lunes, 6 de septiembre de 2010

Drogas, asaltos y plagios acorralan a estudiantes... y secuestros pegan por semana a dos familias

Gabriela Minjáres
El Diario
Antes de entrar o después de abandonar las aulas, miles de estudiantes de preparatoria libran una batalla casi diaria con delincuentes que los acosan enfrente y alrededor de sus escuelas para asaltarlos y ofrecerles droga, e incluso se han presentado intentos de secuestro.

Este clima de inseguridad en el exterior de los planteles escolares, aseguraron estudiantes, padres de familia, autoridades educativas y policiacas, se presenta con mayor incidencia en el nivel medio superior y de manera muy escasa en las secundarias.

“Apenas había colgado el celular para decirle a mi papá que ya había salido de clases y llegaron dos tipos, uno grande y uno joven, a asaltarme; estaban armados, traían una navaja con la que me amenazaron para que les entregara el celular”, narró un estudiante del Bachilleres (Cobach), plantel 5.

Su padre, quien le compró el equipo telefónico como una medida de seguridad para controlar los horarios de salida en la escuela, agregó que el día que asaltaron a su hijo tuvo un contratiempo en el trabajo que lo retrasó varios minutos, por lo que le sugirió que lo esperara afuera de la iglesia del Señor de la Misericordia, ubicada a dos cuadras del plantel.

Además del robo, la venta de drogas afuera de las escuelas casi se ha convertido en un comercio ordinario

“Nunca me imaginé que hasta ahí mi hijo podía correr peligro, afortunadamente los asaltantes no le hicieron nada, pero ahora me preocupo mucho para estar siempre a tiempo por él y recogerlo en la puerta de entrada de la escuela”, dijo.

Según narraron estudiantes y padres de familia de varias preparatorias locales, los asaltos casi siempre son cometidos a mano armada, con cuchillos o navajas, para despojarlos de celulares, reproductores musicales portátiles, tenis, chamarras y el poco dinero que llevan a la escuela para comer y trasladarse a sus hogares.

Los asaltos, sin embargo, no son los únicos actos delictivos que mantienen a los padres de familia atemorizados, pues la venta de drogas afuera de los planteles se ha convertido prácticamente en un comercio ordinario que los tiene en grado de alarma.

“Sabemos, porque así nos lo dijeron las mismas autoridades educativas, que afuera de la escuela llegan hombres mayores de edad, bien vestidos y en algunas ocasiones acompañados por un joven, a ofrecerles drogas a nuestros hijos”, añadió una madre de familia bajo la condición de anonimato.

Además, narró, los docentes les informaron que el semestre pasado en el Cobach 5 se registró un intento de secuestro de una alumna que estaba a punto de entrar al plantel, pero que logró evadir a sus plagiarios.

Casos como éstos, según narraron estudiantes, padres de familia y docentes, enfrentan miles de estudiantes de preparatoria en su trayecto o salida de la escuela.

Tan sólo en los colegios de Bachilleres, la institución educativa con mayor número de adolescentes en sus aulas, 14 mil en los cinco planteles, estas situaciones que se presentan de manera recurrente los obligaron a terminar el ciclo pasado con vigilancia policiaca permanente afuera de al menos tres escuelas.

Mientras que en el interior de los colegios, instrumentaron varios programas preventivos para evitar que los jóvenes sean enganchados para consumir o vender droga.

Jesús José Padilla Moreno, coordinador Sectorial de Colegios de Bachilleres en Ciudad Juárez, explicó que el semestre pasado esta problemática se concentró en los planteles 7, 9 y 11, el primero en Juárez Nuevo y los dos últimos en el suroriente de la ciudad, donde principalmente detectaron una mayor incidencia de asaltos en contra de sus alumnos.

“El semestre pasado dio buena respuesta, buenos resultados que las corporaciones policiacas de la Secretaría de Seguridad Pública del estado y de la municipal estuvieran atendiendo afuera de los planteles y calles aledañas, se minimizó mucho el problema”, afirmó.

Por ello, agregó, este año volvieron a solicitar apoyo a las corporaciones policiacas para junto con los directores de los cinco planteles, el 5, 6, 7, 9 y 11, exponer la problemática que se presenta en cada uno y tomar las medidas correspondientes.

“Lo que pasa es que cada parte de la ciudad es distinta y depende mucho de la ubicación de los planteles, además los maleantes tienen estrategias, formas e intereses distintos y no necesariamente es un espacio de la ciudad el que es acechado, todos los lugares de la ciudad lo son de diferente manera y proporción”, sostuvo.

A diferencia de alumnos, padres de familia y docentes, el coordinador sectorial dijo que los asaltos y la oferta de droga en el exterior de los planteles son una realidad, aunque no en exageración.

