martes, 23 de marzo de 2010

“Bonanza y opacidad patrimonial de la familia Calderón”.


De Proceso.com

Al quedar en el desempleo por su renuncia a la Secretaría de Energía en junio de 2004, Felipe Calderón poseía un modesto patrimonio: tenía sólo 32 mil pesos en dos bancos y un depósito de 16 mil dólares en Estados Unidos. Debía la hipoteca de su casa.

El sostén de la familia era Margarita Zavala Gómez del Campo, su mujer, aunque ella misma dejó de tener ingresos cuando, en marzo de 2006, solicitó licencia como diputada federal. “Yo ahorita no tengo chamba, pero soy candidato. Ella me mantiene”, confesó Calderón en la campaña.

Pero la suerte en el dinero comenzó a cambiarle a Calderón no sólo desde que, el 1 de diciembre de 2006, asumió el cargo de titular del Ejecutivo bajo acusaciones de fraude electoral, sino desde que se convirtió en candidato del Partido Acción Nacional (PAN), en octubre de 2005.

Se inició entonces la bonanza inmobiliaria y financiera, pero siempre bajo el signo de la opacidad, como lo acreditan sus propias declaraciones patrimoniales a su paso por el gobierno de Vicente Fox y en los tres años que tiene en el cargo que le confirió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
En este singular ascenso económico, Calderón ha dejado huellas: por ejemplo, sin haber tenido ningún empleo entre junio de 2004 y enero de 2006, los fondos de sus cuentas bancarias se multiplicaron por 10.

En efecto, el 19 de enero de 2006, al iniciar su campaña presidencial, tenía cuatro cuentas en dos bancos por un total de 288 mil 495 pesos, 346 mil 42 pesos de su afore y 14 mil 988 dólares depositados en Bank of America.

El único inmueble que reconoció como suyo fue la casa de la calle Cóndor 231, colonia Las Águilas, adquirida en marzo de 2002 mediante un crédito hipotecario por 4 millones de pesos.

En esa declaración ante el notario público 243, Guillermo Escamilla Narváez, Calderón incluyó el patrimonio de su cónyuge: cuatro cuentas bancarias en igual número de bancos por 885 mil 264 pesos; un predio rústico en Ayapango, Estado de México, y 33% de los derechos de copropiedad del terreno de mil 705 metros cuadrados de Cóndor 227.

Pero en su última declaración patrimonial como servidor público del foxismo, en mayo de 2004, Calderón consignó una fortuna considerablemente menor: una cuenta por 21 mil 616 pesos, otra por 10 mil 410 pesos, y la tercera, en el Bank of America, por 16 mil 365 dólares.

En su testimonio, declaró ser propietario de la casa de Cóndor 231 y otra de 155 metros cuadrados, cuya dirección no especificó, adquirida en enero de 1993 mediante un crédito por 340 mil pesos.

En 2004 poseía también –como hasta su declaración correspondiente a 2009– dos vehículos: un Volkswagen Golf modelo 1993, valuado en 55 mil pesos, y una camioneta Ford Windstar 2000, cuyo costo estimó en 240 mil pesos.

Siempre conforme a las declaraciones patrimoniales de Calderón, que por ley deben presentarse ante la Secretaría de la Función Pública y que consignan textualmente que toda la información es “capturada directamente por el servidor público”, este ascenso en su hacienda personal ha sido permanente.

Pero también ha crecido la opacidad de la familia Calderón-Zavala, como lo muestra el hecho de que no declaró la adquisición de los nuevos bienes inmuebles colindantes con su casa de la colonia Las Águilas, en la Ciudad de México (Proceso 1789).


Bonanza financiera

Así como Calderón multiplicó por 10 los fondos de sus cuentas bancarias en dos años sin tener empleo, en su primera declaración patrimonial que presentó ostentándose como jefe del Ejecutivo, el 12 de enero de 2007, se observa un incremento curioso.

Calderón declaró ingresos netos por 147 mil 134 pesos –146 mil 584 por su primer mes en el cargo público y 550 pesos por actividad financiera– , pero sus cinco cuentas bancarias sumaban ya 674 mil pesos, además de los 15 mil 66 dólares en Estados Unidos.

Es decir, de enero a diciembre de 2006, los fondos en las cuentas bancarias de Calderón pasaron de 288 mil 495 pesos, que declaró ante notario público al inicio de la campaña, a casi 700 mil pesos, cuando él mismo aseguró haber tenido ingresos sólo por su salario de diciembre de 2006, porque públicamente renunció a los 150 mil pesos mensuales que estaban presupuestados para él en los gastos de transición.

Cinco meses después, la modificación patrimonial del 30 de mayo de 2007, con seis meses en el cargo, sufrió pocos cambios: las cuentas bancarias subieron casi 100 mil pesos, al sumar 760 mil 436, y la cuenta en dólares siguió en 15 mil 74. Un detalle: a diferencia de su primera declaración, en la segunda sí estableció los gastos de manutención: 479 mil pesos.

Llama la atención también que en esa segunda declaración, además de sus ingresos mensuales por el cargo –139 mil 850 pesos– y por actividad financiera –7 mil 107–, aparezca una suma por concepto de “servicios profesionales” por un total de 193 mil 478.

Al año siguiente, en la declaración patrimonial que presentó en mayo de 2008, Calderón informa que ganó en su primer año de gestión 2 millones 486 mil 48 pesos: 2 millones 471 mil 508 pesos por el cargo público y 14 mil 540 pesos por actividad financiera.

De esta forma, sus cuentas bancarias sumaron 701 mil 528 pesos –60 mil pesos menos que el año previo–, pero acumuló casi 1 millón y medio de pesos más por dos conceptos nuevos: un total de 614 mil 772 pesos de “seguro de separación individualizada” y 812 mil 77 pesos por lo que denominó simplemente “otros”.

Si a sus ingresos de 2 millones 486 mil 48 pesos se le restan sus gastos de manutención, que tasó en un millón 68 mil, le quedaron un millón 418 mil pesos.

En la declaración 2009, con datos al 31 de diciembre de 2008, Calderón declaró ingresos anuales por 3 millones 75 mil 182 pesos, correspondientes a 3 millones 45 mil por el cargo público y 29 mil 355 por actividad financiera.

Aunque sus cuentas bancarias sufrieron una disminución de aproximadamente 200 mil pesos respecto del año anterior –al sumar un total de 490 mil 800 pesos–, mantuvo el millón y medio de 2008 por el “seguro de separación individualizada”, que subió a 1 millón 131 mil 993 pesos, y “otros” por 374 mil 89 pesos, lo cual dio un total de 1 millón 506 mil 82 pesos.

