domingo, 24 de enero de 2010

Los cachorros del Yunque.



Álvaro Delgado



Después de que Felipe Calderón pretendió frenar la hegemonía de El Yunque en la estructura del PAN, él mismo está propiciando que su gobierno y el partido se infesten de “cachorros” de los jerarcas de esa organización de ultraderecha, empezando por la imposición de César Nava en la dirigencia partidista. De acuerdo con algunos testimonios, este giro se debió a la estruendosa derrota electoral del PAN en julio de 2009 y a que el propio presidente considera que hay “un Yunque bueno y uno malo”.



Nacidos en la década de los setenta, educados en colegios privados, adiestrados políticamente desde la adolescencia y con experiencia en la alta burocracia gubernamental, un grupo de políticos noveles, encabezados por César Nava Vázquez, controla la dirigencia y la estructura del Partido Acción Nacional (PAN).

Pero no se trata de una camada de jóvenes ordinarios y heterogéneos, sino de hijos de los jerarcas de El Yunque, la organización ultraderechista que tiene en Nava Vázquez al tercer presidente del PAN después de Luis Felipe Bravo Mena, actual secretario particular de Felipe Calderón, y de Manuel Espino, hoy presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).

Adoctrinados en el catolicismo más conservador, son egresados de instituciones educativas fundadas por El Yunque: la Universidad Vasco de Quiroga de Michoacán y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP); de las universidades confesionales Panamericana y La Salle, y de centros educativos de tipo empresarial, como el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

El caso de César Nava Vázquez es ilustrativo: es hijo del fallecido César Nava Miranda, jefe de El Yunque en Michoacán, quien presidió la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en ese estado, fundó la Universidad Vasco de Quiroga y encabezó la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).

Otro es el de Guillermo Bustamante Ruisánchez, actual director jurídico del CEN del PAN y representante de dicho partido ante el Instituto Federal Electoral (IFE), quien es hijo de Guillermo Bustamante Manilla, sucesor de Nava Miranda en la presidencia nacional de la UNPF. Este organismo sigue siendo presidido por Bustamante Manilla y es controlado por El Yunque desde 1976, cuando el actual presidente del PAN tenía apenas dos años de edad.

Pues bien, César Nava Vázquez y Guillermo Bustamante Ruisánchez, nacidos en 1974 y 1971, respectivamente, estudiaron derecho en la Universidad Panamericana, la institución educativa del Opus Dei, y juntos han sido funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el sexenio de Vicente Fox y en la Presidencia de la República con Felipe Calderón.

A su vez, el director de Comunicación Social del CEN del PAN, Abel Hernández López, es hijo de Abel Hernández Rosete, quien fungió como jefe de El Yunque en Jalisco después de que, en 1980, fue asesinado Jorge Kalfópoulos, y lideró la UNPF junto con Nava Miranda, con quien cofundó la Universidad Vasco de Quiroga.

Egresado de la carrera de periodismo en la UPAEP, Hernández López se desempeñó como secretario general del PAN de Puebla entre 2001 y 2002, durante la presidencia partidista local de Juan Carlos Espina von Roerich, quien es hermano de José, actual presidente de la Comisión Nacional de Elecciones. También ellos han sido identificados como militantes de la organización clandestina.

Abel Hernández López, quien nació en 1979, trabajó en la Presidencia de la República con Marta Sahagún, mujer de Fox, a las órdenes de Guillermo Velasco Barrera, hijo de Guillermo Velasco Arzac, jefe nacional operativo de El Yunque.

Por su parte, el hoy secretario particular de César Nava, Roberto Eduardo Aguilar Pirez, quien tiene 35 años de edad y ha sido asistente del primero desde hace al menos una década, egresó igualmente de la UPAEP.

A esta camada de “cachorros” de El Yunque pertenecen asimismo los hijos del actual jefe general de esa organización secreta –Bernardo Ardavín Migoni, expresidente de la Coparmex–, dos de los cuales, José Antonio y Santiago, militan en el PAN desde 1996.

