viernes, 25 de junio de 2010

Astillero

Astillero
Tenencia electoral 2010
Banderita para Nava
Otra bazbazidad
Saqueo en SLP
Julio Hernández López
A la desesperada, Calderón echa mano de sus fierros recaudatorios y con oportunidad electorera anuncia el fin (“gradual”, hasta eso) del pago de la tenencia de vehículos automotores, saluda a la industria automotriz así “incentivada”, presume caracoleos crediticios por verse en su realidad práctica y da al fantasmal César Nava una pálida bandera de campaña.
El chofer de Los Pinos aprovecha el viaje para adjudicarse un presunto cumplimiento parcial de promesas hechas cuando era candidato, como si fuera suficiente el descuento a automóviles nuevos, hasta cierto monto de compra, para dar por finiquitado el inconstitucional pago impuesto de manera “temporal” para financiar los gastos de la Olimpiada 1968. En realidad, el jefe de la campaña panista en curso ha postergado para tiempos que ya no le habrán de corresponder (2012) la extinción total del cobro en cuestión.
Pero el secretario de acción electoral de Los Pinos está desesperado ante las evidencias de que el cártel de priístas gobernadores mapaches está por ganarle los próximos comicios estatales haiga de ser como haiga de ser. Producto de similares deformaciones, Felipe Calderón está interviniendo abierta y peligrosamente en un proceso electoral que ve perdido. En esa quema de naves sin esperanza de conquista, disparador en redondo que acaba pegándose tiros a sí mismo, el ocupante del poder federal no se está dejando guiar ni siquiera por un mínimo instinto de sobrevivencia política: ya los priístas le ganaron la cámara federal de diputados en 2009, y ahora con las mismas malas mañas tienen en la mira la mayoría de los comicios locales del mes en puerta, pero Calderón sigue en plan de peleador callejero que forcejea con la pared. El mal desempeño del calderonismo ha sido aprovechado por las peores intenciones del priísmo dinosáuricamente resurrecto, sin que en otros casilleros del tablero asomen formas reales de organización, lucha u opción popular de defensa, náufragos los perredistas enchuchados, faros sin esperanza los ideólogos marca Camacho, en el fango las alianzas perreánicas, trasladada a las urnas de 2012 la resistencia lopezobradorista.
No solamente hay atrofia política y endurecimiento de articulaciones en esa franja que pretende oponerse a la sombría marcha triunfal anunciada por el priísmo. El propio jefe máximo del sindicato de gobernadores priístas, Enrique Peña Nieto, muestra desdén por los electores y la inteligencia al insistir en premiar con la titularidad de la procuraduría de justicia del estado de México al abogado que en segundo plano fue corresponsable del increíble dictamen que asignó a la niña Paulette la autoría de su propia muerte. Bazbaz fue el villano principal, pero Alfredo Castillo, el nuevo procurador, aprobado por la mayoría priísta en Toluca, fue un distinguido operador en la farsa judicial que ahora queda públicamente compensada. La necedad peñanietista exhibe el perfil que fundadamente puede esperarse de su eventual llegada a la Presidencia de la República.
Metidos, pues, en la balacera institucional que echa mano de solicitudes de juicio político, amagos de auditorías, exigencias de destituciones, grabaciones cisénicas, despilfarro de recursos blancos y negros, y cinismo al por mayor, los políticos parecen decididos a llevar al país a escenarios donde lo judicial, lo policiaco, lo militar, e incluso el uso inconfeso de grupos de criminalidad organizada condenen a la nación a una ingobernabilidad galopante que abra el paso a soluciones igual de endurecidas que el ánimo y el raciocinio de quienes con fuego hoy juegan a la política en la pradera nacional reseca.
Astillas
En San Luis Potosí se están acumulando los expedientes judiciales que demuestran el saqueo de las arcas estatales que cometió como gobernador quien ahora está irónica y peligrosamente a cargo de la Casa de Moneda, Marcelo de los Santos, cuyos secretario de finanzas y oficial mayor están presos bajo una inicial acusación de peculado que ahora ha sido extendida al campo minado de la postrera pillería del mencionado ex gobernador panista: la solicitud de última hora de un crédito de mil 500 millones de pesos que, a estas alturas, aún no se sabe en qué fue utilizado. Además, la cuenta pública de 2009, en el tramo ejercido por De los Santos, ha resultado un baúl maravilloso de pruebas de la manera en que se usó el poder público para favorecer a una elite empresarial y a los amigos y socios del citado Marcelo, que sigue tan campante en un cargo de protección que le asignó la administración calderonista.
Plausible sería que se abrieran procesos penales contra el gobernador actual de Chihuahua y su candidato a guardaespaldas gubernamental, César Duarte, pero los ánimos justicieros federales sólo son escaramuza electorera de oportunidad, en busca de recuperar terreno en una entidad que ya fue sacudida, como Sonora con el caso ABC, con tragedias (los estudiantes asesinados en Ciudad Juárez) que han tratado de ser capitalizadas con la vista puesta en las urnas.
Una,Vaca; otro, Calderón. Érase que se era un ocupante de Los Pinos que recibió a la nueva embajadora de Argentina en México, Patricia Vaca Narbaja, quien comentó en esa presentación de cartas credenciales que hay entre sus paisanos quienes tienen el corazón partido entre el deseo de que este domingo gane futbolísticamente el país sudamericano pero también que lo haga la nación norteamericana a cuya hospitalidad y asilo muchos deben tanto. Por ello, y en clásico gesto diplomático, la embajadora propuso que en el encuentro de octavos de final de la Copa del Mundo gane el mejor, a lo que el impulsivo Felipe contestó: No, que gane México (versión dada a conocer por la propia involucrada).
Y mientras 11 premios Nobel de la Paz piden justicia y libertad de presos políticos en el caso Atenco, ¡feliz fin de semana futbolero!
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