Sus gastos durante 2008 ascendieron a 2 millones 87 mil 287 pesos: 1 millón 68 mil pesos de manutención y un millón 19 mil 287 por el pago de dos créditos hipotecarios otorgados el mismo día (6 de junio de ese año) para adquirir una “casa habitación” y un “terreno con construcciones”.


Engañosa austeridad

En las dos más recientes declaraciones patrimoniales de Calderón, que ya no incluyen los bienes de su cónyuge, Margarita Zavala –que no percibe ingresos desde 2006–, se consigna también que no cumplió su promesa de no incrementarse su sueldo desde que asumió el cargo.

En la declaración correspondiente a 2008, Calderón asegura que sus ingresos durante todo 2007 ascendieron a 2 millones 471 mil pesos netos sólo por concepto del cargo público, pero en la correspondiente a 2009 asentó que percibió durante todo 2008, también sólo por su cargo, un total de 3 millones 45 mil 827 pesos libres de impuestos.

Es decir, el sueldo de Calderón como titular del Ejecutivo, que prometió que se mantendría igual desde 2006, en un año se incrementó en 574 mil 319 pesos, equivalentes a casi 25% más, según las cifras que él mismo consignó.

Y es que Calderón siempre ha mostrado resistencias a la transparencia: jamás honró su palabra de informar sobre los gastos de su campaña, el costo de la renta de tres inmuebles usados por su equipo ni el de su casa de transición. Tampoco dio cuenta sobre sus medios de sustento durante dos años y medio de desempleo.

Calderón había dado muestras de actuar con opacidad cuando se concedió un autopréstamo por 4 millones de pesos como director general del Banco Nacional de Obras (Banobras) en 2003, al que renunció por el escándalo que generó su revelación.

De hecho, tal como lo acreditó el reportero Daniel Lizárraga en su libro La corrupción azul, trató de ocultar el despilfarro de 150 millones de pesos de los gastos de transición, que por mandato de ley y del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) debe informar a detalle.

Al iniciar la gestión de Calderón, la Presidencia de la República negó a Proceso una solicitud, formulada el 4 de diciembre de 2006, para tener acceso a su declaración patrimonial, con el argumento de que no es de su competencia.

Con base en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, el reportero solicitó la “relación de bienes del C. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y de su esposa Margarita Zavala, que incluya propiedades muebles e inmuebles, así como las cuentas bancarias y adeudos, que por ley debe rendir en su declaración patrimonial”.

Sin embargo, el 15 de diciembre, la Unidad de Enlace de la Presidencia de la República notificó al solicitante la negativa, con el argumento de que no es de su competencia, sino de la Secretaría de la Función Pública, según el artículo 37 fracción XV, donde se establece que a ésta le corresponde “recibir y registrar las declaraciones patrimoniales que deben presentar los servidores públicos de la Administración Pública Federal y verificar su contenido mediante las investigaciones que fueren pertinentes de acuerdo con las disposiciones aplicables”.

Sin embargo, al margen de esa disposición legal, el Código de Ética del PAN que Calderón se comprometió a respetar dispone, en el apartado “Información, comunicación y transparencia”, la obligación de los servidores públicos de ese partido a abrirse al escrutinio público.

En el punto 23 establece: “Me aseguraré (de) que la información que llegue a la sociedad sea veraz, oportuna, adecuada, transparente y suficiente para cumplir con la exigencia del derecho a la información”.

En el punto 24 añade: “Facilitaré a los medios de comunicación el cumplimiento de su misión de informar. Me abstendré de ofrecer u otorgar favores o dádivas con cualquier propósito que busque cambiar el sentido de tal información”.

Y en el 27 anota: “Ejerceré la autoridad con responsabilidad y aplicaré en ello todo mi tiempo y esfuerzo, resguardando la dignidad, la honra y el nombre del servidor público y del partido. Estaré dispuesto al escrutinio de la gestión pública. Haré transparente y limpio el ámbito público”.

El mismo Calderón, al iniciar su campaña y hacer público su patrimonio, el 19 de enero de 2006, rechazó la corrupción –“¡No es válido amasar fortunas al amparo del poder!”– y se ufanó: “¡Tengo las manos limpias, no tengo cola que me pisen ni dinero mal habido ni sangre en las manos!”.

Pide TEC que no se proteste por asesinato de estudiantes... ¡ Cuidando el negocio !



Redacción/SDP | 23 de Marzo, 2010 - 13:56
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El rector del TEC de Monterrey no sólo pidió que no se proteste por los asesinatos de dos alumnos de postgrado, sino que además pidió que no se estuviera “culpando a todo el mundo.”
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Envía..El rector del TEC de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann, pidió “dejar el pasado atrás” y “no protestar sino proponer” por los asesinatos de dos estudiantes de esa escuela privada en un operativo del ejército.

En la ceremonia realizada en memoria de los estudiantes asesinados, Rangel declaró que “no espera que el gobernador ni el presidente ni la PGR” vengan a resolver los problemas de la escuela.

“Que este evento que nos sucedió con estos dos alumnos, nos sirva a todos, y no para estar culpando a todo mundo” dijo además poco antes de terminar su discurso con la palabra “felicidades.”

Las andanzas de Gato Döring




Marco Antonio Campos
Gato Döring rondaba las azoteas del bufete del ex Jefe Diego, pero como el ex Jefe se hallaba muy ocupado haciendo negocios inmorales que parecieran legales, no lo atendía. Ante los maullidos desesperados de Gato Döring, con fastidio, con enojo, el ex Jefe Diego le gritó: “¡Ya te dije mil veces que no tengo más videos de Bejarano, ni de Ponce, ni de los Chuchos creyéndose Jesucristos de izquierda, ni de Ruth agarrándole la pierna a Juan Vicente Cristero en Guanajuato, ni del Babalú de Guadalupe Costeño sirviéndome de tonto inútil! Ya te di con Loret de Mola tus quince minutos de gloria y lucimiento. No me quites el tiempo. ¿Por qué no te das una vuelta por Los Pinos a lamer las manos a Felipe, o a las oficinas del Partido de los Chuchos a ver si hay dos izquierdistas que estén de acuerdo entre sí, o a la unam a ver cuántos terroristas, drogadictos y delincuentes te encuentras por las facultades y los institutos?”

Llorando, Gato Döring se dio cuenta de que había perdido a su patrón y fiador, pero agradeció, como siempre, los buenos consejos. Lo vio a distancia: estaba sentado en su escritorio, y detrás de él, en el muro, colgaba un retrato donde el ex Jefe Diego, un día de principios de la década de los noventa, le lustraba los zapatos a Carlos Salinas. “Qué tiempos, qué costumbres”, se dijo con nostalgia, y recordó cuando él boleaba los del propio Diego, y Diego le echaba deliciosamente el humo del puro en la cara y los bigotes. Cuánto daría por aparecer de nuevo en televisión, 20 kilos más tarde, luego de aquella gloriosa mañana bejaraniana cuando evidenció lo ahumado que estaba el antro amloísta. Ahora tenía que conformarse con tener su página electrónica y ser sólo un miembro opaco del Bloguetariado Internacional.

