domingo, 12 de diciembre de 2010

El Despertar Edomex: en favor de una alianza y en contra de otra


José Agustín Ortiz Pinchetti

Durante casi 15 años, entre 1985 y 1999 fui fervoroso partidario de la alianza del PAN y el PRD contra el PRI. Creía que los dos partidos de talante democrático tenían que unirse para abrirle las puertas de la democracia a México. Pero en 1988 el PAN desechó la posibilidad de defender el triunfo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Fue seducido por Carlos Salinas y se puso bajo su sombra protectora. Los atropellos que sufrió el PRD a partir de 1989 no fueron ni siquiera criticados por el PAN. A pesar de su colaboracionismo, muchos seguimos creyendo ingenuamente en una alianza antiPRI. En 1999 formé parte de una comisión para crear una alianza PRD-PAN en la elección presidencial de 2000. Vicente Fox era el mejor posicionado y 80 por ciento de los electores votarían por la coalición. Pero el PAN volvió a traicionar: Fox se rajó presionado por la oligarquía.

Como si fuera poco, Fox, Calderón y el PAN le robaron a la izquierda y a AMLO la Presidencia en 2006. Fox, como ha declarado con cinismo, cargó los dados interfiriendo en forma ilícita y propiciando un fraude electoral consumado por las huestes de Elba Esther Gordillo: un agravio mayor que no ha sido reparado. La campaña de aniquilamiento contra AMLO está vigente: el IFE y el Trife siguen siendo sospechosos de parcialidad.

En estas circunstancias, una alianza en el Edomex entre PAN y PRD no sólo es inoperante (dificilísimo encontrar un candidato), sino que va contra la propuesta fundamental de los partidos progresistas y del Movimiento para Transformar a México: restaurar la dignidad de la política. El PAN y el PRI son enemigos de la democracia y están unidos en todas y cada una de las políticas impopulares y entreguistas. AMLO, quien impugnó este tipo de alianzas en julio, ha renovado su repudio y fortalecido su organización. Esta elección es una especie de ensayo general para los comicios de 2012. Está en juego el capital político de Enrique Peña Nieto, único candidato del PRI a la Presidencia, pero tampoco debe propiciarse una oportunidad de recuperación para el PAN, que ha malgobernado México durante 10 años. PRD, PT y Convergencia deben designar como candidato a quien esté mejor posicionado. Los tres partidos y el movimiento deben demostrar a la ciudadanía que tienen un perfil definido, una propuesta, y que están bien organizados, que son capaces de ganar en 2012. Nosotros no tenemos dos o tres caminos, sino una sola vía. El pueblo quiere un cambio, un repudio al binomio PAN y PRI.

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