domingo, 31 de mayo de 2009

Buscando ganar Nuevo León, Calderón ha hecho de su izquierda decente una sucia izquierda narca


Felipe Calderón usó a los chuchos del PRD y ya los tiró a la basura. Se lo merecen por vendidos.

Durante varios años Calderón se ha servido de los chuchos en su proyecto de intentar destruir a Andrés Manuel López Obrador.

El plan ha sido muy sencillo: ordenar a todos los columnistas y comentaristas de una gran cantidad de medios de comunicación decir a diario que los chuchos son la izquierda buena, decente, moderna y con visión, mientras presentan a AMLO como un extremista desestabilizador.

Por fortuna, aunque el gobierno ha gastado mucho en la instrumentación de ese plan (los comentaristas y los columnistas cobran, faltaba más), nomás no ha funcionado.

A pesar del exceso de propaganda en su contra, la gente sabe que AMLO es un político con principios que está luchando, desde abajo, para sacar a México de la terrible crisis en que lo han sumido los panistas.

Entonces, dado que los perredistas chuchos ya probaron su inutilidad como golpeadores de El Peje, Calderón ha decidido que ya puede burlarse de ellos.

Y vaya que se está riendo Felipe Calderón del dirigente nacional perredista, Jesús Ortega, tan tierno en los anuncios de la tele; del senador Carlos Navarrete, tan bohemio él y tan claramente entregado a su colega priista Manlio Fabio Beltrones; de la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, tan modosita siempre; del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, al que la PGR ha dejado sin equipo, y de todos los otros preclaros representantes de la izquierda "moderna".

Calderón los usó a todos ellos para limpiarse la cola y después los aventó al fondo del excusado.

El sainete armado por la PGR contra los hermanos Monreal Ávila en Zacatecas, sirvió para dos cosas: la primera, para exhibir a la gobernadora perredista Amalia García como muy incompetente por haber permitido la fuga de numerosos zetas o inclusive como cómplice de las mafias; la segunda, para fortalecer a uno de los principales enemigos de los chuchos, el senador Ricardo Monreal, y a sus hermanos, entre los que se encuentra el político que ya es considerado el favorito para ganar la gubernatura de la entidad postulado por el PT y probablemente también por Convergencia.

Antes de eso, en Reynosa, Tamaulipas, fue aprehendido un perredista ligado al narcotráfico al que se acusó de robar gasolina. Los medios controlados por Calderón rápidamente difundieron fotos del detenido posando con Andrés Manuel López Obrador, pero esta farsa la evidenció el ex dirigente del PRD Leonal Cota, quien dijo con absoluta claridad que ese delincuente militante del Partido de la Revolución Democrática nada tenía que ver con AMLO, sino que siempre había sido protegido por Jesús Ortega, el chucho mayor, a pesar de las fuertes sospechas de que trabajaba para los capos de la droga.

Recientemente, en Michoacán, la PGR arrestó a un número importante de presidentes municipales y funcionarios del gobierno estatal a los que se ha acusado de proteger a los narcotraficantes. El gobernador Godoy quedó con eso, más que en ridículo, como un perredista que no controla absolutamente a nadie en la entidad y que aun pudiera tener relaciones indebidas con el crimen organizado.

El único que ha ganado con lo ocurrido en Michoacán, Zacatecas y Tamaulipas es Andrés Manuel López Obrador. Si no por otra cosa, porque ha quedado ya perfectamente demostrado que si hay bandidos en la izquierda estos son los chuchos que se apropiaron, a la mala, del PRD.

La pregunta que mucha gente se hace es la de por qué Calderón ha sido tan duro con sus aliados del PRD chucho. En primer lugar, como se ha dicho, porque dejaron de servirle para golpear a AMLO. Y en segundo, y sobre todo, porque el gobierno va a usar los casos de Zacatecas y Michoacán para justificar un ataque mayor contra alguien muy importante en el PRI.

Según todos los analistas, no tarda en ir a la cárcel algún priista importante. Francisco Garfias dijo este sábado en Excélsior que "la versión que corría ayer es que van contra ‘un gobernador priista del norte'. Otra fuente de alto nivel nos aseguraba que Coahuila, Durango y Tamaulipas están en la mira".

Sobre el mismo asunto, en un blog de la resistencia civil citaron un escrito de Raymundo Riva Palacio:

"... la entidad donde sería la siguiente operación contra la protección institucional al narcotráfico es Nuevo León, donde el PAN libra su principal batalla electoral este 5 de julio, con el propósito de arrebatarle al PRI el gobierno estatal... El expediente de Nuevo León está integrado en el mismo paquete del de Michoacán... y toca la protección de las instituciones estatales y locales a los cárteles de Sinaloa y del Golfo. La penetración institucional del narcotráfico en Nuevo León se extiende por 12 municipios, de acuerdo con ese informe confidencial, focalizados en la zona metropolitana de Monterrey, la zona que comprende la carretera que va hacia Nuevo Laredo, y el sur del estado. Las autoridades federales tienen puesta la mesa".

¿Va la PGR contra Natividad González Parás, gobernador de Nuevo Léon? Pudiera ser. Este sería un durísimo golpe contra el PRI. Por eso, andan tan nerviosos los principales dirigentes del tricolor, sobre todo Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa y Enrique Peña Nieto, que sienten ganada la gubernatura nuevoleonesa (la ventaja del priista Rodrigo Medina sobre el panista Fernando Elizondo rebasa los cuatro puntos en todas las encuestas).

Un duro contra González Parás ayudaría al PAN, sin duda. Lo que me pregunto es si le alcanzará con eso al panista Elizondo. Porque, aunque no es enorme, tampoco es pequeña la delantera de cuatro puntos en promedio que le lleva Medina. Y porque, además, sobran asesores que le están recomendando a Medina un antídoto contra semejante veneno: deslindarse con firmeza del actual gobernador. Lo que argumentan es que si Nati es el que se ha portado mal, pues que sea solo Nati el que pague por ello.

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