–Me manda decirte Diego que ya no llores y te vayas a ver si ya puso la marrana y a lo mejor te enteras cuál es la causa de la influenza– le gritó desde la ventana Lozano Gracia, conspicuo socio de Diego en el manoseo de las leyes para hacer lícito lo que es injusto.

Gato Döring lanzó tres maullidos que oyeron todos los conservadores religioneros hasta la mitad del siglo XIX: ¡PATARIA, RELIGIÓN Y SANGRE!

Gato Döring, pese a su enorme sobrepeso, llegó a las afueras de Los Pinos. Se trepó a uno de los grandes árboles de la avenida. Quería ver a Felipe de Jesús, el Presidente Santo, aunque fuera a distancia. Quería mostrarle su blog, donde lo apoyaba incondicionalmente, aun más de lo que lo hacía el ultraservil de Hermann Martins. En su blog ahora pedía el voto por el Partido Retrógrada, defendía a los curros de la escuela privada contra la naquiza de la escuela pública, y proponía, para contrarrestar a la unam , la creación de la URM, siglas de la Universidad para Retrasados Mentales, de donde saldrían los cuadros para próximos gobiernos del partido en el poder, aunque sería muy difícil superar a los anteriores.

–Mira un gato gordo allá arriba –dijo un guardia presidencial a otro–. ¿Por qué no te lo bajas de un balazo?

Más tardó en oírlo que Gato Döring en bajar. Se acercó a ellos para aclararles quién era.

–Soy senador del Partido Retrógrada –se presentó–. He trabajado de criado, de valet parking, de caddie, de aguador, de recoge bolas, de vieneviene, de carga portafolios, de ayudante de chef, pero eso sí, sólo en círculos VIP, es decir, con gente que nunca ha estudiado con el peladaje unameño, ni en las universidades públicas de provincia. Mi último patrón fue el ex Jefe Diego, coyote jurídico de pedigree, pero ahora aspiro a ser acólito del presidente santo Felipe de Jesús.

–Mira –dijo el guardia– manda llamar a alguien de la comisión de recepción para que le reciba los papeles a este orate.

Llegó un joven con toda la pinta de neojunior. Lo reconoció. Hablaron. Gato Döring le entregó en dos fólders los documentos y le explicó su contenido:

–En uno viene todo lo que he escrito en mi blog y en el otro una propuesta que de seguro interesará al ciudadano presidente.

–Tenga toda la seguridad, señor senador, de que llegarán a manos del gran destinatario –le dijo el neojunior a Gato.

Gato se alejó rápida y furtivamente porque llegaba una horda de manifestantes que gritaban consignas contra el Presidente del Desempleo. “Por eso no pasan de pobres”, pensó.

Tardó más horas de las debidas, pero Gato llegó al campus de la UNAM. Pasó frente a Rectoría, pasó frente a Filosofía y Letras, y cruzaba las islas frente a Derecho, cuando un joven, que tenía toda la pinta de superpasado, le lanzó una piedra, que le rozó la piel. “¿Qué hace un gato de angora en nuestra universidad?” Asustado, Gato Döring se trepó a un árbol haciendo huir a pájaros y ardillas. “Estos muertos de hambre no respetan las clases sociales. En los tiempos de don Porfirio los indios se bajaban de la banqueta cuando pasaba la gente de bien. Seguro es un terrorista afiliado a las farc , enviado por Lucía Morett”, se dijo ya a buen resguardo.

“¿Para que servirán estos Frankensteins de universidades?”, se preguntó. Empezó a ver con ojos de felino el campus. Sacó su calculadora de mano y concluyó que con los terrenos de la UNAM se podría pagar la deuda, aunque no supo si la externa, la interna, o la que él debía por estar de monigote decorativo en el Senado. Se preguntó cuánto habría cabildeado y pagado de nuestros impuestos el ex rector Juan Ramón de la Fuente para que se considerara a la unam en los últimos años como la única universidad de lengua española entre las cien mejores del mundo, incluso sobre el ITAM, y que aún la colocaran entre las mejores veinticinco en humanidades? ¿De dónde habría venido esa ilusión óptica, que ha durado décadas, de que en la unam se hace más del sesenta por ciento de la investigación nacional? ¿Para qué existen carreras inútiles como Biología, Matemáticas y estudios del genoma que sólo atentan contra nuestra religión? ¿No se habría equivocado el presidente Felipe cuando elogió entusiastamente los resultados de los estudios del genoma mexicano? ¿No se daba cuenta de que eso iba contra la vida, como decía el Pájaro Cardenal? ¿Pero a quién se le ocurrió que la unam era la segunda institución cultural del país, y si lo era, a quién le importaba la cultura, si a fin de cuentas era mucho más nociva que provechosa, y los intelectuales y artistas una casta parásita y sostén de guerrilleros y terroristas?

“Aquí podría construirse un pequeño Manhattan”, se repitió. Era uno de los dos puntos fundamentales que ponía en su propuesta al ciudadano presidente. Imaginó en el campus una serie de grandes réplicas neoyorquinas: en el lugar de la Rectoría podía alzarse el Empire State, y enfrente, sustituyendo a la estatua de Barros Sierra, se erguiría la Estatua de la Libertad. En vez de la Biblioteca –se dijo– levantarían el Rockefeller Center, y donde corría el circuito, hasta el Periférico, con todos sus meandros, se abriría un río que bautizarían como el Mexican Hudson. En una de las zonas ecológicas podría geometrizarse el Central Park y en la de las facultades un nuevo Wall Street. No, de ningún modo habría un nuevo Broadway; sería eso un nido de perdición.

El terrorista que le había enviado Lucía Morett, al parecer había llamado a otros farquianos y errepianos, porque pronto se juntó una turba que le tiraba piedras: “¡Bájate, débil mental.”

Como pudo se agazapó y luego salió huyendo.

Se refugió, sin saber dónde estaba, en la Facultad de Economía. Caminó, tratando de pasar inadvertido, por los corredores. De pronto, al pasar por un salón de clases, oyó su nombre. El profesor les leía a los alumnos las páginas de su blog donde él, el propio Gato Döring, ponía en su lugar a la UNAM. “Imaginen ustedes –decía riéndose– un senador que es casi un analfabeta: ni siquiera sabe redactar. En el título de su artículo inicia con tres admiraciones finales (!!!), omitiendo, claro, la primera. Tiene una puntuación de manicomio: pone siempre comillas y puntos donde no debe y no está aún enterado de que en español existen los acentos. Escribe manhatan en vez de Manhattan, es decir, con minúscula y con una t, y dice frases como que la UNAM se halla “a un lado de Perisur y mero Insurgentes”.