José Antonio, nacido en 1977, es economista por el ITAM y trabajó en la Secretaría de Hacienda y el Banco de México durante el sexenio de Fox, y Santiago, actualmente de 38 años, estudió administración en el ITESM y, después de trabajar para Lorenzo Servitje en Bimbo, es consultor en ESEM, Estrategia Empresarial, el negocio de su padre, que ha recibido jugosos contratos del gobierno federal.

José Ramón, otro hijo del jefe de El Yunque y presidente de la flamante Fundación Carlos Abascal, aunque no milita en el PAN, funge como subdirector de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cuyo titular en el gobierno de Calderón es José Luis Luege, otro prominente militante de esa organización extremista.

Integrante de esta casta es igualmente Francisco Xavier Salazar Díez de Sollano, hijo del diputado federal Francisco Xavier Salazar Sáenz, quien fue jefe de El Yunque en San Luis Potosí, secretario del Trabajo con Vicente Fox y vicepresidente de la UNPF con Nava Miranda.

Salazar Díez de Sollano, quien estudió química en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, preside la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y ha sido dos veces diputado federal, en una de las cuales, la LIX Legislatura, presidió la Comisión de Energía.

Un caso peculiar es el de Juan Carlos Plata Ibarra, hijo del fundador de El Yunque Ramón Plata Moreno: militante activo del PAN desde el 1 de junio de 1988, con registro en Puebla –donde se fundó esa organización en 1955–, hizo una carrera política de la que muy pronto desistió.

Después de haber sido director de la Coparmex en la entidad, coordinó la campaña de Jorge Ocejo Moreno a la presidencia municipal de Puebla en 1992, y luego fue regidor de Turismo en el ayuntamiento presidido por Gabriel Hinojosa Rivero, primo hermano de Calderón, entre 1997 y 2000. Desde entonces radica en Guadalajara, Jalisco, donde es directivo de la agencia Saiffe, que diseña campañas de publicidad y que ha sido contratada por el gobernador de Puebla, Mario Marín.



Los “buenos”



El ascenso de los hijos de prominentes miembros de El Yunque a la dirigencia nacional del PAN, gracias a los nombramientos que ha hecho César Nava, coincide con el 30 aniversario del asesinato de Ramón Plata Moreno, que se perpetró la noche del 24 de diciembre de 1979 y que permanece impune.

Y se da también en el marco del lanzamiento de la Fundación Carlos Abascal, cuyo propósito es convertirse en semillero de cuadros políticos, según anunció el presidente del nuevo organismo, Bernardo Ardavín Migoni.

El anuncio se hizo en un acto celebrado el pasado 2 de diciembre, a un año de la muerte de quien fue secretario de Gobernación, Carlos Abascal. Un hijo de éste, Rodrigo, milita en el PAN desde 2002, y dos de sus hijas, Luz del Carmen y Rosa Martha, forman parte del equipo de Guillermo Velasco Arzac, presidente de la Coordinadora Ciudadana. Por cierto que esta agrupación política nacional obtuvo el registro del IFE gracias a la membresía de El Yunque, como consta en el padrón de afiliados que consultó el reportero.

La fundación que lleva el nombre del prototipo de político de derecha, “Carlos Abascal” –personaje al que también se pretende convertir en santo–, convocó a un nutrido grupo de miembros de El Yunque que encabeza Ardavín: además de Velasco Arzac, Salazar Sáenz, el procurador Arturo Chávez Chávez, el gobernador Marco Antonio Adame, José Luis Luege, Luis Pazos…

Entre los asistentes estaba, asimismo, el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal, José Antonio Ortega Sánchez, quien se dice representante legal de la familia de Plata Moreno y ha sido señalado como el principal obstáculo para saber quién asesinó al fundador de El Yunque.

