miércoles, 20 de mayo de 2009

Astillero


Tentativamente, cualquier intención revolucionaria de calendario (1810-1910-2010) ha de buscarse mejor fecha, pues el científico secretario calderónico de hacienda, Agustín C2 (Carstens, al doble), ha anunciado que para el sugerente año en puerta se tiene considerada la posibilidad de que la economía mexicana entre en un proceso de franca recuperación”, epopeya ésta que no se logró en este 2009 nomás porque se atravesó la epidemia de todos conocida, que si no...

Las optimistas predicciones del beisbolista de ocasión, que también es médico en economía (convirtió la crisis mundial en catarrito local), habían sido compartidas un día antes por otro funcionario estelar, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quien también habló con gran esperanza de 2010. Lo malo de los alborozos oficiales es que tras ellos asoma la siniestra intención de sustentar esas hipotéticas recuperaciones y epopeyas económicas en el nada original recurso de crear o aumentar impuestos (en concreto: IVA a medicinas y alimentos). El discurso superheroico del comandante Calderón ya está tratando de crear las condiciones para otro golpe autoritario “por el bien de la nación”, con la cantaleta de que la crisis económica requiere decisiones firmes, enérgicas, valientes, como las que supuestamente tomó el ocupante de Los Pinos para enfrentar la epidemia de influenza. Otro prócer globalizado, Ernesto Zedillo, empuja al panismo empoderado a tomar medidas difíciles, impopulares, pero absolutamente necesarias. ¡No te rajes, Felipe!

En lo político-electoral las cosas siguen más o menos igual de alicaídas, mediáticamente sostenidas por las declaraciones provocativas de Germán Martínez, que sigue picando la cresta de los gallos viejos de tres colores, sobre todo en relación con el episodio De la Madrid-Salinas o que, en relación con Amalia García, la “anima” a seguir colaborando con el calderonismo en la “guerra” contra el narcotráfico. En otro escenario, Chucho Ortega se asoma a los espacios periodísticos mediante un cuidado proceso de tibias amenazas hacia la postura tripartidista de López Obrador, el predicador múltiple que reparte sus dones electorales entre el PT y Convergencia, por un lado, y, por otro, una selección del PRD que por tanto se dice parcialmente ofendido, en vía de despecho proporcional, aunque el tabasqueño trata de defenderse argumentando que no es pecado ser perredista y convocar a que se vote por distintos partidos. Otro tema supremo de disquisición filosófico-político es el uso de corbata por parte de un personaje del estado de México que es tan limpio e intachable que en todo caso la única acusación que puede hacérsele es la de perseverar en el lucimiento de reservorios patógenos de seda al cuello, como si no tuviera el lastre histórico del montielismo y sus propios expedientes oscuros tanto familiares como económicos. Y el gran Manlio Fabio que teje una coartada “de sacrificio” a los ex presidentes que chapotean en el lodo institucional pasado, Carlito de Gortari y Mike Delaeme: ya no hablen más, no den entrevistas ni digan nada... por el bien del partido cada vez más partido.
Astillas

Desde Puebla, Luisa González Millán dice encontrar cada vez con más frecuencia en esta columna un tono “de amargura, de venganza, de crítica atroz en contra de muchos que de alguna u otra manera ‘se decían de izquierda’”. El tecleador “a veces” le parece “un panista amargado con la vida”, y le reprocha que “lejos de ‘incentivar’ la participación social para un cambio verdadero (no me refiero a la manipulación de que todo está bien) sino más bien a plantear que existen alternativas (varias) en las que podemos hacer algo y participar, pues ni todos son tan malos ni todos son unos santos (...) tenemos que reflexionar y analizar más nuestra situación actual y dejar de seguir creando fanatismos de todos lados; eso no es bueno para nadie, tenemos que ser más analíticos y menos fanáticos”...

Víctor del Real comenta: “En Zacatecas, la política es un espacio de la oscuridad: fugas de reos, corrupción, tráfico de influencias, componendas, inseguridad, dimes y diretes. Pero la parte más negra del problema tiene que ver con que, hasta la fecha, no hay planteamientos acerca de las diferencias de fondo entre Amalia y Ricardo, más allá de la gélida lucha por el poder. Se desconoce cuál es su ideario, cuáles sus referencias para construir un entramado político. No se entiende nada acerca de su verdadera ideología, porque ambos son miembros de la izquierda realmente inexistente. Se carece de datos que pongan en claro cuál es su ideal de proyecto estatal. En síntesis, se desarrolla un enfrentamiento entre dos criaturas en frontera con la locura, ahítas de poder, dispuestas a todo por el sueño adolescente de arribar a toda costa, mientras la región prosigue en su decadencia. Ninguno de los dos es verdadera alternativa en un estado que demanda soluciones de fondo. Ricardo no pudo, en su momento, con este precario pastel. Ni tuvo idea. ¿Amalia?, menos, es un cero a la izquierda con su barroca nulidad. Así es que, mejor que ya se alivianen. Take it easy. Hasta ahora, sus debrayes sólo han servido para agusanar el ambiente. Parecen chivas en cristalería. Mejor sería un pronto arreglo, para que esto no empiece a heder”...

López Obrador dijo ayer en Jalisco que con treinta diputados federales que defiendan las posturas del movimiento cívico que él encabeza se podrán frenar los intentos de PAN y PRI de seguir dañando a las mayorías del país. La mafia política cree que en la próxima conformación de San Lázaro tendrá “manga ancha” para sus proyectos, señaló el tabasqueño, pero “no nos vamos a dejar”...

Y, mientras continúa la barbarie en los centros penitenciarios del país, con una sociedad que a ése como a otros espectáculos cotidianos de horror asiste impasible, ¡hasta mañana, en esta columna que no olvida el episodio de intento de soborno electoral en Campeche de los Mouriño a cargo del impune director, con tramposa licencia, de la Lotería Nacional!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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