viernes, 6 de noviembre de 2009

Van al paro cívico contra la extinción de Luz y Fuerza



Es el primer “ensayo rumbo a la huelga política”, advierten


Participarán sindicalistas, campesinos, maestros y estudiantes


Asistentes a la asamblea de la resistencia popular brindan su apoyo total a los electricistasFoto Francisco Olvera
Patricia Muñoz y Fabiola Martínez

Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 8
En la segunda asamblea de la resistencia popular, organizaciones sindicales, campesinas, estudiantiles y sociales acordaron sumarse al “paro cívico nacional” propuesto por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para el 11 de noviembre, y anunciaron que éste será el primer “ensayo rumbo a la huelga política”.

Una vez más, exigieron la derogación del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y la salida de la Policía Federal de las instalaciones de la empresa. Algunos reclamaron la “renuncia de Felipe Calderón”.

El plan de acción incluye el paro promovido por los sindicatos y la suspensión de labores en planteles de educación básica en las que tiene influencia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), así como en instituciones de niveles medio superior y superior.

Además, la toma simbólica de 10 dependencias públicas, a las cuales el próximo miércoles simpatizantes del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, “no permitirán la entrada de empleados públicos a laborar”, adelantó Jesusa Rodríguez.

Se anunciaron manifestaciones en carreteras y una campaña informativa para hacer frente a los “ataques” difundidos en medios de comunicación contra el SME.

A la asamblea asistieron representantes de grupos sindicales, sociales, campesinos y estudiantiles, así como integrantes del SME. El auditorio del sindicato fue insuficiente para dar cabida a todos los asistentes y de nuevo se colocaron altoparlantes en calles aledañas al inmueble, ubicado en Insurgentes 98.

Luego de cuatro horas de manifestaciones de apoyo, el secretario general del SME, Martín Esparza Flores, advirtió que el rumbo del país se define “del 11 de noviembre en adelante” y llamó a los partidos políticos y a los dirigentes sociales a “salir a organizar al pueblo de México”.

Antes, el secretario del interior, Humberto Montes de Oca, dijo a los representantes de decenas de organizaciones: “cada quién cosecha lo que siembra y hoy el SME se honra en cosechar la solidaridad del pueblo de México; sin embargo, el gobierno también cosecha lo suyo: 20 años de neoliberalismo que hoy quiere coronar sacrificando a una empresa pública y a un sindicato”.

Uno a uno de los líderes subieron al estrado para fijar su posición ante el llamado al “paro cívico”. Se comprometieron a cerrar planteles de las universidades Autónoma Metropolitana, de la Ciudad de México, Pedagógica Nacional, Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, así como centros educativos de otras instituciones.
Participarán integrantes de la Coordinadora Nacional de Sindicatos de Trabajadores Universitarios, Situam, Sutin, Sutcolmex, INA e INBA con diversas acciones.

Intervinieron más de 20 representantes. Todos se comprometieron a sumarse a la lucha del SME y a colaborar, de acuerdo con sus posibilidades, en el plan de acción. Es el caso de organizaciones que integran el Diálogo Nacional, el Frente Sindical Mexicano, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, la Coordinadora Movimiento Popular y el Frente Popular Francisco Villa.

También participaron diputados federales y locales del PRD que este viernes interpondrán una controversia constitucional ante la Suprema Corte para revertir el decreto de extinción de LFC.

Entre los sindicatos que anunciaron paro de actividades están el de Trabajadores del Poder Judicial del Distrito Federal; Alianza de Tranviarios de México, y de Trabajadores de Occidente (antes Euzkadi), que anunció el cierre de la carretera a Chapala. Pese a estar en huelga desde hace 17 días,trabajadores del Colegio de Bachilleres manifestaron su respaldo.

También asistieron dirigentes del Frente Nacional de Organizaciones Campesinas y Populares, del Consejo Nacional de Organismos Campesinos y Pesqueros, grupos de jubilados y El Barzón Popular, entre otros.

Casi al término de las intervenciones el líder de los tranviarios, Benito Bahena, dijo que es tiempo de “dejar las simulaciones” porque grupos como la Unión Nacional de Trabajadores deben apoyar al SME sin cortapisas. Esto, porque los enviados de los telefonistas y del Stunam habían anunciado que pondrán a consideración de sus bases la forma en que se sumarán al paro.

Los telefonistas dicen que suspenderán actividades en los servicios de cobranza en sucursales y de operadoras, “posiblemente entre cuatro y ocho horas”, pero todo depende de lo que decida este sábado la asamblea a la que invitaron a Esparza Flores.