Este reacomodo se da después de la peor derrota del PAN en su periodo de ascenso, la cual se produjo en julio de 2009 y derivó en la renuncia del dirigente del partido Germán Martínez, impuesto en el cargo por Felipe Calderón, quien utilizó la estructura gubernamental para desplazar a Espino de la dirigencia panista, como se ha documentado en Proceso.

Martínez, quien asumió la presidencia del PAN en diciembre de 2007, supuestamente tenía el propósito de poner fin al predominio que tuvo El Yunque en ese partido con Bravo Mena y Espino, pero César Nava fue impuesto por Calderón a sabiendas de que es también un miembro juramentado de la organización ultraderechista, cuyo proyecto es imponer en México un régimen teocrático.

Al respecto, Luis Paredes Moctezuma, exalcalde del PAN en Puebla y quien militó tres décadas en esa organización clandestina, califica de “desatino” que Calderón haya impuesto a Nava después de que había logrado darle un golpe contundente al poder de El Yunque y sus integrantes con la remoción de Espino.

“Cuando los tenía arrinconados, (Calderón) les da oxígeno”, censura el político poblano, autor del libro Los secretos de El Yunque / Historia de una conspiración contra el Estado mexicano, y recuerda que, antes de la llegada de Nava, Martínez nombró a José Espina von Roerich como presidente de la Comisión Nacional de Elecciones, el “IFE” del PAN.

“La señal que manda es que (los de El Yunque) siguen teniendo la manera de nombrar candidatos. Esto les da una tregua y siguen vendiendo la idea al panismo de que son ellos los que reparten el pastel, cuando los debió haber desmantelado. La llegada de César es la culminación de aquello y es una señal absolutamente equivocada.”

–¿A qué atribuye esta decisión de Calderón?

–Él parte de una premisa absolutamente falsa: que hay dos Yunques, uno bueno y uno malo. El bueno es el de Luis Felipe Bravo Mena y el malo es el de Manuel Espino, y no considera que ambos obedecen al mismo jefe: Bernardo Ardavín y, además, a Guillermo Velasco Arzac.

El Yunque, advierte, ha tomado mucha fuerza con el arribo de Nava a la presidencia del PAN, porque es el tercer presidente partidista que proviene de esa organización, cuyos militantes “es más que obvio que están” en posiciones relevantes en el CEN.



El ala delictiva



Y en efecto, forman parte de esta escalada de El Yunque otros personajes, si bien ya no son tan jóvenes. Uno de ellos es el secretario de Formación del PAN, Gerardo Aranda Orozco, quien funge al mismo tiempo como director de la Fundación Rafael Preciado Hernández, en sustitución de Abascal, a quien también relevó en la Coparmex.

Gerardo es hermano de Ana Teresa Aranda Orozco, quien fue presidenta de la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), directora general del DIF, secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) en el gobierno de Fox y subsecretaria de Gobernación con Felipe Calderón. Hoy, cuando busca ser candidata de su partido por la gubernatura de Puebla en los comicios que se realizarán este año, cuenta con cinco hijos que la apoyan como militantes del PAN.

Uno más es Alfredo Botello Montes, nombrado secretario de Acción de Gobierno del CEN apenas dejó la Secretaría General de Gobierno de Querétaro, el estado que junto con San Luis Potosí perdió el PAN en las elecciones de julio pasado.

Botello Montes, quien usa el seudónimo de Paul Keres en honor del genial ajedrecista estonio, es un experto en integrar grupos de choque desde que era estudiante de preparatoria. Se le identifica como el estratega de El Yunque en Querétaro, donde se le vio trabajar como promotor de campos de adiestramiento para reclutas de esa organización.

La incorporación de Botello Montes al CEN no es casual, porque forma parte del grupo que controla al PAN desde la década de los ochenta. Una de las familias hegemónicas es la de quienes comparten los apellidos Nava Bolaños, primos de César Nava Miranda y tíos de César Nava Vázquez. Eduardo Nava Bolaños es senador, en tanto que Arturo Nava Bolaños ocupó igualmente una senaduría y una diputación federal.