“De alguna manera esta problemática que se detecta no es sólo en los planteles educativos, existe en la ciudad, en los estacionamientos, afuera de la casa, de los centros comerciales, en todos lados, es cierto que los planteles no están exentos de ello porque son parte de la sociedad”, añadió.



Extreman medidas padres y docentes

Esta crisis de inseguridad afuera de las preparatorias no es privativa de los colegios de Bachilleres, pues en la mayoría de estos centros escolares han trascendido también hechos delictivos.

Por ejemplo, en la Preparatoria Altavista, una de las pocas escuelas públicas ubicadas en el poniente de la ciudad, se informó que los alumnos también han sido víctimas de asaltos en el exterior del plantel.

“Lo que pasa es que aquí la realidad es distinta, nosotros tenemos una población estudiantil menor, apenas unos 400 alumnos, además son de sectores sociales distintos, pero aun con esto sí los han venido a asaltar cuando salen aquí enfrente a los centros comerciales”, afirmó la directora del plantel, Armida Valverde.

Ante estos casos que se presentaron principalmente en el semestre antepasado, la preparatoria sugirió a los estudiantes no salir de las instalaciones y de hacerlo, ir en grupo.

Padres de familia de preparatorianos aseguraron que estas situaciones los mantienen atemorizados y los ha obligado a tomar mayores medidas de seguridad ahora con sus hijos que cuando eran niños.

“Sé que todo esto no es una novedad porque desde que mi hijo estaba en la secundaria me di cuenta que afuera de la escuela había algunos muchachitos raros que peleaban o estaban alterados, pero acá en la prepa el problema es mayor y me alarma, tengo miedo que le pase algo a mi hijo porque el acoso es mayor”, comentó una madre de familia de un estudiante de nuevo ingreso.

Agregó que los profesores los alertaron de esta situación que se presenta afuera del plantel con la intención de que tomen medidas preventivas, ya que les aseguraron que la policía no les hace caso cuando llaman a denunciar la presencia de personas sospechosas en el exterior de la escuela o cuando sus alumnos han sufrido asaltos.

“Es increíble que en este nivel tengamos que estar detrás de nuestros hijos igual que si estuvieran en preescolar porque las drogas y los delincuentes les han restringido todas las libertades a nuestros hijos”, mencionó.

Estudiantes entrevistados aseguraron que estas situaciones que se presentan afuera de la escuela les preocupan y los atemorizan, además de que los han obligado a tomar medidas de precaución como no hablar con extraños y de inmediato irse a su casa.

“En lo particular yo no he tenido roce con estas personas que venden drogas o asaltan, pero yo creo que es porque en cuanto salgo tomo mis medidas de prevención, si veo chavos o carros extraños alrededor de la escuela me alejo y me regreso al plantel para salir junto con otros compañeros”, comentó un estudiante.

Agregó que en la escuela constantemente se cuentan casos de compañeros que han sido asaltados, principalmente en el horario de salida.

“Sí tengo miedo, sé el riesgo que se corre, sobre todo porque casi nunca vemos a la policía por el lugar, aunque también me preocuparía que ahí anduvieran, porque muchos son bien abusones con nosotros, así que prefiero cuidarme solo”, expuso.

Colegio de Bachilleres, por ejemplo, implementó programas como Cultura de la Legalidad y Jóvenes en Alerta, con los cuales buscan proporcionar a los alumnos conocimientos y herramientas para fortalecer su conciencia para alejarlos de cualquier riesgo y actos delictivos.

José Ignacio Chávez Sáenz, jefe de Programas de Prevención y Participación Ciudadana de la SSPE, confirmó que la venta de droga y asaltos en el exterior de las escuelas es una problemática real que tienen detectada principalmente de las de nivel medio superior.

Por lo que intensificaron los programas de apoyo que dan a los estudiantes y padres de familia, con quienes crean comités de seguridad y sesionan una vez al mes para conocer los problemas y recomendarles medidas de seguridad.

“Hemos sabido de casos donde ha habido este tipo de problemáticas en este y otros bachilleres, pero desafortunadamente nosotros no somos operativos, ni ejercemos funciones de vigilancia, damos apoyo preventivo con pláticas y les hacemos recomendaciones”, dijo.

Entre las recomendaciones que hacen a los estudiantes se encuentran medidas básicas de prevención como no caminar solos en el trayecto a la escuela o a la casa, que utilicen vías de mayor circulación vehicular y peatonal.

Respecto a las drogas, les piden que analicen a sus amistades para evitar estar en contacto con estas sustancias y les dan a conocer los efectos que ocasionan para que puedan evitarlas.

A los padres de familia les sugieren que no sólo supervisen a sus hijos, sino que se involucren en sus actividades para que se ganen su confianza, sepan quiénes son sus amistades y lo que hacen afuera de la casa.

