martes, 8 de septiembre de 2009

Suárez Coppel, el operador de los Bribiesca en Pemex

JESUSA CERVANTES
MÉXICO, D.F., 7 de septiembre (apro).- Subalterno de Francisco Gil Díaz en la Subsecretaría de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, en donde fungió como su asesor durante el sexenio de Ernesto Zedillo, y como operador del exsecretario de Hacienda y Crédito Público, en el gobierno de Vicente Fox, a través de la Dirección de Finanzas de Petróleos Mexicanos, Juan José Suárez Coppel, fue nombrado este lunes director de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Suárez Coppel, según una investigación interna de Pemex, es identificado como "el líder de la organización interna" de Pemex, ligado a Antonio Juan Marcos Issa, exasesor de los entonces directores de la paraestatal Rogelio Montemayor, Raúl Muñoz Leos y Luis Ramírez Corzo, con quien trabajó en contubernio para entregar millonarios contratos a las empresas favoritas del sexenio de Vicente Fox: Oceanografía y el consorcio Blue Marine, las cuales estuvieron ligadas a los hijos de Marta Sahagún.

De acuerdo con una investigación que realizada desde el interior de Pemex durante el sexenio pasado, ambos personajes, Suárez Coppel y Marcos Issa, trabajaron coordinadamente desde las áreas de Refinación, Almacenamiento y de Finanzas de la paraestatal para elaborar bases de licitación "a modo" y beneficiar así a las empresas antes mencionadas.

La historia de dicha indagatoria figura en el libro Los Hijos de Marta, historias de impunidad, de la reportera de Proceso, Jesusa Cervantes. Ahí se da cuenta de interceptaciones de correos electrónicos y llamadas telefónicas que revelan cómo operaban Juan Antonio Marcos Issa y Suárez Coppel. Al primero se le cataloga como "el líder de la organización" y al hoy director de Pemex como "el líder de la organización interna".

Incluso se llega a detectar una llamada en la que Suárez Coppel comenta que directores de Pemex van y vienen (refiriéndose a los dos que hubo en el sexenio foxista) "pero a mí me puso Paco Gil", con lo cual daba a entender que era inamovible.

A continuación, el capítulo "El consorcio del sexenio: Pemex y Aduana" incluido en el libro Los Hijos de Marta…

* * * * *

Azorada, Marta leyó que sus hijos estaban metidos en una red criminal, en Pemex y en Aduanas.

"¡Pero, hasta cuándo nos van a dejar en paz!", exclamó mientras se deshacía de los reportes que le habían entregado. Le quemaban las manos.

Aún faltaba un par de años para que ella y sus familiares prescindieran del poder que da Los Pinos.

Estaba enterada de las constantes quejas de algunos contratistas de Pemex, de lo que había dicho Javier Barrera Quirarte, encargado del Órgano de Control Interno de Pemex Refina­ción el 25 de marzo de 2002, pero siempre hizo caso omiso de todo ello.

El abultado expediente del caso Proesa (y que inició el abo­gado Barrera Quirarte), la empresa de Alfredo y Javier Miguel Afif, y cómo habían demandado a Pemex ante la Corte Inter­nacional de Arbitraje y llegado al acuerdo de un pago de 127 millones de dólares, lo tuvo frente a sí.

"Sí, pero eso ya terminó y Alfredo Miguel ya no está en México… ¿Ahora qué quieren?", exclamó molesta Marta.

Como los Miguel Afif había una veintena de empresas proveedoras de Pemex, las cuales se beneficiaron durante los gobiernos priistas. Curiosamente, desde el arribo de Marta a Los Pinos empezaron a ser desplazadas por dos consorcios que ha­bían unido sus fuerzas: Oceanografía y Arrendadora Ocean Mexicana (AOM).

