martes, 26 de enero de 2010

¡Ay Gaviota, y tú que te creías la reina del mundo!



Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2010-01-25•Al Frente
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Recomendarvotar ahoraEs curioso que un partido como el PRI, que ha sido el máximo representante de lo grotesco y el surrealismo en grado superlativo pero folclórico, señale, con la histeria propia de los jarritos de Tlaquepaque, a la alianza PAN-PRD acusándola de grotesca y surrealista. Por no decir antidemocrática, como ha señalado con su engolado y burocrático lenguaje de tinterillo el señor Gomezpunk.

El PRI es tan grotesco y surrealista que su interés fundamental está centrado en resucitar algo clínicamente muerto: el Informe presidencial. Ellos quieren de vuelta las fatuas y fastas orgías del PRIcámbrico temprano.

Ha sido tal el espectáculo de la histeria colectiva que se ha desatado desde la simple insinuación del encuentro entre panistas y perredistas que, sin duda, debe haber tocado fibras muy sensibles entre los choznos de don Plutarco. Tanto que Manlio Fabio Superstar, inspirado por Norbeto Rivera, de inmediato acusó de depravada y engendro del demonio dicha alianza, como si se tratara de un matrimonio gay a punto de adoptar.

Quizá la alianza PAN-PRD sea un engendro depravado (sólo a Los Chuchos se les pudo haber ocurrido irse a lo oscurito con Chesarito Nava, mientras Marianita Gómez del Campo pierde el glamour trepándose al Metrobús haciendo una consulta medieval), pero si consigue alterarle el pulso a Manliosaurio, percudirle el huipil a Mátrix Paredes y despeinar a Peñanieto, habrá valido la pena.

Se acusa al PAN y al PRD de carecer de una agenda común y de sostener ideologías diametralmente distintas. Sin embargo, comparten un propósito que está por encima de sus profundas diferencias: impedir que el PRI regrese a Los Pinos, que no es poca cosa.

Fenómeno que desafía el principio de realidad como lo hizo en su comparecencia Genaro García Luna. Él destacó los grandes logros del combate al crimen organizado, sin explicar cómo es que en consecuencia no hay escasez de drogas ni compras de pánico ni fenómenos inflacionarios en el narconegocio. Si en el mundo real cualquier catarrito económico pone a los consumidores al borde de un ataque de nervios, no me imagino lo que debería ocurrir —pero que no ocurre— con tanto apañón de sicarios, cárteles y capos.

Pero bueno, qué esperar de la SSP federal que dice que 84 por ciento de las denuncias ciudadanas son falsas. O sea, que un altísimo porcentaje de los mexicanos en vez de buscar chamba, cuidarse de no ser atracados o despedidos, se la pasan en el MP inventando historias para echar relajo y matar el tiempo.

¡Ay Gaviota, y tú que te creías la reina del mundo!

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