Gato Döring, conocido en su casa y en el ITAM como Federico, se hundía más en su rincón pensando cómo huir sin ser descubierto.

“La mentira –añadió el profesor– es consustancial a la política, pero al menos hay que aprender a decir las mentiras. Jonathan Swift hacía notar las bases fisiológicas de la mentira: el alma contiene un lado plano, creado por Dios, y un lado cilíndrico, que gobierna Satanás. Según los Evangelios, Satanás es el padre de la mentira. Gato Döring, que es fundamentalista católico, a causa de su devoción por la mentira, está del lado de Satanás. Leamos este párrafo del senador que sólo utiliza del alma el lado cilíndrico: ‘Los tres últimos años hemos tenido grandes logros en el combate contra el narcotráfico, la creación de empleos, el fortalecimiento de la economía, el orden moral y el bienestar en general de todos los mexicanos.'”

Gato Döring, alias Federico pero que en su blog firma como Edgar, se lamía nerviosamente los bigotes. Temblaba. Esperaba que llegara la noche.


Collages de Philippa King
“¿Grandes logros en el narcotráfico? –preguntó el profesor–. Los analistas políticos y los profesionales de las estadísticas entonces deben estar chiflados. Este año, en menos de 150 días, llegamos ya a cerca de 3 mil muertos –cifra record– y la gente del narco, a la par que la capturan, se reproduce como chinches. ‘No se ha reducido el consumo de las drogas', ha escrito un analista político, pero sí los derechos y prácticas antidemocráticas. ¿ Creación de empleos, dice nuestro senador? Según el INEGI hay 2,400,000 desempleados, es decir, oficialmente existe el 5.25 %, lo que significa que en un año ha aumentado cerca de 70% el desempleo. ¿Fortalecimiento económico? En los primeros dos años no creció el PIB y para este 2009 el presidente del Banco de México anuncia un decrecimiento económico del 5.5 % (es decir, peor aun que en 1982 y 1989-1995) y el ministro de Hacienda de su propio partido reconoce que hay un hoyo de 300 mil millones de pesos. A esto aúnesele que la inversión extranjera bajó doce veces en 2008 y se ha dado una caída en lo que va del año del diez por ciento de la producción industrial. Todo esto, según las conclusiones sin datos estadísticos de nuestro senador, mostraría que 107 millones de mexicanos, incluidos 60 millones de pobres y miserables, hemos conocido el bienestar. ¿Logros en el orden moral? En eso, reconozcamos, se reparte democráticamente toda la clase política la corrupción y la impunidad. Pero ¿qué dicen las encuestas? Las gentes de menos fiar, aun por debajo de los policías, son los miembros del Congreso, al que el senador pertenece. ¿No son ladrones los miembros del Congreso que han hecho leyes para darse a sí mismos todas las prebendas? ¿No se dan autolegalmente sueldos demenciales, sobresueldos, compensaciones, aguinaldos dignos del Rey Midas, partidas de viajes, seguros, tienen personas a su servicio y aun en períodos en que les toca trabajar y no asisten, suelen devengar días de salario? ¿No es esto, por parte de diputados y senadores, simples hurtos legales? ¿No es el senador Döring un delincuente legalizado que, sin embargo, se elogia por pagar impuestos? Si alguien sabe qué ha hecho por el país, en este momento lo exento.”

Aún agazapado en un rincón, Gato era visible por su grosor esencial. Empezó a runrunear. Un estudiante lo descubrió: “¡Te voy a dar una calentadita, gato de angora!“ Otro dijo admirado: “Pero si parece más Cenador que Senador”.

–Déjenlo ir. Tómenlo como el tonto de la familia de su partido –dijo el profesor.

Ya de regreso a casa, Gato Döring, pensaba si lo correcto era presentar una demanda contra los 360 mil académicos, alumnos, empleados y trabajadores de la unam por terroristas, delincuentes y drogadictos ante la pgr , en lo que seguramente el Procurador General, que de todas todas favorecía lo que fuera del Partido Retrógrada, lo secundaría y los arraigaría en CU.

Llegó a su azotea habitacional en el barrio gatuno.

Ya estaba Gato colocándose cómodamente en el sofá para ver sus historietas de Garfield, cuando tocaron a la puerta. Para su sorpresa, para su alegría, era un mensajero que traía un sobre rotulado de la Presidencia de la República. El Salvador de la Humanidad, de su puño y letra, le dirigía una misiva: “He leído con un grupo calificado de colaboradores su blog y su originalísima propuesta educativa. Como usted sabe, hace poco un diario publicó quiénes eran los dieciocho hombres más influyentes del país; nosotros hicimos un recuento de quiénes eran los dieciocho políticos en activo con menor iq a lo largo del país. Habiéndose ya retirado a su rancho de agaves azules en Guanajuato la pareja de Juan Vicente Cristero y Máscara Wouse, me alegra comunicarle que, por méritos en campaña, usted encabeza la lista y, por tanto, hemos aprobado su propuesta de crear la Universidad para Retrasados Mentales (URM) y decidido que el primer rector será usted mismo.”

El mensajero le dijo que el ciudadano presidente le enviaba también una taza de leche. Gato Döring empezó a bebérsela, y a cada sorbo no dejaba de lamerse los bigotes, pensando cómo, desde la Rectoría de la Universidad para Retrasados Mentales aniquilaría a la naquiza de delincuentes, drogadictos y terroristas de las escuelas y universidades públicas, en especial a los de la UNAM.

Volvió la cabeza y vio en el muro la fotografía donde estaba boleándole los zapatos al ex Jefe Diego, quien dejó la tarea de ser ideólogo de la derecha para volverse videólogo del Partido, y le sonrió agradecido.
No por lo de Ciudad Juárez-Fisgón

No tan intocables-Rocha

Astillero


Mentiras, montajes, impunidad
Línea de fuego
¿Y la comunidad Tec?
Alineación y balanceo
Julio Hernández López

