domingo, 10 de octubre de 2010

Qué burla el Festival Olímpico Bicentenario. Álvaro Cueva.


No sé qué piense usted pero a mí sí se me hace el colmo del despilfarro, de la manipulación política y del cinismo esto del Festival Olímpico Bicentenario.

Ni que fuéramos la potencia deportiva número uno del planeta para conmemorar los 200 años del inicio de nuestra Independencia con un evento de semejante naturaleza.

Al contrario, somos un pueblo enfermo, obeso y pasivo donde los únicos deportistas que han destacado ha sido por esfuerzos individuales casi, casi, contra el sistema.

Si Felipe Calderón y su gente sienten algún tipo de inclinación hacia ciertos deportes o hacia ciertas figuras, ¡perfecto!, se hubieran ido a saludarlas a sus respectivos países en lugar de gastarse un fortuna en traerlos aquí.

Qué necesidad tenemos usted y yo de tener una Ciudad de México colapsada porque le volvieron a cerrar una de sus avenidas más importantes para montar semejante circo.

Además, el Bicentenario ya pasó, fue el 16 de septiembre. Estamos a 10 de octubre. ¡Supérenlo! Pasemos a lo que sigue etapa.

¿O qué? ¿Ahora nos van a salir con el cuento de que Miguel Hidalgo era nadador, que Josefa Ortiz de Domínguez era maratonista y que José María Morelos era boxeador y que por eso era necesario recordarlos con este numerazo?

¿Ya se le olvidaron a usted los ridículos que hacemos cuando vamos a los Juegos Olímpicos? ¿Qué clase de mensaje le queremos mandar al mundo civilizado con esta fiesta tan absurda?

México está en guerra, tenemos zonas devastadas por tragedias naturales, la crisis económica está haciendo estragos en nuestros hogares, hay matanzas a cada rato en diferentes estados y no hay semana en que no pase algo grave en Monterrey, que es poco menos que nuestra capital industrial y financiera.

¿Usted cree que si esto estuviera sucediendo en otros países habría festivales olímpicos en las calles? ¡Por supuesto que no!

¿En qué cabeza cabe destinar una millonada para montar exhibiciones deportivas en el Distrito Federal mientras todo esto está como está en nuestra nación?

¿Por qué un festival deportivo y no uno de alguna otra naturaleza? ¿Se imagina todo lo que se hubiera podido hacer con ese dinero?

¿Ya se puso a pensar en toda la ayuda que se podría haber enviado o en todas las casas que se hubieran podido haber construido?

El Festival Olímpico Bicentenario es una jugarreta tan caprichosa que ni siquiera se publicó oportunamente un programa para que la gente pudiera hacer sus planes y participar.

Lo único que se dijo fue: vengan con gorra y con zapatos cómodos. Ni hablemos de la ausencia de una convocatoria que involucrara ordenadamente a los medios de comunicación, porque no la hubo.

No se necesita ser un experto para concluir que esto es como una venganza de la federación contra el gobierno de Marcelo Ebrard por tantos y tantos plantones que se han hecho en su contra en Paseo de la Reforma desde los resultados de las elecciones presidenciales de 2006.

¿O qué, a usted se le hace mucha casualidad que justo cuando esto se estaba montando haya salido a la opinión pública el fantasma de aquella campaña de desprestigio contra Andrés Manuel López Obrador en la que se le calificaba como una amenaza para la nación?

¿Usted cree que haya sido coincidencia que al mismo tiempo que todo esto estaba sucediendo los medios de comunicación que apoyaron a Calderón en 2006 hayan vuelto a ser la nota por diferentes escándalos asociados con abusos de poder?

A esto me refiero cuando le digo que el Festival Olímpico Bicentenario es el colmo de la manipulación política.

Si el gobierno federal quisiera apoyar el deporte, definiría programas, crearía estrellas, mejoraría instalaciones, construiría otras y arreglaría un montón de problemas que hay tanto en el Comité Olímpico Mexicano como en varias asociaciones estratégicas.

Todo este show va a servir para lo mismo que sirvió El Coloso del desfile del 15 de septiembre: para nada.

Sí, a lo mejor usted opina, como aquel día, que todo estuvo muy bonito.

La bronca no es si estuvo feo o bonito, sino el inmenso vacío que nos va a quedar mañana cuando se publiquen más y más costos, cuando salgan a la luz pública las irregularidades y cuando las redes sociales se expresen.

¿Qué pensarán los deportistas mexicanos de esta burla? ¿Qué piensa usted? pm

¡Atrévase a opinar!

alvarocueva@milenio.com

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