Si algo no se le podía escatimar a Marta era lo bien infor­mada que procuraba estar, aunque a veces fallara. Así que, más por morbo que por verdadero interés de poner punto final a las tropelías de sus hijos, tomó el expediente y empezó a leer lo que los agentes uno (A.1) y dos (A.2) habían elaborado por ór­denes de quién sabe quién, pero que figuró como surgido de la Secretaría de la Función Pública. El primero investigó los ne­gocios en Pemex y el segundo en Aduanas: "A.1.Carlos Daniel y Amado Omar Yáñez Osuna, propietarios de Oceanografía, y sus socios Alfredo y Juan Reynoso Durand, dueños de AOM, forman parte del consorcio llamado Blue Marine Technology. Detrás de ellos, el suegro de Alfredo, Juan Marcos Issa, quien fuera jefe de asesores del director de Pemex durante el priismo, con Rogelio Montemayor; que continuó en el cargo duran­te la estancia de Raúl Muñoz Leos y lo mantuvo en el mismo lugar Luis Ramírez Corzo cuando llegó de relevo".

Antes de continuar la lectura, Marta recordó los resultados que el despacho Escobar Consulting & Associates entregó en diciembre de 2005 a los diputados federales que investigaron el conflicto de intereses y el tráfico de influencias de sus hijos, Manuel y Jorge Alberto.

Sabía que la recomendación del despacho fue "saber si los dueños (Daniel y Amado Yáñez Osuna) de esta compañía (Oceanografía) tienen alguna relación directa o indirecta con la familia presidencial". Que esa oficina había detectado varias irregularidades en torno a Oceanografía y que pedía a Pemex "explicar los motivos por los cuales continuó otorgando con­tratos" a la empresa, a pesar de que en 2003 se le rescindieron dos contratos y en 2004, también, por falta de cumplimiento de sus obligaciones.

Marta sabía también que la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, fracción III, prohí­be entregar nuevos contratos a empresas que no cumplen. Se lo habían explicado detalladamente, una y otra vez, sus aseso­res, el equipo de ujieres que la mantenía informada.

Pero lo que más le molestaba de todo eso era que "alguien" en Pemex hubiera hecho caso al despacho Escobar cuando su­girió a los diputados "revisar el acta constitutiva de la empresa Oceanografía con sus últimas modificaciones para saber si los dueños de esta compañía tienen alguna relación directa o in­directa con la familia presidencial". Los documentos que tenía frente a sí lo probaban.

Siguió leyendo: "A.1.La relación entre los Yáñez Osuna y los Reynoso Durand surgió en 1993 cuando decidieron crear varias empresas juntos, entre ellas, Representaciones Reynoso. Oceanografía nació en 1980 con Amado y Darío Yánez Correa al frente, pero hoy son los hijos quienes la comandan. En 1995 siguieron estrechando sus relaciones empresariales y crearon Consorcio Scala; en 1998 los Reynoso Durand con­formaron R. Reacsa. Ya en este sexenio, los chicos Reynoso Durand crearon Subtec, junto con los Yáñez Osuna, en 2000; Arrendadora Ocean Mexicana, en agosto de 2001; Blue Mari­ne, en junio de 2002, y Ocean Mexicana, en 2004.Todas és­tas agrupadas en Blue Marine Technology Group".

"¿Y quién será 'A.1', que se atrevió a indagar?", se pregun­tó Marta. Supuso que era algún agente del Cisen despedido cuando Fox mandó reestructurarlo.

No estaba muy equivocada; sólo que el agente seguía activo.

"Amado y Carlos Daniel Yáñez aparecen de manera indis­tinta como parte de Oceanografía y del consorcio Blue Mari­ne Technology Group, donde figura quien fuera el súper asesor de Pemex, Antonio Juan Marcos Issa, y Juan Reynoso Flores, padre de los chicos Reynoso Durand —asegura A.1—. Estas diez empresas, donde son accionistas los Yáñez Osuna y los Reynoso Durand, así como Juan Antonio Marcos Issa, pro­porcionan sus servicios a Pemex para el procesamiento de pe­tróleo y sus derivados."