Lo peor es la gran mentira, la simulación institucionalizada, el acomodo de “evidencias” para justificar las versiones oficiales, la intimidación a funcionarios académicos y testigos presenciales para imponer dictámenes exculpatorios y la convicción generalizada de que se está frente a montajes permanentes en los que cualquiera puede ser declarado culpable porque sí o secuestrado, golpeado o asesinado porque así está siendo impuesta la lógica de una “guerra” equívoca en sus objetivos, torpe en su ejecución e intencionalmente amenazadora para todos.
En medio del enojo nacional por el asesinato de dos brillantes alumnos de posgrado del Tec de Monterrey brinca al escenario de las falsedades institucionales un devaluado secretario de Gobernación pretendiendo firmar alianzas con una legalidad inexistente y proponiendo al gobierno de Nuevo León y al rector general del citado Tec que jueguen a aparentar unidad absoluta (no hay fisuras, dice el hombre de Bucareli, para dejar clara constancia de que sí las hay) ante las pifias criminales que han enlutado a esa comunidad académica pero no sólo a ella, sino a una nación entera que ve cómo la belicidad irracionalmente desatada por Felipe Calderón arrasa con todo y en esa violencia sin control puede llevarse vidas de jóvenes en Ciudad Juárez o en la capital regiomontana.
Fernando Gómez-Mont estrena visiones geopolíticas de apocalipsis: los aplicados alumnos muertos lo fueron por haber quedado colocados en la “línea de fuego” que, a partir de ahora, por decreto de Los Pinos, Gobernación, Sedena y la Marina, podrá habilitarse instantáneamente en cualquier lugar que a esos propósitos balísticos convenga: Todo México es Línea de Fuego, sería el anuncio comercial de las líneas telefónicas del calderonismo en guerra (allí están, para prueba, las fotografías del presunto narcomenudista al que la Armada condujo en helicóptero, según eso hacia la policía municipal de Santa Catarina, Nuevo León, y luego apareció muerto, tirado en un lote baldío). Además, el pomposo declarante bucarelino aprovechó la oportunidad para asentar su creencia de que los jóvenes “cayeron” a causa de balas disparadas por los narcotraficantes que arremetían contra soldados en cuyas inmediaciones habrían estado los jóvenes del Tec. Explicaciones ligeras de seso cuyo propósito es la exculpación automática del bando propio y no la instauración de un proceso creíble de investigación y castigo. Versiones oficiales que naufragan ante las evidencias del comportamiento abusivo que quitó equipo de comunicación radiofónica a vigilantes del Tec en el campus Monterrey, que decomisó videos, e impuso a las autoridades de ese centro la emisión de un boletín informativo falso en el que el rector Rafael Rangel Sostman aseguraba que entre los muertos no había miembros de esa comunidad académica.
Pleitos en las alturas mientras abajo la gente habla de golpes y torturas cuando menos a uno de los muertos y se pregunta cómo fueron confundidos dos estudiantes con sicarios y por qué se retardó la aceptación de que efectivamente habían sido asesinados dos alumnos, cuando las credenciales de identificación debían estar inmediatamente a disposición de los férreos controladores castrenses de la situación. Contradicciones a la vista en las primeras declaraciones, cuando se aseguraba –como se hace tantas veces, todos los días, imponiendo una versión oficial que convierte en criminal a todo caído en operaciones “contra el narco”– que los muertos habían sido “sicarios” que habían disparado contra militares que se habían visto obligados a responder al fuego.
Comunidad del Tec que hoy se encuentra frente a una definición histórica, con su rector general, Rafael Rangel Sostmann reconociendo el error de haber difundido un boletín informativo conforme a las indicaciones de autoridades que le aseguraban que nadie de ese instituto había sido afectado, a pesar de que de inmediato, por Twitter y a través de los aparatos de radio de los vigilantes, se había esparcido la información de que los caídos eran dos estudiantes. Ayer, para abundar en ese equívoco enorme, el rector del campus Monterrey, Alberto Bustani, habría reconocido, según el portal informativo de Reforma, que supo oportunamente de la versión de los dos estudiantes heridos, pero sólo buscó confirmarla con un guardia de seguridad del instituto, quien no estaba seguro de lo que originalmente había dicho, en el sentido de que eran alumnos los caídos. Y, en la duda... el mando del ITESM prefirió la versión que luego se supo era mentirosa. ¿Qué hará la comunidad del Tec, quedarse con el homenaje luctuoso, los altares y la discusión y las quejas en línea?
Saldos evidentemente negativos de una guerra declarada por sus pistolas por el comandante Felipe que se niega a reconocer sus errores gravísimos y que hoy habrá de recibir una multitudinaria visita de alineación y balanceo a favor de la estrategia intervencionista estadunidense a la que mucho conviene la división y el temor sociales, pero que también requiere del capataz nativo una mayor dosis de cuidado operativo para no descarrilar las operaciones en curso. Calderón, reconfortado por la llamada telefónica que le hizo ayer Obama, cree posible beneficiarse del caos si con él convence a los jefes imperiales de que juntos deben continuar “gobernando”, si se hace respaldar por la Casa Blanca y el Pentágono en esta guerra civil impuesta.
Y, para cerrar estas líneas, lo escrito en Facebook (en el grupo “Javier Arredondo y Jorge Mercado- Justicia! Justice!”) por Juan Arredondo, primo de Javier Francisco, uno de los muertos del Tec: “... ¿Hasta cuándo se hará justicia en mi país?(...) Ni palabras, ni discursos, ni promesas (...) Sólo queremos saber la verdad y que se haga justicia. Exigimos que se muestre el contenido de los videos confiscados por el Ejército. Exigimos que se castigue a la persona responsable de ultimar a Javier y a Jorge. Exigimos un país que diga la verdad a sus ciudadanos”. ¡Hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Amigous y diplomacia