Les enseñan los primeros síntomas de una persona que consume drogas y les dan tips para tratar a sus hijos.

Chávez Sáenz subrayó que estos programas se imparten de manera gratuita y participan especialistas en criminología, Derecho, trabajo social y psicología.

Rocío Gallegos
El Diario |
No habían pasado ni dos horas de que su hija, una adolescente de 17 años, partió a la escuela, cuando sonó el teléfono de la casa y una voz de hombre le informó a gritos que la tenían secuestrada.

La mujer, cuya identidad queda reservada por motivos de seguridad, dice que se sumió en la peor de las angustias.

Circunstancias como las de esta familia las han enfrentado en más de 260 hogares de la localidad por el secuestro de un allegado directo, en algunos casos hasta de dos, se estima con base en reportes oficiales.

Desde 2008, cuando repuntó el número de denuncias presentadas por este delito en Ciudad Juárez, suman 262 los casos de plagio de los que las autoridades tienen conocimiento.

Tomando en cuenta sólo esos casos denunciados, se estima que en promedio, dos familias se han visto impactadas por este delito cada semana en esta frontera durante los últimos dos años y siete meses transcurridos.

Pero este número puede ser mayor si se considera que muchos de estos casos nunca llegan a concretarse en denuncias, pero trascienden con testimonios de familiares o de los propios afectados.

En el caso de la adolescente secuestrada, el plagiario fue tajante. Si querían volver a verla con vida, tendrían que pagar un rescate.

En la media hora siguiente, volvió a telefonear otras veces, querían dinero, carros, lo que se pudiera.

A la joven la mantuvieron más de 24 horas privada de su libertad en una vivienda semiabandonada.

Su familia pagó el rescate y fue liberada, atrás de un centro comercial cercano a la avenida Ejército Nacional, señala el testimonio de la víctima que al igual que sus parientes quedó devastada.

Algunas familias han enfrentado una tragedia mayor porque sus parientes han sido asesinados incluso después de que pagaron el rescate exigido por los plagiarios.

Archivos periodísticos de El Diario revelan que al menos seis personas fueron victimadas en esas circunstancias, el caso más reciente fue el del rector del Centro Universitario de Ciudad Juárez, Rodolfo Acosta Benavides.

Pero, paradójicamente, en la industria del secuestro participan conocidos y familiares de las víctimas y hasta policías en activo, que conforman células dedicadas a esta actividad que factura unos 900 millones de dólares anuales, de acuerdo con datos de la Cámara de Diputados.

Este delito en la ciudad ha alcanzando cifras históricas y continúa a la alza, pese a las capturas de bandas de delincuentes dedicadas a esta actividad, así lo exhibe el reporte de querellas interpuestas por los ciudadanos.

Tan sólo en lo que va del año suman 62 los plagios –entre hombres, mujeres y niños–, siendo el mes de junio el que concentra el mayor número al acumular 22, más de una tercera parte del total, muestran estadísticas proporcionadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Durante el año pasado sumaron 156 los secuestros denunciados, en tanto que en 2008 fueron 44, cifras muy superiores a las reportadas antes de esos años y que iban de dos a ocho, según datos oficiales.

Por la georreferenciación de los casos atendidos por la Policía Federal, los secuestros se han registrado en diversos sectores de la comunidad, pero la mayoría de los reportados, al menos en los primeros cuatro meses del año, se concentran en el distrito policial Benito Juárez, que comprende el suroriente de la ciudad y poblados rurales del municipio, rumbo al Valle de Juárez.

Ahí han ocurrido al menos el 27 por ciento de los casos denunciados este año, exhiben datos de la Policía Federal.

Después los plagios se concentran en el distrito Aldama, al norte de la ciudad, que incluye la zona centro, con 12 casos, es decir, el 23 por ciento del total. A este sector le sigue el denominado Babícora, hacia el sur y surponiente donde se tiene el registro de 11 privaciones de la libertad.

Luego, en peligrosidad, le sigue Chihuahua al poniente, con 10 casos. Los que aparecen con menos son Cuauhtémoc y Delicias.

De acuerdo con el perfil de víctimas que desarrolló la Secretaría de Seguridad Pública, a través de la Policía Federal y con datos de los casos reportados este año, el 53 por ciento de los afectados aquí son mujeres, el resto son hombres.

Los plagios registrados de enero a mayo de este año exhiben que las bandas delictivas han atacado principalmente a menores de edad.

Las autoridades reportan que hay 11 casos de personas con edades entre los 15 y los 19 años, que representan el 21 por ciento de los 51 enunciados.

Pero también hay tres expedientes de niños, uno de ellos de 9 años, así como dos entre los 10 y 14 años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Você completou alguns bons pontos lá. Eu fiz uma pesquisa sobre o tema e descobriu que a maioria das pessoas terá a mesma opinião com o seu blog.