"Mmmm… nada que yo no sepa… y luego del desatino que cometió Manuel", recordó Marta, cuando puso al des­cubierto que su tío Guillermo Sahagún Jiménez y su herma­no Jorge Alberto son amigos de los dueños de Oceanografía, los Yáñez Osuna, y que presionaron a los directores de Pe­mex para beneficiarlos. Recordó entonces algunos datos de Oceanografía:

"De hecho, desde 1996 la situación económica de Oceanografía era tan mala que estuvo a punto de ser embargada por Hacienda en abril de 2000, debido a que adeudaba al fis­co 21 millones 130 mil 485 pesos."

Pero como ocurrió con muchos, el sexenio foxista fue benévolo con ellos y en abril de 2001 "se ordenó cancelar el em­bargo sobre los bienes".

"Curiosamente para el siguiente año, en 2001, de 1.5 mi­llones que tenía de capital, Oceanografía lo aumentó a 126.5 millones de pesos. A partir de 2002 estuvo imparable: logró contratos por 733 millones 800 mil en 2003, por 747 millones en 2004 y por 2 mil 875 millones 500 mil pesos en 2005. Arren­dadora Ocean Mexicana, donde los Yáñez Osuna y los Rey­noso Durand son socios, tuvieron contratos de 2004 a 2006 por 1,673 millones de pesos. En tanto que Subtec fue bene­ficiada por Pemex con 144 millones de pesos en la recta fi­nal del sexenio, 2005 y 2006 —continúa A.1—. Pero el con­trato más jugoso para estas dos familias ocurrió el 13 de julio de 2005, por 1,500 millones de dólares, con el consorcio Blue Marine Technology Group, para que construyera una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga de petró­leo, una especie de barco gigantesco acondicionado que fun­ciona como plataforma petrolera flotante para la extracción, procesamiento, almacenamiento y exportación de crudo en grandes cantidades. El trabajo se hace con la empresa Bergesen Worldwide Offshore, cuyos propietarios son empresarios chi­nos y se trata de un barco chatarra que se acondicionó como de último modelo."

Tanto beneficio a las empresas por las que Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y su tío Guillermo Sahagún pujaban, llevó a la contraloría interna de Pemex a realizar la indagatoria, y lo que descubrió dejó a Marta azorada, pues todo su teje y ma­neje quedaba al descubierto.

La investigación, condensada en un documento de más de 100 hojas, elaborado por agentes que habían salido de Gobernación y que ahora estaban en Pemex, tuvo como objeto "encontrar vínculos financieros, legales, contractuales, escri­tos y contactos que permitieron a la compañía AOM ser favo­recida en el arrendamiento de buques tanque contratados por Pemex".

Lo primero que hizo la contraloría fue elaborar una lista de funcionarios de Pemex sobre los cuales ya tenía algunas sospe­chas, sobre todo de las áreas de refinación, almacenamiento y finanzas.

En el sexenio foxista, Pemex conservó a algunos investigadores que durante los gobiernos priistas probaron sus dotes en labores de inteligencia. Eran los encargados de la seguridad y así como podían detectar a los autores intelectuales de ordeñar duc­tos de Pemex para robar, gas, petróleo y gasolinas procesadas, también conocían de interceptación de medios de comunicación.

Con esta gente, Pemex emprendió una investigación de gabinete y de campo que incluyó la revisión de celulares, co­rreos electrónicos personales y triangulación con emisarios de confianza.

"En conclusión, AOM, donde estaban los amigos de los Bri­biesca Sahagún, estuvo en licitaciones llenas de anomalías, con diseño de bases ex profeso para beneficiarla, acceso a informa­ción privilegiada por parte de la empresa y simulación finan­ciera", finaliza A.1.



"¡A mí me puso Paco Gil!"

El documento que Marta tenía en sus manos revelaba que den­tro de todo este proceso participaron cuatro funcionarios de Pemex. El más importante de ellos era Juan José Suárez Coppel, exdirector de Finanzas de Pemex y a quien se identifica en la investigación como "el líder de la organización interna", ade­más de haber sido el jefe de asesores de Francisco Gil Díaz en la Secretaría de Hacienda; le seguía Pedro Carlos Gómez Flores, exsubdirector de Distribución y Almacenamiento de Pemex Refinación, y "operador administrativo y de diseño de bases"; Edith Blancas García, que se encargó del "armado de expe­dientes interno", y Mario Magallón Cruz, "contador".