• Los demonios güeros y su Caja de Pandora
• Joyas del caos
Los aduladores, mi estimado, tienen la apariencia de amigous, como los lobos tienen apariencia de perros. Documentando el desmadre y el caos, no sólo de la irreflexiva guerrita, sus daños colaterales y la fallida estrategia sino además de la incontinencia verbal que ataca sin piedad, es cada vez más evidente el absoluto desorden que reina en el barco de gran calado, su emocionada tripulación & surroundings.
Veamos.
La primera joya: la entrega del director de Educación Militar de la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea, el general Benito Medina, al afirmar que el Ejército no puede, qué va… México no puede solo contra el organizado crimen y sus problemas, rechazando las recientes críticas vertidas por Janet Napolitano, otra disfuncional esférica. El general afirmó que se necesita colaboración internacional, lo que arranca una primera duda: ¿acaso no sabe que se está trabajando hace lunas de manera conjunta y de manita sudada con los ineptos demócratas…? O quizá Benito Medina tiene otra sugestiva idea que no logró deslizar en su entrevista… pero no deja de llamar la atención que en aras de limpiarle la cara al Ejército, se dio un balazo en el pie metiéndose en el resbaladizo terreno de las responsabilidades compartidas.
La segunda joya, my friend, fue cortesía del embajador Arturo Sarukhán, quien declaró que la reunión bilateral no es por el desmadre de Ciudad Juárez (noooooo), sino para revisar como va la Iniciativa Mérida.
Chingón.
El embajador cree que los mexicanos somos unos imbéciles, y de paso que el (des)gobierno está atiborrado de ellos, porque para una revisión, mi estimado, no es necesario que se traslade el gabinete de Seguridad de los Estados Unidos, incluyendo a su secretario de la Defensa, sino que con el seguimiento compulsivo del estrenado vocero de la PANdilla y embajador norteamericano, Carlos Pascual, es suficiente como para evaluar la ruta y resultados de la cacareada chequera, ¿no le parece? De paso, Arturo argumentó que van a aprovechar (la madriza) para hacer un corte de caja en materia de cooperación bilateral.
La tercera joya la obsequia el cadáver (de honor) de Bucareli, Fernando Gómez Mont, al señalar que los jóvenes (del TEC) cayeron en la línea de fuego, del lado donde los soldados eran agredidos. Lo que arranca otra simpática duda: ¿si los estudiantes del TEC eran “sicarios” y reconoce que estaban del lado del Ejército cuando los asesinaron, entonces (ya me hice bolas)…? Y, ¿cómo es posible que hasta que los padres no reconocieron los cuerpos de sus hijos, el desgobierno de Rodrigo Medina y su miserable procurador seguían etiquetándolos como “sicarios”...? Eso, sin entrarle ya al embrollo de la (confusión) comunicación en el interior del TEC con los guardias de seguridad, yes?
La cuarta joya es de la CNDH que (es un misil en la línea de flotación regiomontana) puso el dedo en la llaga del eficaz desgobierno de Nuevo León al especificar que la única explicación de la muerte de Javier Francisco Arredondo Verdugo y de Jorge Antonio Mercado Alonso es la falta de coordinación, de investigación y de estrategias en materia de seguridad pública.
En medio de este collar de perlas, de la descontrolada ola de violencia y de la visita de la plana mayor de la Casa Blanca, anuncia Ardelio Vargas —quien trabajó para la PANdilla y parajodas es hoy diputado por el PRI (go figure)— que se alista la reforma para regular la labor de nuestras fuerzas armadas, al mismo tiempo queCarlos Navarrete escupe que el Senado evalúa el retiro de éstas de la calle y ponerle fecha para que regresen a sus cuarteles (!) en lo que ya parece una orquesta desafinada, descoordinada, desordenada y desbocada…pero, peor aún, sin director.
Lo claro es que la realidad en esta irreflexiva y atropellada guerra sin estrategia, el (des)gobierno de Felipe Calderón está haciendo agua. Las ejecuciones, los daños colaterales, el desorden, la impunidad, la corrupción y la incapacidad abrieron la Caja de Pandora y sus demonios güeros que vienen a ponerle los puntos sobre las íe$$ de la Iniciativa Mérida, sobre la cadena de mando, sobre la infiltración y sobre eldeadline para resultados.
Nada de visitas diplomáticas ni de diplomáticas encerronas. La llamada telefónica —presumida por Los Pinos como espaldarazo— de Barack Obama previo a la cascada de zapes bilaterales, advierte el divertido tonito del hartazgo. Un hartazgo que no tarda en enviar más señales.
Un hartazgo, my friend, que antes que nada… hace escala en el ánimo de millones de mexicanos.
gomezalce@aol.com

“Bajas colaterales”

Las tres personas que murieron el fin de semana pasado en Monterrey (dos estudiantes ultimados en el campus del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey ITESM y una mujer que se vio atrapada en el fuego cruzado de una balacera) a consecuencia de combates entre fuerzas del orden y grupos criminales no eran presuntos delincuentes, como tampoco los jóvenes asesinados en las masacres del 30 de enero en Ciudad Juárez. Tampoco había sospecha alguna sobre los seis comuneros de la zona alteña de Mazatlán que cayeron abatidos el sábado en Elota, Sinaloa. Los fallecimientos referidos son sólo unas cuantas de las bajas colaterales” que han tenido lugar en el país en el curso de la “guerra contra el narcotráfico” declarada por el gobierno calderonista y que, como toda guerra, termina por cargar la mayor cantidad de muertes entre personas inocentes de la población civil.

Ayer, el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, atribuyó los homicidios de Monterrey a la falta de coordinación y comunicación entre las autoridades y destacó que éstas no han asumido un compromiso de respeto a la ley.

Los señalamientos del ombudsman federal se quedan cortos. Como ha venido ocurriendo en los últimos meses, ante los muertos inocentes del pasado fin de semana el gobierno federal ha incurrido en un trato discriminatorio, al expresar sus condolencias sólo por algunas de las víctimas –las de mayor notoriedad social– y no ha formulado un compromiso explícito de evitar muertes entre la ciudadanía. Es preocupante el señalamiento de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, quien aseveró que si bien “sólo la autoridad puede someter a quien se resiste por la comisión de un delito”, es ciega y sorda cuando no tiene la vigilancia, el respaldo, la supervisión y la colaboración de los ciudadanos para obtener la información que le permita detectar a los delincuentes. Tal aserto equivale a condicionar la seguridad y la integridad física de los habitantes a su desempeño como informantes y coadyuvantes de las fuerzas públicas, lo cual es manifiestamente ajeno –y contrario– al marco legal vigente.
Con los más recientes episodios de víctimas ajenas a las confrontaciones entre militares y policías y presuntos criminales se evidencia, por otro lado, la inoperancia y el peligro de poner a las fuerzas armadas en tareas de policía, en entornos urbanos saturados en los que es segura e inevitable la presencia de personas inocentes en medio del fuego cruzado.

Si el gobierno federal no es capaz de actuar con sensibilidad, terminará por provocar el efecto contrario a la colaboración de la población con los efectivos castrenses y policiales. Lo ha conseguido ya en Ciudad Juárez, donde crece el clamor por la salida del Ejército de esa localidad fronteriza, y es razonable suponer que esa consecuencia se repetirá en otros puntos del territorio nacional en los que las fuerzas armadas desempeñan un papel protagónico en la lucha contra las organizaciones delictivas.

En éste, como en otros terrenos, y por básicas consideraciones legales y éticas, resulta urgente un cambio de estrategia.

Muerte y rabia en el Tec...


Álvaro Delgado


MÉXICO, DF, 22 de marzo (apro).- En un país de profunda y crónica desigualdad, que ha excluido del desarrollo a más de la mitad de los habitantes, la élite política y financiera ha decretado también que los mexicanos no valen igual. Y así como en vida los hay de primera y de segunda, los muertos tienen análoga clasificación.

Se trata de una execrable categorización que se explica en el contexto de una sociedad que, en vastas porciones, es tan profundamente discriminatoria --y reproductora de los prejuicios de la élite--, que denomina naco a quien no sólo tiene piel morena, sino precariedad económica.

Por eso se entiende la indiferencia y hasta la repulsión de la élite económica y política ante el hambre y la muerte de millones de mexicanos, incluidos los que padecen las arbitrariedades y la pérdida de vidas a manos de bandas criminales que controlan vastas comarcas del país, pero también por parte de policías y soldados que operan con total impunidad.