Alfredo Botello fue compañero en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) del exconsejero electoral Jaime Cárdenas, actual diputado del Partido del Trabajo, quien recuerda que era un estudiante mediocre y faltista, que a menudo se quedaba dormido en las clases.

La razón era que, desde entonces, Botello se hallaba muy ocupado encabezando operativos con grupos de choque. Uno de ellos fue la quema de la Aula Magna de la UAQ, que se consumó en 1976 en protesta porque consideraban “comunista” al aspirante a rector Álvaro Arreola, y otro fue el embate contra estudiantes “comunistas” de Zacatecas, al año siguiente.

Tal como se detalla en el libro El Yunque, la ultraderecha en el poder, editado por Plaza y Janés en 2003, el grupo de choque de Botello irrumpió con violencia en la Universidad Autónoma de Zacatecas en 1977, pero dos de sus integrantes –Lázaro Barrón Frías, alias Mateo Letrán, y Pedro Luis López Solorio, cuyo seudónimo era Cornelio Laurens– fueron detenidos y expusieron ante las autoridades la manera de operar de El Yunque.

Según el testimonio de López Solorio, quien entonces tenía 19 años de edad, conoció a Botello Montes en una peregrinación al Cerro del Cubilete, en Guanajuato, y fue quien lo inició en El Yunque, en una ceremonia celebrada justamente en casa de éste:

“El 22 de febrero del presente año es afiliado al grupo que sabe lleva el nombre de Organización del Yunque, por medio de una ceremonia en casa de Alfredo Botello Montes, sita en calle 5 de Mayo, en el barrio de la Cruz…”, registran los documentos judiciales.

De acuerdo con la declaración del muchacho, se identificó como uno de los jefes de El Yunque en Querétaro a Arturo Nava Bolaños –tío de César Nava–, quien fue citado el 20 de mayo de 1977 ante el Ministerio Público de Zacatecas.

Al respecto se asentó: “Nava Bolaños negó todos los cargos, por lo que el procurador de Justicia lo dejó en libertad, asegurando que si se comprobaba actuación delictuosa sería severamente castigado”.

Nada ocurrió, como tampoco nada ha ocurrido con otros miembros de El Yunque que han sido sorprendidos en conductas delincuenciales, como Gustavo Villegas Nava, hijo de Elías Villegas Torres, jefe de El Yunque en Guanajuato, cuyos gobernadores –desde Carlos Medina hasta Juan Manuel Oliva– han sido omisos ante las denuncias.

Como otros jerarcas de El Yunque, Elías Villegas ha impulsado la carrera política de sus hijos. Así, Leticia Villegas Nava es actualmente presidenta del Congreso local, luego de desempeñarse como diputada federal y como regidora de León. Con el arzobispo Guadalupe Martín Rábago desayuna casi a diario en dicha ciudad.

Elías Villegas y su hija han sido denunciados públicamente por Carlos Alberto Zepeda Orozco, quien, después de militar en El Yunque, decidió escribir un libro (Decepciona el PAN en Guanajuato…) para narrar cómo los jefes de El Yunque destruyeron su familia y su patrimonio.

Zepeda Orozco es primo hermano de Ana Teresa Aranda, quien de Guanajuato se fue a Puebla, entidad donde hijos de jerarcas de El Yunque tienen gran influencia en el PAN.

Por ejemplo, Bernardo Arrubarrena García, hijo de José Antonio Arrubarrena –fundador y rector de la UPAEP–, presidió el comité del PAN en la capital de Puebla entre 2008 y 2009, y Pablo Rodríguez Regordosa –hijo de Herberto Rodríguez Concha, fundador también de El Yunque– es diputado federal y coordinador de la precampaña del expriista Rafael Moreno Valle, aspirante a ser candidato a gobernador de Puebla.

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