martes, 6 de octubre de 2009

Astillero



Los de arriba
Oaxaca, nomás tantito
¿Limosneros sin garrote?
CalNerón baja el pulgar
Julio Hernández López




Zzzzzzz. Silencio, que la Suprema Corta duerme (o ha sido dormida). Mariano ¡ah, suela!, el ministro de los servicios jurídicos pizzeros (cuando era presidente de la SC se entregaba a Los Pinos en menos de media hora o la sentencia era gratis) supuró 923 páginas de sesudo estudio jurídico para determinar que en Oaxaca no había pasado nada demasiado grave durante la represión de 2006 a 2007. Bella pieza de labradas exculpaciones (Los de arriba) que habrá de ser sometida a discusión y votación del resto de los ministros durmientes en esta semana. ¿Dictamen, dicen que se llama oficialmente lo que ha emitido el empresario socialmente responsable apellidado Azuela (es presidente honorario de la derechista Unión Social de Empresarios Mexicanos)? Bah: ejemplo escandaloso de evasión social, de estupefacción mediante el uso de las drogas de la legalidad, pérdida de tiempo y de recursos económicos para desembocar en un platillo ligero que en realidad es simplemente una confirmación más de que en esta Patria nuestra tan agraviada no hay esperanza real de justicia.
Golpizas, secuestros, tortura, muerte y violaciones diarias, sistemáticas, de los derechos humanos, pero el ministro dictaminador nomás propone a sus colegas que se castigue a algunas piezas menores, la más alta de ellas quien era jefe policiaco federal de la plaza, Ardelio Vargas Fosado, quien oportunamente fue “blindado” para que las “indagaciones” y “propuestas de castigo” de la antedicha Corte Corta no le alcanzaran, pues ya es diputado federal (por el PRI y por un distrito poblano) y ni más ni menos que presidente de la comisión de la defensa nacional de esa cámara. Chente Box puede seguir disfrutando su riqueza sexenal en la máxima tranquilidad conyugal y Uh! Lises Ruiz puede seguir hinchando sus cuentas personales y desviando el dinero oaxaqueño para proyectos electorales en toda la República. Los policías sí se mandaron solos en aquella represión histórica, y la culpa toditita es de quienes no atendieron los discursos de buena voluntad de los jefes políticos (bueno, al gobernador sí se le reprocha que no haya tenido un cuerpo de agentes especializados en atender sin tanta violencia los desbordamientos sociales). Zzzzz. Silencio, que la justicia duerme.
De puntitas también hay que caminar mientras al licenciado CaldeDos% se le pasa el coraje porque los desconsiderados mexicanos no quieren cooperar para que tenga dinero para combatir la pobreza que él mismo ha agravado durante su catastrófico trienio recortado. Un esfuercito, por el amor de Dios, pide el deshauciado fiscal. Pero, al ver que el sombrero extendido sigue vacío, y que el poder real lo tienen los gobernadores priístas a través de sus bancadas legislativas, se irrita y les advierte que no se vale andar luego con que quieren más dinero para sus estados o para obras si antes no hicieron aprobar nuevas formas de recaudación mediante impuestos: coopelen en San Lázaro para que Carstens no les dé cuello. Felipe está que truena (es decir, por tronar) porque sabe que su paquetazo de ilusión económica no pasará tal como él lo había pensado y que una vez más en tan poco tiempo quedará exhibido como el despojado de poder que ya es. Pero, por lo pronto, la magna campaña de chantaje nacional tuvo una resonancia vergonzosa a través de un gobernador presuntamente llegado al poder con los “ideales” del PRD, el chiapaneco Juan Sabines, que nuevamente se ha puesto de tapete, más negro que amarillo, para apoyar al emberrinchado Felipillo en su asunto ése del 2 por ciento general.
En las alturas llameantes (oh, cuán lindo es tocar la lira y disfrutar una cálida vista), el licenciado CalNerón ha bajado el pulgar laboral para condenar al Sindicato Mexicano de Electricistas a acompañar al de los trabajadores mineros napoleónicos en el circo romano donde los gladiadores institucionales usan las tomas de nota de representación sindical como instrumentos de agresión y donde todos los recursos legaloides a la mano de las autoridades serán usados para doblegar a los sentenciados a muerte política y económica. Muchos son los móviles: la búsqueda de desarticular una fuerza organizada que normalmente camina hacia la izquierda, sobre todo en comicios; la creación de más problemas a la capital del país, que está en la mira de la derecha, y la siembra de presuntas razones que abonen el camino a futuros intentos privatizadores. En ese contexto, el mini césar está dando un paso peligroso hacia la conversión de los problemas económicos en crisis social y su correspondiente resistencia organizada, pero tales prodigios de visión no se les dan a los imperiales funcionarios de apellidos Calderón y Lozano. El dedo ha ordenado el arrojo a los leones. Silencio y a cumplir (al menos, eso creen ellos, o creerán por algunos días u horas, mientras se dan cuenta de que lo que ellos habían considerado fanfarrias –el quinazo del sexenio, anuncian los periodistas e intelectuales oficialistas– en realidad eran los tambores, que ellos tensaron, de la movilización y la protesta que puede extenderse). Zzzzzzz.
Y, mientras se han reunido en la capital del país los gobernadores y los coordinadores legislativos del PRI, para decidir ya en serio qué hacer con la economía mexicana, más allá de ocurrencias y berrinches del Solitario de Los Pinos, y mientras la empresa española Befesa trata de cobrar 270 millones de dólares al ayuntamiento de Zimapán, Hidalgo, como indemnización porque una larga lucha popular le ha impedido a esa firma instalar un confinamiento de desechos tóxicos que era un atentado contra la salud pública de ese lugar, ¡hasta mañana, en esta columna que ve la entrega de la medalla Belisario Domínguez a quien fue secretario de hacienda, Antonio Ortiz Mena, como parte de la campaña de “sensibilización” nacional de que los tiempos priístas del “desarrollo estabilizador” eran mejores y, por tanto, deben volver!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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