lunes, 6 de septiembre de 2010

Si tuviéramos vergüenza…

Por María Teresa Jardí

Fortalecer la iniciativa Mérida, que mejor deberíamos acostumbrarnos a llamarle el Perverso PLAN México, que en contra de la nación mexicana se decidió imponer aquí por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, con la complicidad de los tres poderes, que a la mexicana, los mexicanos sufrimos. Lo que significa, dado que uno de los poderes es el Legislativo, que cuenta también con la complicidad de los tres partidos políticos achicados de tal manera que sólo en lo electorero han acabado teniendo puestas sus miras y también con la complicidad del ejército constitucional, es de suponer; ejército que se ha avenido y lo mismo se puede decir de la Marina, llamando a “ser buenos a los malos” el día del mensaje del usurpador, al que sirven como si fuera un gobernante legítimo. Incluso a limpiarle la plaza al capo del narcotráfico elegido, por ambos gobiernos o de plano por el de los Estados Unidos de Norteamérica y el mexicano, con Fox a la cabeza, lo único que tuvo que hacer fue abrirle las puertas por ordenes del amo, como el “capo” bueno para llevar a cabo los perversos planes contra el pueblo mexicano.

Los otros dos, queda ya claro que son producto de lo que se venía orquestando en contra del pueblo mexicano y por eso es que con Salinas es con quien el Ejército Mayor Presidencial se convierte en un ejército paralelo al nacional. Y el otro, el de los paramilitares hombres de negro, que García Luna encabeza, forma parte de los componentes para sembrar el terror, como presupuesto necesario para que la población, a la que además se le baja a cero la educación y la cultura proteste, menos, por la invasión en marcha del país vecino en la toma de decisiones de nuestra colonizada, del todo, convertida también, mediante el desarme ético de sus instituciones, todas, en la más bananera de las repúblicas del Planeta.

Por aquello de que no se han podido deshacer de todos los pensantes ni tampoco comprar a todos los intelectuales para convertirlos en a modo del sistema. De mil y una maneras, que no es sólo con dinero como se compra. Con palmaditas en la espalda incluso. Con invitaciones a mensajes sin sustancia. O incluso con de tanto en tanto hacerles una llamada. En México la escala descendente, por lo que a valores toca, es inconcebible, como salta a la vista, para cualquiera que lo piense.

Por aquello de que aún no estamos muertos todos los que deberíamos estarlo, y vaya racha que llevamos de muertos pensantes. Suertudos, en el fondo, Monsi, Carlos, y Germán, los que a tiempo se fueron para no tener que ser testigos del horror que aún nos falta a los vivos por ver. Por aquello de los diarios que aún molestan como el POR ESTO! y La Jornada y algún otro que sin piedad se ataca. A Edgar Valdés Villarreal, alias “La Barbie”, se le lleva de vacaciones, unos días, hasta que otro escándalo o muchos juntos, envíen al cajón del olvido, la de a todas luces falsa “detención”. Entrega a modo y debidamente consensuada, del que ya se ha ido sabiendo que es un doble agente de la DEA, enviado aquí a generar el terror necesario. A vacacionar sí, en un hotel de lujo, en tanto se regresa para a su país para ser enviado en misión destructiva a joder a otro centro o suramericano país.

Me dice una amiga colombiana que no le asombra la “desinformación” de Calderón con respecto a lo sucedido en Colombia. Me explica que allá también se dieron leyes prohibiendo la compra de contado de las propiedades y que entonces se presentaban en las casas los a modo narcotraficantes y los a modo sicarios de los mismos y le daban a los que en ellas habitaban cinco minutos para irse y cuando ya no les gustaba la zona las abandonaban literalmente deshechas y se iban a hacer lo mismo a otra zona. Me explica que muchos colombianos así lo perdieron todo y luego otros “vivales” se apoderaron de los cascarones para volverlos a vender, medio reparados. Otro negocio, como aquí el de las guarderías concesionadas a los familiares de los mafiosos apátridas, que allá también sabían que detrás del terror y de los narcos e incluso de la guerrilla, una vez pervertida la misma, estaban los intereses del imperio que al mundo busca oprimir por completo, al punto de que prefiere desaparecido al mundo, antes que recular en su suicida campaña para lograr una tercera guerra nuclear, como bien alerta Fidel Castro, lo que lo convierte, por sí solo en estadista, mientras aquí en chiquitito el usurpador engallado tampoco recula en lo que le mandan hacer de manera canalla sus amos.

Si tuviéramos vergüenza, al menos en el caso de “La Barbie”, exigiríamos que aquí sea juzgado y que aquí pague por sus crímenes atroces y ya dentro de cincuenta o sesenta años si quieren entregarlo que se entregue. Un sujeto infame que el corte de cabezas trajo a México de la mano de los kaibiles que debieron llegar con él para imponer el terror y quien quiere irse a los “iunaites estates” para desde ahí ser enviado a otro destino a servir a sus amos. A “La Barbie” debe exigirse que se le encierre en un penal de alta seguridad y juzgue aquí.

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