miércoles, 18 de noviembre de 2009

Le vendió su alma al PRI



Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
17 de noviembre de 2009

Con tal de que no le tocaran sus programas sociales —desde donde cree que aún puede mantener una base electoral para este gobierno—, el presidente Felipe Calderón prácticamente hipotecó su futuro político y presupuestal al PRI y a sus gobernadores. El amago priísta de recortarle programas como Oportunidades o Procampo surtió efecto y a cambio de que no le quitarán un peso a esas estrategias, algunas cuestionadas en sus resultados, el Ejecutivo federal cedió a todas las presiones del viejo partido.

Si alguien ganó con este presupuesto, indiscutiblemente fueron el PRI y sus mandatarios estatales; lograron lo que se propusieron y un poco más, como el berrinche de última hora del líder cenecista Cruz López que pudo, él solito, frenar y retrasar la aprobación del presupuesto de toda una nación. De ese tamaño fueron el poder y la fuerza que mostró el PRI en esta negociación en la que, salvo algunas dádivas al PRD y a sus gobernadores, y el mantener algunas partidas que pidió el gobierno, todo lo demás lo delinearon y definieron los grupos priístas, según sus intereses.

Calderón tampoco tuvo mucho margen de maniobra; la debilidad del PAN y la incapacidad de sus diputados para tomar la iniciativa hizo que el Presidente tuviera que aceptar, por ejemplo, un “candado” multianual a su presupuesto, en el llamado Programa Nacional de Austeridad, que amarra al Poder Ejecutivo de aquí al 2012 a lineamientos específicos para recortar áreas y gastos operativos. Le amarraron las manos y aun así les vendió el alma.

NOTAS INDISCRETAS… Tomar la pluma para desahogar sus filias y fobias y con ellas interpretar la realidad es común en políticos a los que les da —con la complicidad de algunos medios— por volverse periodistas o analistas. Es el caso de Federico Berrueto, quien en las últimas semanas ha citado informaciones de esta columna en sus artículos dominicales. Se le agradece el interés y la lectura, pero ante su insistencia algo perversa, vale decirle al señor Berrueto que a diferencia de sus sesgadas interpretaciones yo no utilizo mis espacios en los medios para atacar, ni por encargo de nadie. Hace días referí la existencia de grabaciones telefónicas, producto de espionaje, que involucran a un gobernador que cabildeó con diputados el aumento al IVA. Por atención a la fuente no dije nombres; él dedujo, ignoro con base en qué, el nombre del presunto gobernador y hasta le puso nombre al espiador. Otra vez perversamente sugirió que este último era la fuente. Cada quien sus fantasías y cada quien sus pleitos, estimado Federico; yo no trabajo en esa lógica de golpeteos políticos en la que claramente usted se mueve. Si quiere usted afirmar algo o acusar a alguien, hágalo a título propio, sin usar el trabajo de “terceros” como los llama. A menos que a usted sí le pidan que dispare como gatillero; le puedo asegurar que a mí no… Los dados mandan escalera. Buen tiro.

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