Al representante del Stunam los asistentes a la asamblea, en gran parte estudiantes, le exigieron: “¡huelga, huelga!”


Con el SME, hasta las últimas consecuencias
Rosa Elvira Vargas

Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 8
Fueron a sus asambleas sindicales, centros de trabajo y escuelas, a sus colonias, comunidades y campos de labranza; en fin, fueron a todos lados y regresaron a responder a los electricistas: “vamos con ustedes al paro cívico nacional el próximo día 11”.

Para eso llegaron aquí desde maestros de Baja California Sur hasta jubilados de Yucatán. Y se presentaron también chavos de instituciones de educación pública media y superior, y telefonistas; campesinos de Atenco, delegados de la Asamblea Popular de los
 Pueblos de Oaxaca y muchos más.

Y se realizará ese paro porque, para sellar el compromiso, desde las cinco de la tarde comenzó el pase puntual ante los micrófonos y todos, con matices en la radicalidad de las acciones aprobadas, expresaron emocionados que irán “hasta las últimas consecuencias”, porque “el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ¡no está solo!”

Los esmeitas dejaron el auditorio a sus invitados y sólo un grupo se ubicó en la parte superior. Pero los gritos y consignas alcanzaron tal unanimidad que ahí se borró toda procedencia gremial pues, como dijera una activista de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México: “el SME somos todos”.

La acústica del auditorio hacía retumbar los muros ante las respuestas de agradecimiento a las expresiones de solidaridad, pero lo más impresionante fue que en la calle, donde había al menos el doble de la gente que logró ingresar al recinto, lo que se escuchó mediante potentes altavoces despertó la misma enjundia y la suma de consignas.

Ahí estaban, sobre todo, sindicalistas del SME que contra vientos y tentaciones, apremios económicos y el estigma social y laboral de algunos, se han mantenido firmes en su convicción de revertir la extinción de su fuente de trabajo.

Así, entre el friazo que se colaba por las delgadas chamarras y con muchos fumando en forma incesante, refrendaron su convicción de que el apoyo que han recibido estas semanas bien vale para seguir adelante.

“Somos linieros y sabemos que todo esto es político. Hemos vivido años exponiendo la vida a diario al trabajar con líneas vivas y no vamos a dejarnos. Entendemos a los compañeros que han ido por su liquidación, porque muchos ya están ahorcados, pero es mentira que hayan ido tantos como dice el secretario del Trabajo. No llegan ni a 10 mil...”, comentaba una cuarteta de hombres sobre la banqueta donde se ubica el sindicato, en Insurgentes Centro.
Se trata de un tema recurrente. Casi cuatro semanas después de haber sido despojados de su materia de trabajo, la nostalgia los invade y una vez que se presentan ante cualquier interlocutor, convencidos de seguir en la resistencia, de inmediato se explayan –sobre todo los operativos– al detallar la naturaleza de su oficio; lo mismo si estaban en instalaciones subterráneas, en obras civiles, si eran linieros o se jugaban la vida en las torres de alta tensión.

Así ocurre, afirmaron, con los trabajos manuales. Se enraizan en el alma, se quedan para siempre en el cuerpo. Por eso el SME logró la prestación de otorgar vacaciones prejubilatorias a quienes llegaran a esa condición. “Y lo hicieron así porque muchos no sabían aceptar la condición de jubilados, se deprimían, morían muy rápido. Esas vacaciones eran para que tomaran un curso y se prepararan…”

Viejos luchadores del sindicalismo magisterial comentaron que la concertación de fuerzas y la comunión de intereses como las logradas por el SME no se habían presentado en México por lo menos desde 1982, cuando se impulsó el Paro Cívico Nacional, que fue el más fuerte desde los tiempos de la Corriente Democrática de Rafael Galván, en los años 70.

Por eso este viernes el auditorio se prende, y gran parte de ese estado de ánimo es contagiado por los estudiantes. Ellos ya ofrecieron cerrar vialidades y sus escuelas. Su asambleísmo por la causa del SME les ha inyectado nuevos bríos porque, aseguran, la educación superior también vive momentos críticos y sumarse a los electricistas puede abonar para su causa.

Están prestos para el próximo miércoles. Con ese pacto se marcharon pasadas las nueve y media de la noche. A partir de hoy, decían mientras entraban de nuevo al frío del que se olvidaron cinco horas, hay mucho trabajo.

Saben que del éxito que se alcancen el día 11 dependerán las posibilidades de estallar lo que aquí se reclamó a gritos, incluso con llamados a Martín Esparza para ponerle fecha: la huelga nacional.

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