viernes, 5 de junio de 2009

Astillero


Visitas augurales

El finiquito de lo político

Reunión secreta en Santa Fe

Julio Hernández López
México, que ya estaba bastante mal, es otro después de las visitas de Hillary Clinton y Barack Obama. Entre las sonrisas tatuadas de la secretaria de Estado y la visita de paso del presidente de Estados Unidos venía ya la clasificación de nuestro país como un ente en descomposición, al que los estrategas del poder vecino deberían meter mano para beneficio de sus debilitados, pero todavía definitorios intereses imperiales. Antes de esas apariciones augurales, las baterías intelectuales” de la Casa Blanca y el Pentágono habían esparcido la tesis de que México es un Estado fallido, colocándolo al nivel de Irak y Afganistán en cuanto a riesgos para la seguridad nacional de los gringos y expresando calculado asombro y “temor” ante el peligro que el narcotráfico significaría a sus puertas fronterizas y que habría llegado ya a ciudades importantes de aquella nación.

La crisis concentrada de México tuvo un desarrollo tempestuoso después de esas visitas aparentemente sin gran sentido. Calderón aceleró sus planes de establecer un estado de excepción en México, magnificando una realidad sanitaria para golpear el ánimo colectivo, disfrazar y ahondar los problemas económicos y, en especial, dictaminar una suerte de punto final de la política como mecanismo para resolver los diferendos de la sociedad. Apenas salidos los mexicanos del apocalipsis porcino inventado se toparon con la terrible realidad del catarrito carstense convertido en pulmonía y, enseguida, con el mayor endurecimiento de la actividad militar en asuntos de presunto combate al narcotráfico, llegando a un punto de rompimiento de los esquemas históricos de relaciones políticas entre los poderes federal y estatales y usando abiertamente los mecanismos coercitivos del Estado para proyectos electorales inmediatos (la toma de San Lázaro) y mediatos (la continuidad grupal de la ilegítima presidencia en 2012 o, de plano, la creación de condiciones que impidan la realización de comicios o que lleven a la sustitución o la complementación casi sustitutiva de lo civil por lo militar).

Sin más proyecto que la consolidación de la fuerza como relevo de lo político y con la vista puesta en la continuación del saqueo de la riqueza nacional sin opositores al frente (es decir, anulando desde la teledictadura a los disidentes legítimos y animando a los ciudadanos a expresar votos en blanco que le ayuden a depreciar la política y sus podridas instituciones actuales) el calderonismo es la pieza de caza perfecta para la potencia vecina que ayer, de un golpe, emplazó dos escopetas contra los húmedos y amargos pinos: protocolizó el nombramiento (que debe ser aprobado todavía por instancias legislativas) de un especialista pascual en estados fallidos y sociedades en conflicto como embajador intervencionista en México y anunció la creación de un Consejo Asesor de Seguridad de la Patria que con una veintena de funcionarios y expertos en seguridad nacional tratarán de asegurar “rigurosos procesos de control en los puertos de entrada” y evaluar “las consecuencias prácticas de la violencia fronteriza y la respuesta que se debe dar a las comunidades” gringas colindantes con México. Que nadie se diga engañado o ignorante del curso que las cosas han tomado y tomarán: la debilidad del calderonismo, y sus ambiciones económicas y políticas, están colocando al país en un nivel fascistoide que será aprovechado por la potencia vecina para delinear el futuro mexicano conforme a sus intereses, en una especie de protectorado no confeso cuyos costos de instalación están siendo disimulados entre fiebres porcinas intencionalmente exageradas, crisis económicas diseñadas para la corrupción compartida entre empresarios-políticos que se chuparán los préstamos previamente asignados y la militarización desbordada que pretende anular lo cívico, lo electoral y lo político.

CABALGATA POR ATENCO Habitantes de San Salvador Atenco junto con grupos de simpatizantes marcharon sobre Paseo de la Reforma hacia la Secretaría de Gobernación para exigir la liberación de sus compañeros presos desde hace tres añosFoto Francisco Olvera
Astillas

Para los grandes capitales de la estratégica delegación capitalina Miguel Hidalgo sólo existen como opciones electorales los candidatos del PAN y del PRI, Demetrio Sodi y Martín Olavarrieta, respectivamente. Este miércoles pasado, a las 18:45, unos treinta empresarios se reunieron sólo con esos dos aspirantes, ignorando a la perredista Ana Guevara, en las “espectaculares oficinas de Grupo Cuervo, en Santa Fe”, según la columna Los políticos también lloran, que firma Alberto Tavira en la revista de “sociales” Quién, que se ha convertido en invaluable fuente de información política de las elites. La reunión, señala Tavira, “fue secreta” y organizada por “el filántropo Manolo Arango, el mero mero de grupo Cuervo, Juan Beckman, y el ex dueño de Grupo Editorial Expansión, don Clemente Serna Alvear, quienes por correo electrónico se encargaron de convocar a estratégicos vecinos de la Miguel Hidalgo, claro de las colonias con código postal 11000, para escuchar las propuestas de ambos candidatos, así como los estornudos de Sodi, quien traía un gripón de miedo”. También estaban Francisco Hill, Elías Sacal, Alejandro Legorreta, Mariasún Aramburuzabala (esposa del ex embajador de Estados Unidos Tony Garza), Marusa Gutiérrez, María Luisa Barrera de Serna, Joel Rocha, Juan Gallardo y Viviana Corcuera, novia ésta del candidato priísta Olavarrieta. La nota cierra preguntando: “¿Por qué no estuvo en el evento Ana Gabriela Guevara, aspirante a delegada por el PRD?”... “Alineación que ya piensa:/ va Galván en la defensa...”, es el título de la décima que ha enviado el profesor Benjamín Cortés Valadez: “Felipe fue con la verde,/ y los que juegan quinielas,/ ya no necesitan velas,/ seguros están que pierde;/ viendo esto que le remuerde,/ pudiera ser que, agresivo,/ con electoral motivo/ y con sus formas comunes,/ mandara a izquierdista Funes,/ derechazo operativo”... Y, mientras guionistas de Televisa estudian la manera de cumplir la instrucción de que Enrique Peña Nieto aparezca como risueño invitado en una ceremonia civil de los últimos capítulos de la telenovela en la que actualmente participa Lucero, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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