jueves, 27 de mayo de 2010

En escuelas, guerra a fritangas y tolerancia a comida chatarra

Hay que ser “sensibles” con la industria, comentó Lujambio al presentar el plan SEP-Ssa

El proyecto se someterá a consulta pública y entraría en vigor parcialmente en agosto



Periódico La Jornada
Jueves 27 de mayo de 2010, p. 38
A partir del próximo ciclo escolar se dejarán de vender en las escuelas frituras como papas, nachos de harina de maíz con sabor a queso, churritos con sal y limón, así como golosinas enchiladas o saladas. Tampoco habrá refrescos ni jugos con azúcares añadidos. Así lo indica el anteproyecto de lineamientos de los alimentos que se expenderán en las cooperativas, presentado ayer por los secretarios de Educación, Alonso Lujambio, y de Salud, José Ángel Córdova.

El documento, que será sometido a consulta pública por medio de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) empezaría a operar en agosto próximo, aunque su aplicación total se daría de manera gradual, con la finalidad de dar tiempo a la industria para que en los siguientes tres años modifique sus procesos de fabricación y ofrezca productos saludables en las escuelas.

En conferencia de prensa posterior a la reunión de secretarios de Salud y Educación del país, en la que se aprobó el documento, José Ángel Córdova resaltó que existen más de 20 mil productos cuyo aporte calórico deberá revisarse y modificarse, pues podrían llegar a las escuelas. Calculó que en los próximos seis meses a un año, la industria estará en condiciones de empezar a ofrecer nuevos alimentos, en particular aquellos que actualmente tienen alto contenido de sal, grasas y azúcares.

Mencionó que actualmente existen alrededor mil 400 alimentos procesados con contenidos más saludables.

Lujambio señaló que con la aprobación del anteproyecto y la firma del acuerdo respectivo se inicia un nuevo ciclo en el que se promoverá el cambio de hábitos alimenticios de la población, aunque también reconoció que el proceso será lento y requiere la participación de todos los sectores de la sociedad.

En todo momento señaló la “necesidad” de ser “sensibles” a los requerimientos de la industria de alimentos procesados. Aunque tenía a la mano la lista de productos que ya no se podrán vender a partir del ciclo 2010-2011, remitió a los reporteros a su lectura y dejó en el ambiente la idea de que no habría modificaciones significativas en cuanto a los conocidos como productos chatarra.

En cambio, leyó parte de la lista de alimentos caseros cuya venta no estará permitida a partir de agosto, entre ellos palomitas de maíz con mantequilla y preparaciones fritas como enchiladas, entomatadas, chilaquiles, sincronizadas, tacos, flautas y quesadillas. Mencionó las “gorditas” de carne, chorizo, papa o frijol, así como los molletes, tamales, sopas instantáneas, pizzas y hamburguesas, entre otros.

En el anexo único de los lineamientos se encuentran listas más amplias de los alimentos que se podrán vender y no en las cooperativas, en la primera etapa de su aplicación, la cual comprende el ciclo escolar 2010-2011. El documento señala que su elaboración está basada en evidencias científicas y el cálculo sobre el contenido del refrigerio supone que los menores se alimentan cinco veces al día: desayuno, comida, cena y dos colaciones, una durante la jornada escolar.
La recomendación de los expertos que participaron en el diseño de los lineamientos, de observancia obligatoria para las escuelas públicas y privadas de educación básica, indica que dicho refrigerio debe cubrir 17.5 por ciento de las recomendaciones diarias de energía y nutrimentos.

De ahí que el anteproyecto proponga la combinación de una o más porciones de frutas y verduras, una porción de las preparaciones de alimentos permitidas, una más de las bebidas aceptadas, preferentemente agua y ocasionalmente (dos veces por semana) se puede incluir una porción de botanas saladas, galletas o postres permitidos, en sustitución de la preparación o de las bebidas.

Lujambio insistió en que “no hay alimentos malos”. El problema está en la frecuencia y densidad de su consumo, es decir, en la falta de “balance dietético y eventualmente de desgaste calórico”, insistió, para luego informar que ya se realizan cambios a los libros de texto gratuito a fin de promover la actividad física entre los escolares.

Enseguida advirtió que sería imposible que tal ejercicio se realice en las escuelas, donde los alumnos pasan apenas 20 por ciento del tiempo que están despiertos. Se trata de que en los planteles adquieran el conocimiento y lo pongan en práctica a lo largo del día.

Córdova explicó que el objetivo de los lineamientos es lograr que los alumnos de prescolar, primaria y secundaria consuman un refrigerio que no rebase las 228, 275 y 382 calorías, respectivamente. De acuerdo con la encuesta de salud en las escuelas, actualmente los alumnos ingieren 550 calorías durante la jornada escolar; por eso la importancia de eliminar de las cooperativas las papas fritas, por ejemplo, que aportan 447 calorías. “Tendrán que cambiar su composición o no entrarán” a los planteles, afirmó.

Aunque ambos funcionarios aseguraron que los lineamientos tendrán carácter obligatorio, explicaron que la vigilancia estará a cargo de los consejos de participación social. Lujambio admitió que de las 196 mil escuelas públicas que existen en el país, en sólo 70 mil está integrado este órgano. Aseguró que a partir del próximo ciclo escolar se integrarán la totalidad de estos consejos con la participación de padres de familia, profesores y ex alumnos.

El secretario de Educación también subrayó que si bien los lineamientos plantean sanciones para quienes los incumplan, el primer objetivo es garantizar que la información se transmita a todas las personas involucradas y que la hayan comprendido. Con ese fin se distribuirá información en folletos y manuales, indicó.

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