, recuperar tradiciones válidas. Todo esto, sin embargo, sigue atrapado en la mentalidad dominante: se cuelga aún de los aparatos institucionales y de la trampa intelectual y política del diagnóstico, un carapacho que funciona como lápida de nuestros sueños de transformación.

Afirmar o negar el cambio climático implica que conocemos bien el planeta, sabemos cómo reacciona y disponemos de los remedios técnicos apropiados. Puro disparate. Soberbia insoportable.

Seguir confiando en las instituciones significa actuar contra toda experiencia y concentrar la energía en el lugar equivocado. Hay luchas que librar, sin duda. Celebremos, por ejemplo, la que llevó al recién firmado acuerdo de Nagoya, en que 193 miembros de Naciones Unidas crearon una moratoria de hecho contra proyectos y aventuras de geoingeniería y condenaron todo intento de manipular el termostato planetario. Pero hemos de hacerlo sin rendir nuestra voluntad a los administradores gubernamentales del capital, que seguirán dedicados a la protección de sus privilegios.

Las formulaciones dominantes, epistemológicamente frágiles, conducen a la parálisis. Aunque Evos Morales gobernaran en todo el planeta, no podrían arreglarlo. Hasta los gobiernos más majestuosos están en manos de mortales ordinarios, y todos se hallan entrampados en entresijos burocráticos y tejidos de intereses que atan manos, cabezas y voluntades hasta de los más ilustres.

Necesitamos dar suelo social y político a nuestras hipótesis, para encontrarnos hacia abajo y a la izquierda en la realidad de la transformación necesaria. Por ejemplo:

No debemos generar basura. Más que reciclarla, necesitamos desde rechazar empaques de plástico hasta abandonar el retrete inglés, un hábito pernicioso que consume 40 por ciento del agua disponible para uso doméstico y genera un coctel venenoso que contamina todo a su paso.

En vez de movernos como locos en vehículos contaminantes, debemos recuperar la automovilidad de las piernas, a pie o en bicicleta. Eso es vivir de otra manera, en otro sistema, como lo es comer, beber, vestir, habitar… con sensatez.

Los ejemplos son interminables. Si formulamos en esos términos las cuestiones urgentes, enfrentarlas está en nuestras manos, no en las de instancias globales que nunca harán lo que se requiere… ni pueden ser Dios, aunque lo pretendan.

Ha llegado la hora de cambiar el sistema, no el planeta, como se dijo en Cancún. Eso depende de nosotros, no de quienes derivan de él dignidad e ingreso. Quienes salían de Cancún, observó Leonardo Boff, iban muy descontentos con el resultado, pero decididos al fin a tomar el asunto en sus manos.

Competencia hipotecada John M. Ackerman


L

a ilegal remisión por el Senado de la República de sólo una parte de las reformas a la Ley Federal de Competencia Económica a la Cámara de Diputados, el pasado jueves, es apenas la más reciente de una serie de tropelías que no han permitido el avance de las urgentes reformas en la materia. México es uno de los países más desiguales del mundo, en el que unas cuantas familias controlan la economía nacional y expropian la riqueza de todos. Aun las cifras conservadoras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportan 50 millones de mexicanos pobres, de entre los cuales 20 millones subsisten en condiciones de pobreza extrema. La razón principal de esta injusticia e inmoralidad no es la crisis económica global e incontrolable, sino la concentración económica y la inexistencia de mercados competitivos en México.

Desafortunadamente, los legisladores federales, en lugar de resolver esta grave situación, vuelven a subordinarse a intereses ajenos. El PAN se doblega ante las presiones de Felipe Calderón, quien busca mantener el control directo del Poder Ejecutivo sobre la Comisión Federal de Competencia (Cofeco). El PRI se dedica a recortar y matizar las facultades de esta comisión con el fin de aproximarse más a los poderes fácticos. Mientras, el PRD se queda como mero espectador a quien le es dado apoyar por igual las posiciones del PAN o del PRI, dependiendo de su estado de ánimo en el momento.

El PAN no ha ofrecido argumentos convincentes contra las propuestas del bloque de PRI, PRD y PT en el Senado para convertir la Cofeco en organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, y permitir la ratificación de los comisionados por el Senado. Sin base jurídica alguna, ha argüido que este diseño legal no permitiría a la comisión sancionar directamente a las empresas monopólicas. Asimismo, señala que la participación de los senadores politizaría los nombramientos, como si la actual situación de total subordinación de la Cofeco al Poder Ejecutivo fuera garante de su independencia política.

Después de lo que ha pasado con la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), con la licitación 21 y los nombramientos de comisionados como Héctor Osuna y Mony de Swaan, y a partir del desempeño sumamente deficiente de los otros órganos reguladores, resulta evidente que habría que introducir claros contrapesos y fuertes garantías institucionales para garantizar su autonomía. Estos órganos deben cesar de ser juguetes de los gobiernos en turno, que los políticos utilizan para pagar favores, para convertirse en órganos del Estado dedicados a defender el interés público y asegurar la competencia económica.

Sin embargo, Calderón simplemente no quiere perder el poder y la influencia que implica estar directamente a cargo de la regulación de todos los mercados del país. Y en este caso el PAN en el Senado ha funcionado como mera correa de transmisión para los reflejos autoritarios y la cortedad de miras del Presidente de la República.