Los investigadores rastrearon las llamadas y los mensajes de correo electrónico de todos los integrantes de Blue Marine Group, incluidos Carlos Daniel y Amado Omar Yáñez Osuna, así como del apoderado legal Manuel Mayoral Piana. Para co­municarse, empresarios y funcionarios de la paraestatal "usaron un sistema semiencriptado de correos electrónicos, con nodos domiciliados en distintos países, con el objeto de evitar detec­ción e incursión en las comunicaciones".

Con todo y eso, se identificaron llamadas entre Manuel Mayoral Piana y Juan Reynoso Durand; de éste con Pedro Carlos Gómez Flores y Edith Blancas García; entre ésta y Ge­rardo Rodríguez Gaytán, otro apoderado legal; de Jaime Suá­rez Coppel, hermano del encargado de finanzas de Pemex, con Juan Reynoso Durand; de éste con Pedro Carlos Gómez Flores, y, finalmente, de Juan José Suárez Coppel con Anto­nio Juan Marcos Issa.

En el reporte se indica que la "identificación de los servi­dores utilizados para el envío de correos electrónicos se rea­lizó con un sistema especializado de rastreo electrónico de última generación […] El rastreo identificó las direcciones ip de los participantes en la organización delictiva y sus rutas de comunicación".

A partir del análisis del rastreo de llamadas a celular y de in­terceptación de correos electrónicos de la organización, se llegó a la conclusión de que se ponían de acuerdo "para determinar montos y establecer líneas de acción para los operadores […] determinar el diseño y los procedimientos de las licitaciones públicas a favor de AOM […] determinar los pagos y dar segui­miento a los procesos administrativos [y] agilizar el papeleo y los trámites administrativos de AOM". En sus conclusiones, la indagatoria señala a Juan Marcos Issa como el líder de la orga­nización ("él decide las acciones a seguir"). Así mismo, sostiene que el encargado de las finanzas de Pemex durante el sexenio de Vicente Fox, Juan José Suárez Coppel, "presume que su per­manencia en pmx (Pemex) obedece al secretario de Hacienda [Francis­co Gil Díaz]", ya que "directores vienen y van, pero a mí me puso Paco", pues parte de sus funciones es diseñar "esquemas financieros para ocultar activos".

El informe que Marta tenía en sus manos no dejaba lugar a dudas de la operación continua entre Arrendadora Ocean Mexicana y Pemex, que actuaban "de manera coordinada con tareas, funciones y responsabilidades", e incluso, leyó Marta, "es muy probable que los actores de Pemex tengan arreglos si­milares con otros proveedores".

El intercambio de información detectada entre AOM y Pemex reveló que "se puede determinar que la organización delictiva opera con tres niveles jerárquicos, donde cada nivel tiene tareas específicas y responsabilidades para llegar a un objetivo común. A su vez, todos los involucrados saben que están actuando fuera de la ley".

La "mecánica criminal está catalogada por la legislación pe­nal federal y se encuadra dentro del crimen organizado, ade­más de que hay registros que hacen suponer operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero)".

Se asegura en la investigación que "si el reporte fuera del conocimiento de las autoridades norteamericanas, sabemos que el Fincen [Financial Crimes Enforcement Network, la unidad de inteligencia financiera de Estados Unidos] iniciaría una in­vestigación sobre el origen sospechoso de las transferencias y depósitos en las cuentas radicadas en Estados Unidos". Lo anterior, porque en los mensajes electrónicos los exfunciona­rios de Pemex y los propietarios del consorcio piden que los depósitos de dinero se realicen en el país del norte.

Los funcionarios de Pemex, los Yáñez y los Reynoso Du­rand también acordaron detener todo negocio al concluir la elección presidencial, por lo menos así lo reveló el rastreo de llamadas y correos electrónicos.

proceso.com

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