Apenas el sábado 20, los comuneros Lorenzo Arballo Sánchez, Martín Arballo García, Marco Moreno Rodríguez, Audencio Mendoza Montes, Jesús Guadalupe Patrón Sánchez y Benigno Sarabia Medina fueron asesinados por el fuego cruzado de dos bandas de narcotraficantes que se enfrentaron en la autopista Mazatlán-Culiacán, en Sinaloa.

Los campesinos pertenecían a la comunidad de El Placer, sindicatura de La Noria, Mazatlán, regresaban con sus familiares después de haberse manifestado en Culiacán contra la construcción de la presa Picachos y fueron abatidos a balazos cuando viajaban en una camioneta que quedó destrozada por granadas de fragmentación y balas.

Tres días después, hasta la noche del lunes 22, ni siquiera el gobernador Jesús Aguilar Padilla había mostrado sensibilidad ante el brutal crimen contra los comuneros. Tampoco el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se trasladó a Sinaloa para expresar sus condolencias. Menos Felipe Calderón y su mujer, Margarita Zavala, emitieron un comunicado conjunto para unirse “a la pena que embarga a los familiares y amigos” de esos seis mexicanos.

Las organizaciones civiles como México Unido contra la Delincuencia, México SOS del empresario Alejandro Martí, Iluminemos México y los organismos patronales agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ignoraron por completo la muerte de esos seis mexicanos, como lo hicieron también con los 15 jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, a los que Calderón, en su infinita prepotencia, tildó de “pandilleros”.

Con tal conducta de la élite política y económica puede colegirse que estos crímenes y otros muchos corresponden a mexicanos de segunda sobre los que no vale la pena ocuparse, porque de todas maneras están condenados a muerte.

Lo mismo parece ocurrir con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Guadalajara Abraham Guerra González y Ángel Guerra González, asesinados a balazos en Michoacán; o con Sandra de la Garza, ingeniera asesinada el viernes en Monterrey durante un tiroteo entre una banda de secuestradores y elementos del Ejército.

Pero, en contraste, el asesinato de dos estadunidenses y un mexicano vinculados al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, el sábado 13, así como el homicidio de Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso, estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), han comenzado a activar la indignación de la élite.

El asesinato de los estadunidenses cimbró a la clase política por la irritación que concitó en Estados Unidos, mientras que el doble homicidio de los jóvenes del ITESM hizo que Calderón y su mujer expresaran, el domingo, su pesar y Gómez Mont viajó este lunes a Monterrey para tratar de evitar más costos políticos.

Mientras tanto las organizaciones civiles de la élite –que sólo reaccionan cuando el crimen toca a uno de los suyos o se producen homicidios de alto impacto-- celebran reuniones para valorar de qué manera expresar su indignación ante el doble homicidio sin exigir lo que es ya un clamor nacional: El cambio de estrategia gubernamental para evitar que más inocentes sigan cayendo bajo el fuego.

A la par, miembros de la comunidad del ITESM se han movilizado para, legítimamente, conocer la verdad y exigir justicia, en un clamor que trasciende Monterrey y aun las sucursales de esa institución educativa en todo el país, como lo ilustran las indignadas expresiones en la página en Facebook de Francisco Arredondo y Jorge Antonio Mercado.

Con 2 mil 504 miembros en sólo dos días, en la página se expresa la rabia a partir de las muchas preguntas que surgen sobre la muerte de los dos jóvenes en el Tec, que se presume fueron torturados y desaparecidas las evidencias, como los videos de la propia institución educativa:

“¿Por qué el Ejército no pudo identificar que eran estudiantes una vez caídos Javier y Jorge por las balas? Forzosamente los muchachos tenían identificación. ¿Por qué uno de los estudiantes presenta golpes en el rostro (no confirmado si ambos)? Si fueron abatidos por el Ejército con disparos cometidos por error, ¿entonces por qué después los golpearon? ¿Era para buscar información o para que dijeran que eran sicarios? ¿Dónde están las identificaciones de Jorge y Javier? ¿Por qué no hay todavía una versión oficial de la Sedena sobre los hechos del viernes 19? ¿Por qué el Ejército decomisó los videos de las cámaras de seguridad del Tec? ¿Qué buscan ocultar?

¿Por qué el Ejército dispara a personas no armadas que buscaban huir del enfrentamiento? ¿Por qué y quién le colocó las armas a los estudiantes ya fallecidos? ¿Encubrir un asesinato? ¿Era para que la prensa manejara la versión de presuntos sicarios? ¿Por qué el rector del Tec de Monterrey no canceló clases y actividades el viernes para investigar los hechos?... Exigimos saber la verdad...

Exigimos que el procurador Alejandro Garza y Garza dé su versión de los hechos. Exigimos que la Sedena brinde información sobre sus acciones durante el enfrentamiento. Exigimos que la prensa realice su labor periodística como debe ser y no estar bajo la tutela del gobierno o el narco, y declarar que los alumnos eran “sicarios” por solo ver armas al lado de los cuerpos y no confirmar su identidad. Una disculpa del Ejército, el rector y la prensa no nos regresarán a Javier y Jorge, pero necesitamos saber la verdad…

El pueblo mexicano necesita la verdad de lo que realmente pasó con Javier y Jorge para establecer lineamientos en las acciones tomadas en esta ‘guerra’ que nadie quiere y que lamentablemente está costando la vida de gente inocente...

Apuntes

En este contexto de sangre y de cadáveres que pueblan el territorio nacional, que en unas semanas sumarán los 20 mil asesinatos desde que Calderón inició su “guerra” para encubrir el fraude electoral de 2006, emergen las sospechas de que existe anuencia oficial para las ejecuciones extrajudiciales. Así lo hace presumir la ejecución de un narcomenudista detenido en Santa Catarina, Nuevo León, después de que estuvo en poder de elementos de la Secretaría de Marina y de la policía municipal… Y en medio del país ensangrentado, emerge la repelente figura de Javier Lozano Alarcón para tratar de imponer una ley laboral al gusto, justamente, de la élite que tiene al país en una profunda y crónica desigualdad…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

