viernes, 12 de marzo de 2010

Durante cinco horas diputados del PRI y PAN de enanos, alcohólicos y pinochos no se bajaron


Daniel Blancas Madrigal
Jueves 11 de Marzo, 2010

Fueron cinco horas de ofensas mutuas: priistas y panistas se llamaron traidores, bufones, pinochos, alcohólicos, enanos…

Y la sesión terminó a monedazos: el diputado panista Guadalupe Robles fue acusado de lanzar “monedas de a peso” al diputado mexiquense del PVEM Alejandro del Mazo, cuando éste tomó la palabra para respaldar al PRI, a Beatriz Paredes y a Enrique Peña Nieto en el tema de las alianzas.

Cinco monedas fueron detectadas entre los curules.

Fue el cierre de las hostilidades.

Como último calambre, el priista Alfonso Navarreta Prida propuso, a nombre de su partido, un punto de acuerdo para crear una comisión especial pluripartidista que investigue los presuntos malos manejos y corruptelas de César Nava cuando fungió como abogado general de Pemex. No se votó.

Nava removió el fuego al retar a Paredes y a Peña Nieto a un debate. Vino después un catálogo de descalificaciones y alusiones foxistas y salinistas.

“Usted no tiene el nivel para debatir con el gobernador Peña, en todo caso que debata el Presidente”, pidió el verde Juan José Guerra, ansioso por sumarse a los sombrerazos.

David Penchyna tildó al presidente blanquiazul de cobarde y mentiroso: “No merece una curul como no la mereció hace 10 años, cuando salió de este cuerpo colegiado y se trasladó a una empresa en la cual se siguen investigando sus cochinadas. Por nosotros pida licencia y nunca más regrese al Poder Legislativo, ha perdido la capacidad de ver a sus hijos a la cara...”.

Su compañera de partido Sofía Castro se refirió a Nava como un “enano” que debía someterse a la prueba del alcoholímetro, “porque su actuar sólo es producto de una gente en ese estado”.

Y el también priista Héctor Guevara Ramírez le restregó que “el alcohol obnubila la memoria”, y añadió: “Usted es como la Chimoltrufia: como dice una cosa, dice otra”.

Hubo quien, incluso, en el zarandeo, pidió que el presidente Calderón se sometiera al polígrafo.

Antes de los monedazos, la defensa de Nava recayó en diputados como Carlos Pérez Cuevas: “A nuestros amigos del PRI les vamos a tener que hablar en el lenguaje que entienden, como su máximo líder: no se hagan bolas”.

El resto de los partidos se limitaba a escuchar y, acaso, a pedir nivel en el debate: “Le duele a los mexicanos que nos estemos echando tierra”, decía el perredista Armando Ríos.

Pero las brazas alcanzaron al presidente de la mesa directiva, Francisco Ramírez Acuña. El priista Adán Ignacio Rubí amenazó con pedir su remoción si seguía favoreciendo en el uso de la palabra a los legisladores del PAN.

En medio de la batalla, Óscar Levín Coppel, del PRI, calificó como “gays” las alianzas entre panistas y perredistas. Se exaltó entonces Enoé Uranga, del PRD, quien de manera abierta se ha declarado lesbiana: “Que no use el ser gay como insulto”.

En el ocaso, el panista Pérez Cuevas ofreció disculpas a los legisladores que, durante la sesión, se hubieran sentido agredidos y dijo que su partido tomaría medidas por los monedazos.

Lo ocurrido ayer fue resumido por el diputado tricolor Pedro Ávila: “No actuemos como payasos de circo o como buitres…”.

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