viernes, 6 de noviembre de 2009

Astillero


ComPlascencias
Soberano continuismo
Manlio ya no tuitea
Felipe, ¡magazo!
Julio Hernández López

La rocola seguirá tocando las sabidas complacencias al poder, en el nuevo diseño de música pagada que el Senado aprobó ayer para darle continuismo al soberano desbarajuste de ineficacia y gastadero de recursos públicos que durante una década se ha practicado en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Raúl Plascencia es el soberanismo sin José Luis Soberanes, el carpicismo de la mediatización institucional sin Jorge Carpizo, el burocratismo rollero en la atención de las quejas públicas, la confesión extrema de la condición inservible de ese carísimo aparato de simulación justiciera, y el triunfo del ala más conservadora de la cúpula eclesiástica que ya tuvo un decenio opusdeísta y ahora se permitió el lujo histórico de vetar públicamente al único aspirante a presidir la CNDH que conllevaba ciertas posibilidades de cambio. Con esa designación impresentable, la mayoría senatorial mexicana ha extinguido los hilachos de esperanza que algunos mantenían en la posibilidad de restituir la dignidad y la funcionalidad del elefante blanco encargado de dar atole federal con el dedo en materia de derechos humanos: quedan en el mismo estante de las simulaciones gastadas, que ya a nadie engañan, el IFE, el IFAI, el tribunal electoral federal y la Supremamente Corta de Justicia.
En el contexto de las airadas críticas al nombramiento del nuevo operador de la Rocola Nacional de Derechos Humanos, el influyente senador Manlio Fabio Beltrones decidió darse de baja del sitio de Twitter al que se había inscrito apenas un par de días antes, entonces henchido de emoción tecnológica, rápidamente convencido de que “no es tan difícil” manejar el programa de comunicación colectiva directa e incluso invitando al creciente número de “seguidores” a plantearle comentarios e incluso “recordatorios”. Ayer, siete horas antes de anunciar su retiro, el sonorense presumía, todo sin acentuación: “Ya aprendi a rettuitear (no se si eso sea una palabra)! Y apostaban que no podría transitar a la modernidad”. Para regresar con la siguiente decisión, repartida en tres entregas conforme a la dictadura de los 140 caracteres que como máximo se pueden usar en cada mensaje: “Hola Twitteros estos dias que he estado conviviendo con ustedes he recibido generosos comentarios y propuestas, ha sido una gran experiencia (...) No obstante, han sido tan numerosos e importantes que me han desbordado en este momento. (...) Por ello, he decidido suspender mi participacion en este medio. Agradecido, les envio saludos”. Beltrones no aguantó nadita el baño tuitero de pueblo, pero mantiene su página en Facebook, red social que no es abierta al público, pues cada autor debe “aceptar” a quienes desean entrar a su espacio. Allí, en FB, anoche escribió, sin los riesgos de las réplicas abiertas, luego de haber cerrado TW: “Ampliaremos los instrumentos jurídicos contra los secuestros. La iniciativa del Grupo Parlamentario del PRI promoverá la atención integral a las víctimas de secuestro, sus familiares y testigos, para que cuenten con orientación jurídica, asistencia médica y sicológica, así como la protección de su integridad ante amenazas, agresiones o intimidaciones por parte de los impu- tados”. Por cierto, en www.youtube.com/watch?v=chZ62w18bug y www.youtube.com/watch?v=dNcggih6_qQ se puede leer lo que fue el twitter de Manlio, algo de lo que escribió y le escribían.
Mientras tanto, Felipe el Boticario declaraba desaparecida la recesión. ¡Magazo! Con papelitos y numeritos que supuestamente apuntalarían sus optimistas dichos, el ilusionista de Los Pinos aseguró que ya hay un crecimiento económico denotativo de la recuperación. Lo malo es que en ese acto de espiritismo despistado dijo que “sabemos a dónde queremos llevar al país en materia económica y estamos tomando las acciones necesarias para lograrlo” (huy, qué mello). Otro declarante atrevido de estas horas aciagas ha sido un visitante de los Países Bajos al que bien podría aplicarse el 33 por andar hablando de política interna de México, conforme a la astillada traducción del bajo holandés principesco al politizado español corriente: Calderón que se duerme, ¡se lo llevó la chingada! (los rudos servicios de inteligencia del municipio del Astillero informan que el príncipe se había referido a un camarón, pero el tecleador ya se había dormido).
Puras tristezas: del Estado fallido al penal fallado en el fut de la Sub-17. Y el Senado que, no conforme con la puñalada marca CNDH, convalidó los privilegios fiscales para que paguen impuestos hasta años después aquellos sufridos multimillonarios que inicien negocios de telefonía celular (danzón de favoritismo dedicado a la esquiva Televisa). Y Chelo Ebrard que pide que en 2012 haya un candidato único de izquierda a la Presidencia, sabedor de que él es el candidato único, de la dupla hoy a la vista, que se ha reunido con Calderón y ahora, para analizar el “caso” del SME, le ha estrechado la diestra aunque sin fotografía delatora, según ha publicado Carlos Loret de Mola en El Universal.
El conflicto laboral de los electricistas tocaba ayer en Hidalgo bordes violentos previsibles. Los trabajadores saben que no pueden dejar que su movimiento muera o se diluya (en un lance de riesgo personal, y con muchos botones internacionales de intenciones contradictorias, Manuel Zelaya impidió que el tiempo asfixiara su protesta) y el calderonismo está justamente a la espera de los pretextos que le permitan aplicar la mano dura apenas contenida. Visto en lo individual, el movimiento de los electricistas está en total desventaja frente a los apetitos represores del felipismo, pero esta vez hay junto a la lucha del SME otras organizaciones y corrientes sociales que están dispuestas a actuar políticamente contra los planes fascistoides que luego de pasar por encima de los electricistas continuarían con todo lo que les parezca popular o de izquierda, contra lo que proteste y resista. Y, viendo que los homenajes a Mouriño duraron y significaron sólo un suspiro, ¡feliz fin de fría semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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