lunes, 10 de agosto de 2009

Hacienda contra Calderón

Antonio Navalón

El 4 de agosto de 2009 pasará a la historia porque fue el día que la Secretaría de Hacienda consumó la agonía de la economía mexicana, lo que sólo se explica si el Felipe Calderón de enero fuera uno y el de ahora sea otro, o porque Hacienda se propuso darle un golpe de Estado económico al Presidente. Veamos por qué: en los últimos tres años se perdieron millón y medio de empleos, en estos 12 meses se esfumaron 30 mil millones de dólares de la reserva internacional y no recibió la Tesorería 41 mil millones de pesos por ingresos fiscales, con lo que esto acarrea.
Ante esto, los especialistas demandaban una fuerte inversión pública para reactivar la economía, pero contra lo que pudiera esperarse, el 4 de agosto Hacienda, a través de la subsecretaría de Egresos, emitió la orden de cancelar todos los contratos de personal, servicios e inversiones no formalizados antes del 7 de agosto, y que el 21 de este mes se cierre el gasto público. Así, en los hechos, concluyó el año fiscal.


Cabe recordar que Calderón lanzó en enero el Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar y el Empleo, con la intención de preservar los empleos, apoyar la economía familiar y la competitividad de las empresas, fomentar la inversión en infraestructura y promover el gasto público, con el compromiso de bajar los precios del gas LP y el servicio eléctrico y congelar el de la gasolina.


La clave presupuestal que permite disponer de recursos fiscales se liberó el mes de junio, en consecuencia las entidades gubernamentales sólo tuvieron dos meses de planeación y ejecución del gasto. Con el comunicado 307-A-0770 de Hacienda, todo se acabó. A partir de este momento el que sea creyente que rece, y el que no que empiece a hacer prácticas de vivir sin comer, porque todo lo que significa el estímulo a la economía y el empleo con la inversión pública ya no irá más.


Si Calderón ha decidido cambiar su política económica debe decirle al país que ahora lo que desea es ser el mejor administrador de Occidente. Y si el secretario de Hacienda ha decidido que la mejor manera de no endeudarse es congelar la economía, que lo diga.


Pero no le hagan una broma macabra a México con la idea de crear empresas en dos días y no en 34, al tiempo que sacan de la circulación los recursos que reactivarían la economía, acabando con las esperanzas de los desempleados, las empresas a punto de la quiebra, y hundiendo en la más absoluta orfandad a los 50 millones de mexicanos que ya viven en la más extrema pobreza.

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