jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Qué hicimos con los pobres?



Editorial de EL UNIVERSAL

26 de noviembre de 2009

2009-11-26

El gobierno federal se manifestó ayer muy preocupado por la pobreza en México. Tiene razón de estarlo. Si nada se modifica de fondo en la política económica de los próximos tres años, la miseria crecerá más en este sexenio que en los 20 años previos. Habremos pasado de 19 millones de personas en pobreza extrema a más de 25 millones. Alarmante.
Por eso se entiende que la Secretaría de Desarrollo Social organizara el Primer Encuentro por un México sin Pobreza, Juntos Podemos Superarla. Lo que no se entiende es que un evento que reunió a la élite académica y empresarial del país sólo haya tenido el objetivo de advertir lo mal que estamos. Porque más allá del golpe de pecho que estas cifras nos puedan provocar ayer no se escuchó ninguna novedad. Ya sabíamos que el programa Oportunidades se robustecerá y también que el Seguro Popular crecerá su arco de protección.

Un acto como el de este miércoles genera expectativas sobre esa gran propuesta del gobierno de la República, la estrategia maestra para que en lugar de una política asistencial que pone parches a la miseria se establezca un proyecto de creación de empleos que genere ingresos, consumidores y active la economía interna. En otras palabras, la política que transforme a un dependiente de la caridad en un ciudadano dignificado por contar de manera sostenida con ingresos y en situación de asumir el control de su vida.

Aumentar el asistencialismo no es la medida radical que la pobreza necesita. El propio secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, lo dijo ayer: “La salida definitiva de la pobreza es la generación de empleos”. Lástima que en dicho encuentro no se dijera cómo. Bien lo advirtió Santiago Levy en un libro de reciente aparición: México es el país de los expertos en buenas intenciones y pésimos resultados.

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