lunes, 20 de abril de 2009

Militan sin siglas partidistas los "fieles" de López Obrador

Hay de todo. En su mayoría son amas de casa, jubilados, profesionistas, oficinistas. Hombres y mujeres de cualquier edad. Están convencidos de una causa que defienden a morir: la del ex candidato a la Presidencia de la República por el PRD. Dicen que los ciudadanos han aportado todo lo que hay en la sede, donde se reúnen a estudiar, a asesorarse, a aprender a defenderse. “No recibimos dádivas ni nadie nos compra”, aseguran otros, orgullosos del trabajo que realizan

Elia Baltazar

Algunos son militantes del PRD. Otros, la mayoría, ciudadanos sin pasado en la política, recién inaugurados en la práctica de la militancia sin siglas. Hay amas de casa, jubilados, profesionistas, oficinistas, hombres y mujeres de todas las edades convencidos de una causa que sienten suya. Todos, están en la sede del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Es viernes, asisten a su taller de economía popular y se preparan para la gira de su líder en la delegación Benito Juárez de la Ciudad de México.

Hay más gente en esta casa que en cualquier sede de algún partido. Todo lo que hay allí, dicen, vino de los simpatizantes del movimiento, de sus contribuciones. Hasta la renta, aseguran. Es un inmueble ubicado en el número 19 de la calle Víctor Hugo, en la colonia Albert, donde se reúnen los seguidores del ex candidato presidencial y acuden los vecinos de la delegación en busca de asesoría y apoyo en temas como el pago de créditos a bancos. “Viene la gente que no puede pagar tarjetas, que está en el buró de crédito o que, simplemente, no está de acuerdo con la manera en que hacen las cosas los bancos. Pero aclaro: no le decimos a la gente que no pague, lo que queremos es pagar lo justo, la deuda real y para eso nos organizamos”, explica Xasni, una de las líderes de esta Casa del Movimiento, junto con Elsa, Isabel y Edgardo. Allí se agrupan, se asesoran, se organizan y participan en ese movimiento que llama la atención de los especialistas de la política.

En orden, por turnos, todos cuentan cómo llegaron a la militancia de calle, de marchas, de mítines y jornadas de volanteo. Cuentan su experiencias y descalabros. Los insultos de los que son objeto cuando se identifican como seguidores de López Obrador.


“Hoy mismo, mientras pegábamos posters y entregábamos volantes para invitar al mitin, no faltó el que nos quiso mandar a nuestra casa: ‘ya dejen de provocar’, nos decían”. Habla Julieta, una de las más fervorosas al hablar de López Obrador y de su movimiento. La que entrega a la causa parte de sus ganancias por la venta de fruta y ha encontrado apoyo en su familia para las horas que regala a la militancia.

Para aguantar, se entrenan en lo que llaman “la resistencia civil pacífica”. Y para ello tienen talleres de lectura de textos que enseñan las claves. Gandhi es uno sus autores: “Desde el plantón de Reforma, Andrés Manuel nos dijo que debíamos entrenarnos en eso”, relata.

Ninguno de ellos aspira a nada más que pertenecer a este movimiento que, dicen, les ha enseñado el valor de la solidaridad, la justicia y el trabajo desinteresado. Lo que daría por ellos cualquier partido, reconocen. Pero no. Ellos son militantes sin partido. Con conciencia de izquierda, dicen unos. Agradecido otro por algún gesto de su líder. Como Tere, trabajadora de la Secretaría de Salud del DF, que en el gobierno capitalino de López Obrador pudo por fin resolver un problema laboral. Atraídos por lo que López Obrador representa para ellos: “Siento que abandera una causa justa, cosa que no había encontrado en ningún político y hay mucha gente apoyando”, dice Elpidio.

Nadie recibe un salario por el trabajo realizado; nadie da más de lo que puede y todos contribuyen en esta causa que ellos no identifican con el poder. “No recibimos dádivas ni favores, nadie nos compra. Estamos aquí porque somos nosotros los que podemos dar algo y no esperamos nada a cambio”.

—¿Ni siquiera que López Obrador sea Presidente?

—No. Él no podrá ser Presidente si las cosas no cambian desde abajo. Para eso trabajamos –dice alguno de quienes se juntan para responder.

Además, dice Gabriela, el tarot ya lo había dicho: Andrés Manuel (todos le hablan de tú) no iba a ganar la Presidencia; él está destinado a algo mucho más importante. ¿Qué? “Nosotros, los ciudadanos... Nos ha enseñado a defendernos”.

No hay comentarios:

Escándalos de Luis Mendoza Acevedo