Víctimas del "Tec" torturados, denuncia la madre de uno de ellos

Arturo Rodríguez García en peoceso.com

SALTILLO, Coah., 22 de marzo (apro).- Jorge Antonio Mercado Alonso y Francisco Javier Arredondo Verdugo, los estudiantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), asesinados el viernes pasado durante un operativo militar en Monterrey, Nuevo León, pudieron haber sido objeto de tortura, denunció hoy Rosa Elvia Mercado Alonso, madre de Jorge.
La hipótesis de Rosa Elvia está sustentada en el hecho de que el rostro de su hijo, al igual que el de Francisco, estaba desfigurado. Es más, confesó que, debido a las lesiones, le costó trabajo reconocer a su hijo.
“Para el funeral, tuvieron que ponerle mucho maquillaje y ni así quedó igual. Tenía el rostro muy exquisito pero, por como quedó, pensamos que fue objeto de tortura”, dijo.
Jorge Antonio Mercado Alonso y Francisco Javier Arredondo Verdugo, estudiantes de maestría y doctorado, respectivamente, fueron acribillados la madrugada del viernes pasado frente al campus matriz del ITESM, en Monterrey.
Los primeros informes oficiales señalaron que dos sicarios habían muerto en el operativo.
Inicialmente, el ITESM, en un comunicado firmado por el rector Rafael Rangel Sostman, afirmó que en el operativo no había muerto ningún estudiante de la institución.
Sin embargo, la noche del sábado pasado, Rangel Sostman rectificó, e informó que habían fallecido dos estudiantes.
Aclaró que la primera versión se trataba de presuntos informes proporcionados por el procurador de Justicia de Nuevo León, Alejandro Garza y Garza.
Mercado Alonso, de 23 años, originario de Saltillo, Coahuila, y Arredondo Verdugo, de 24, oriundo de Los Cabos, Baja California Sur, eran alumnos de alto rendimiento académico. Contaban con becas de excelencia y practicaban deportes. El primero fue miembro de la selección olímpica de Coahuila, como campeón de salto de altura.
En tanto, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sostuvo una reunión con el gabinete de seguridad del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, en la que participó Rangel Sostman.
Al término de la reunión, realizada en la Casa de Gobierno, Gómez Mont se comprometió a esclarecer el asesinato de los jóvenes quienes, afirmó, murieron en la “línea de fuego”.
Dijo: “No habrá fisuras entre nosotros. Es una búsqueda de respeto a la verdad para construir y consolidar las instituciones que México necesita dentro de esta lucha”.
Luego de enviar su pésame a las familias de los estudiantes fallecidos, el funcionario señaló:
“Reconozco que los dos estudiantes estuvieron en la línea de fuego del lado donde los soldados de México eran agredidos por criminales. Ofrezco que se profundizará una investigación que saque a todos la verdad y deje a todos un aprendizaje sobre esta triste tragedia para evitar este tipo de situaciones en el futuro”.
A su vez, el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, manifestó nuevamente su apoyo a la estrategia anticrimen del gobierno federal.

El funeral de Jorge Antonio

Unas 200 personas acudieron al panteón Santo Cristo de Saltillo, donde fue sepultado Jorge Antonio Mercado Alonso.
Entre cánticos evangélicos y oraciones, familiares y amigos de Mercado Alonso destacaron las virtudes del estudiante.
Su madre, Rosa Elvia Mercado, calificó los hechos como “una brutalidad”.
“Gracias, hijo, por estos 23 años que nos diste. Eres grande porque ya estás con Dios. Mi hijo no fue el primero, pero quisiera que fuera el último”, dijo.
En la capilla funeraria contigua, el cuerpo de Francisco Javier Arredonde Verdugo, también era velado.
Alrededor de las 12:00 horas, los cuerpos de ambos estudiantes fueron trasladados en diferentes carrozas. Y es que mientras que Jorge Antonio fue sepultado en Saltillo, Francisco Javier fue trasladado a Los Cabos Baja California, de donde era originario.

En el Tec de Monterrey Calderón perdió en definitiva su guerra


Federico Arreola
22 de Marzo, 2010

A los que criticamos la absurda guerra de Felipe Calderón los propagandistas de este político de inmediato nos calumnian. Nos dicen que apoyamos a las mafias, que estamos del lado de los delincuentes, que por cobardes preferimos la paz narca, etcétera.

Desde luego, las mentiras generadas por el sistema de propaganda de Los Pinos y del PAN a mí me tienen sin cuidado.

En el Tecnológico de Monterrey dos alumnos fueron asesinados a las puertas de su universidad simple y sencillamente porque salían de madrugada del instituto donde estaban, nada más, estudiando.

Hablo de dos estudiantes de excelencia de maestría, becados, con las mejores calificaciones. ¿Quién les disparó? No se sabe. Tal vez fueron los sicarios que se enfrentaban al Ejército, tal vez fueron los soldados que los confundieron con criminales.

Hoy se sabe, por información de El Norte de Monterrey, que el Ejército entró al Tecnológico y tomó el control de la situación dentro de esta universidad. Muy grave.

Lo cierto es que, desde que los hechos ocurrieron, hubo un engaño. Las autoridades locales, que levantaron los cadáveres, dijeron que no eran estudiantes, sino narcotraficantes que buscaron internándose en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey.

¿Por qué la procuraduría que depende de Rodrigo Medina difundió semejante mentira? ¿Por complicidad? ¿Por incompetencia? ¿Por simple cinismo?

El hecho es que, a pesar de que los estudiantes traían sus credenciales del Tec de Monterrey (de otro modo no habrían entrado a las instalaciones académicas), el gobierno estatal dijo que eran delincuentes.

Desde luego, que hace muy poco tiempo llegó al gobierno de Nuevo León, ya debería renunciar: no tiene la menor idea acerca de qué hacer ante el mayor problema de violencia registrado en la entidad desde los tiempos de la Revolución.

Pero las muertes de inocentes no solo se presentan en el Tecnológico de Monterrey. En el resto de la ciudad también. Y en otros puntos del estado. Y en otros estados, como en Chihuahua, Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa, Baja California. En fin, la violencia se ha impuesto en prácticamente todo México.

¿Tiene sentido la guerra de Calderón contra el narco? No, en mi opinión. Si no por otra cosa porque, desde mi perspectiva, ya la perdió en definitiva.

No es que los narcos estén derrotando al Ejército en términos de que hayan muerto más militares que sicarios. Seguramente por cada soldado que cae, fallecen diez narcotraficantes. Pero ese no es el punto. Lo que ha llevado a Calderón a perder su guerra es que por cada cien o mil narcotraficantes muertos, un civil pierde la vida en las balaceras.

Solo los propagandistas pagados por el gobierno, los muy estúpidos o los panistas realmente fanáticos pueden justificar, argumentando que sería peor no hacer nada, la muerte a balazos (con balas del Ejército o de los sicarios, no se sabe) de dos estudiantes de maestría, becados ambos, del Tecnológico de Monterrey.

Me preguntan que si hay opciones a esa guerra absurda. Las hay, desde luego. La legalización de las drogas, por ejemplo. Ya que sin legalización no hay solución. Pero también, para el largo plazo, los programas de empleo (inexistentes), la educación, la cultura.

Las balas no resuelven nada. Lo estamos viendo. Lo estamos comprobando. Lo único que las balas han traído ha sido miedo, cierre de empresas, la huída al extranjero de todo aquel que puede irse. Los ciegos que no ven la tragedia provocada por una guerra sin sentido, verán la realidad cuando, ojalá y no, les toque estar en medio de una balacera. Solo entonces entenderán.