miércoles, 17 de febrero de 2010

Golpes bajos

Periodistas de EL UNIVERSAL
Bajo Reserva
17 de febrero de 2010



Sí, el hombre se siente traicionado. El mismo Fernando Gómez Mont que frente a las cámaras retó a los narcotraficantes; el que salió en defensa de Felipe Calderón; el que no permitió a los Manlio Fabio Beltrones o a los empresarios faltarle el respeto a la figura de su Presidente. Ese mismo. Y piensa que fue objeto de una traición. Por eso escribió apenas una parrafada y presentó su renuncia al PAN y encerró bajo siete llaves las razones de su dimisión. Hoy comienzan a develarse. Todo empezó a finales de octubre de 2009, cuando César Nava dinamitó el paquete fiscal de 2010, por una declaración que inculpaba a los priístas por el aumento de los impuestos. Los del tricolor le hicieron ver su suerte; le llamaron “ignorante, perverso, irresponsable, poco valiente, chamaquito cobarde y llorón”. Nava le pidió entonces a Gómez Mont que le ayudara a recomponer las cosas con el PRI. Costara lo que costara. Desde Calderón hasta los diputados panistas se lo comían vivo. El secretario operó. Sacó acuerdos con el PRI, y el PRI pidió lo suyo: no alianzas del PAN en 2010. Gómez Mont se comprometió, y el presidente del PAN le pidió un favor: no enterar a nadie. Ni al Presidente siquiera. Así se fue diciembre de 2009. En enero, César Nava se sintió respaldado y lo tentó la idea de las alianzas contra el PRI. Al ver que Nava ignoraba sus acuerdos, el secretario mandó mensajes: se pronunció contra las alianzas. Aún frente a los consejeros nacionales hizo un berrinche, pero nunca sacó el pecadillo. Y cuando le dieron una patada, renunció. En su lógica, César Nava traicionó al Presidente; no él. Nava le ocultó que para sacarle acuerdos al PRI, comprometió al PAN. Nava, se sabe ahora, tuvo una oportunidad de quedar bien con Felipe Calderón y con Fernando Gómez Mont: el mandatario le pidió explorar irse sin alianzas. Pero el dirigente nacional del PAN ya tenía su proyecto armado, el mayor en su historia política personal. Calderón va en un carro al que, de alguna manera, lo han subido con engaños; eso cree Gómez Mont. El secretario de Gobernación cuenta los golpes bajos cada hora, y se resigna a que, por lo menos en esta historia, ya perdió.


Parece que ya no hay vuelta de hoja: David Monreal ha decidido ir por la gubernatura de Zacatecas sólo con el Partido del Trabajo. No más alianza con el PRI. El alcalde de Fresnillo dialoga con el dirigente nacional del PT, Alberto Anaya, porque quiere evitar que se le plantee una coalición con el PRD. A él y a su hermano, el senador Ricardo Monreal, les conviene ir solos: Podrá llevarle buenas noticias a Andrés Manuel López Obrador, quien insistió ayer que ni PT, ni PRD y ni Convergencia se ven bien en alianza con “la derecha” (así le llama a PRI y a PAN). Parece que los Monreal se sienten suficientes para ganar. Las últimas encuestas, sin embargo, dan el triunfo al PRI y al PT juntos. Pero ya por separado, el que aparece como ganador es el PRD de Amalia García.

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