sábado, 17 de octubre de 2009

Igual que Calderón, Hitler También Dormía con la Conciencia Tranquila



Alentado por los serviles aplausos de la Cleptocracia reinante (ahí presente y feliz en primera fila, Emilio Azcárraga, dueño de Televisa y de una parte del gobierno), Felipe Calderón "explicó a fondo" su valerosa decisión de esfumar la Cía. de Luz y Fuerza del Centro para desaparecer a su combativo Sindicato de Electricistas, al que culpó de todos los males de la empresa, ocultando deliberadamente que los mismos fueron causados por los elevados "subsidios" a las grandes empresas consumidoras de energía que, ¡oh, coincidencia!, son patrocinadoras del calderonato.

Televisa es una enorme consumidora de luz y el gobierno oculta cuánto recibe de "subsidio". Igual andan Bimbo, Banamex y otras distinguidas patrocinadoras del último fraude electoral que tiene desecho al país.

Entre tanto simpatizante que lo aplaudía hasta el delirio, en el colmo del cinismo Calderón se ufanó de dormir con la conciencia tranquila, satisfecho del exterminio de mexicanos que aumenta cada día con alzas incontenibles en bienes de consumo y alimentos que el gobierno PRIANista quiere gravar más, con el creciente número de desempleados y desesperados por una crisis que la Cleptocracia aplaude e impulsa.

Considerando los comportamientos del presidente de la Cleptocracia, es oportuno recordar que el hoy satanizado Adolfo Hitler, en su momento de gloria, también fue igual de aplaudido durante horas no minutos (como Calderón), por multitudes delirantes y engañadas por la propaganda, venerado por sus cortesanos, justificado en sus excesos y vicios, bendecido por el Papa, obispos y cardenales en su guerra anticomunista y por la nueva moralidad que impuso, y también dormía con la conciencia tranquila como Calderón, autoconvencido y satisfecho de estar "cumpliendo su deber" con el exterminio de judíos en sus hornos colectivos, como hoy Calderón extermina mexicanos en su pobreza colectiva, con el aplauso de sus arios puros (como se sienten Salinas, Azcárraga, Servitje, Zambrano, Bailleres, Larrea, Hernández, X. González y deidades menores, alejados de indios y nacos).

Todos los dictadores piensan, actúan y hablan igual.

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