Ahora, aunque el PRI en el Senado ha concretado la importante propuesta de dotar de mayor autonomía legal a la Cofeco, también ha refrendado su peligrosa cercanía a los poderes fácticos al buscar restar facultades, margen de acción e independencia política a esta importante comisión. El dictamen del Senado impulsado por el viejo partido del Estado elimina la facultad de la Cofeco de ordenar medidas cautelares frente a posibles daños irreparables a la competencia, complica la posible declaración de una situación de poder sustancial conjunto de dos empresas que controlen un mismo mercado, y reduce el margen de acción para las visitas de inspección de la comisión. También abre la puerta para una radical reducción en las multas al limitar el cálculo únicamente al mercado de la empresa responsable sin tomar en cuenta el poder del consorcio más grande en el cual la empresa estuviera inserta (Televisa, por ejemplo).

Supuestamente, en aras de garantizar la seguridad jurídica de las empresas monopólicas, la propuesta del PRI también complica las declaraciones de reincidencia y aplaza de manera indefinida el inicio de un juicio penal contra los individuos responsables de prácticas monopólicas. En ambos casos, antes de proceder con la sanción correspondiente, la resolución inicial emitida por la Cofeco tendría que causar estado, algo que puede tardar hasta cinco años. Pero quizás el retroceso más grave contenido en el dictamen del Senado es la reducción de 10 a cinco años en los periodos de los comisionados, algo que busca garantizar la dependencia política de éstos.

Como si esta doble subordinación, del PAN a Calderón y del PRI a las empresas monopólicas, no fuera suficiente, ahora el Senado ha incurrido en una dramática violación a la Constitución al remitir una ley mocha, a que le faltan más de 15 artículos, a la Cámara de Diputados. El inciso E del artículo 72 de la Constitución señala que la cámara revisora, en este caso el Senado, tiene la facultad de aprobar o en su caso emprender modificaciones o adiciones a los proyectos de decreto que reciba de la Cámara de Diputados. La norma simplemente no permite la opción de no pronunciarse con respecto a una parte de una reforma. Ante esta abierta ilegalidad, el proceso legislativo desde ahora se encuentra viciado y podría ser impugnado en su momento ante el Poder Judicial.

Es hora de que nuestros legisladores tomen en serio sus altas responsabilidades y construyan una nueva reforma en materia de competencia que retome lo mejor de las dos propuestas, simultáneamente consolidando tanto la autonomía como las facultades de la Cofeco. De otra forma, estaríamos frente a una reforma que nace muerta y que solamente sirve para simular un avance normativo pero que en realidad auspicia la misma impunidad y desigualdad de siempre.

Anuncian molineros alza de 50% al precio de la tortilla


Su costo actual es de 8 pesos y se vendería a un mínimo de 12 por kilo, debido a que en mayo la tonelada de maíz se cotizaba en 3 mil 150 pesos y hoy está en 3 mil 700, expuso la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías.

Notimex

México, DF. El presidente de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, Lorenzo Mejía Morales, anunció que los costos de producción “los han orillado a tomar la determinación de incrementar el precio de la tortilla”.

En conferencia, el dirigente de los molineros señaló que en mayo la tonelada de maíz a pie de molino se cotizaba en tres mil 150 pesos, y aunque actualmente está en tres mil 700 pesos, se teme que la cifra llegue a cuatro mil pesos en enero próximo.

En conferencia, dijo que el precio de la tortilla “podría llegar a un mínimo de 12 pesos el kilogramo en promedio, pues en algunos estados del norte ya se vende hasta en 14 y 15 pesos”,

En tanto, añadió, “la masa de nixtamal se incrementaría 4.50 pesos el kilo en promedio para las tortillerías".

Mejía Morales aseguró que el mercado nacional es víctima de grandes especuladores, empresas como Cargill y Gruma, que aprovechan el entorno internacional y la falta de protección a la alimentación y a la economía para esconder el maíz.

A su juicio, dicha práctica provoca un proceso inflacionario ficticio similar al que hace dos años generó el incremento de la tortilla de 5.50 a 8.50 y 9.00 pesos en promedio el kilogramo.

Estos "coyotes", dijo, tienen a los molineros y productores de tortilla del país con una bota en el cuello, están orillando a la quiebra a miles de pequeños industriales y con ello a la pérdida de miles de empleos y patrimonios.

Además, aseguró que en este sector se resiente el aumento mensual de gas, gasolina y electricidad, que con otros costos como el pago de renta, empleados, seguro social, prestaciones, mantenimiento de maquinaria y equipo han hecho que las escasas utilidades que tenían quedaran pulverizadas.

En ese sentido, sostuvo que sin una mesa de negociación para que las autoridades pongan orden en el sector, "molineros y tortillerías nos veremos obligados a revisar y aumentar el precio de este alimento cada mes, para poder enfrentar las alzas mensuales del gas, la gasolina y la electricidad".

El incremento no se justifica: SE

Las variaciones en insumos no son motivo para aumentos sustanciales de la tortilla, aseguró.

La Jornada en línea
Publicado: 12/12/2010 19:08

México, DF. La Secretaría de Economía aseguró que no se justifica ningún alaza en el precio de la tortilla, ya que la cotización internacional del maíz, a partir de noviembre, se ha estabilizado e incluso bajado.

Esta mañana el presidente de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, Lorenzo Mejía Morales, anunció que el alimento se incrementaría cuatro pesos por kilogramo.

Sin embargo, la dependencia agregó que las variaciones de los insumos que pudieran incidir en la producción no es motivo para un incremento mayor en este producto.

La Secretaría de Economía reiteró en un comunicado que la Profeco monitorea a los establecimientos que venden este producto para evitar abusos y exhortó a los consumidores a comparar precios para que accedan a aquellos que lo ofrezcan más bajo.