lunes, 27 de abril de 2009

Lectora de la Jornada Demanda información veraz ante la influenza

Soy historiadora y me he dedicado a estudiar el impacto y propagación de las epidemias en México en los siglos 18 y 19. La viruela, sarampión, matlazahuatl, tifo y el cólera fueron graves epidemias del pasado que causaron numerosos muertos. Fueron terribles epidemias y pandemias, cuyos brotes ya no se presentan gracias al descubrimiento de los antibióticos, las vacunas, el uso del DDT y las medidas generales de higiene. Sin embargo, a pesar de todos estos avances, no todos estamos a salvo, como se muestra ahora con esta nueva modalidad de epidemia de influenza porcina.

La noticia de esta epidemia, que puede convertirse en pandemia, la conocimos hasta el jueves 23 de abril, cuando se anunció acertadamente la alerta sanitaria en el DF y estado de México, suspendiéndose las actividades escolares y públicas.

Es preocupante el comportamiento de esta epidemia y su crecimiento súbito en unos cuantos días, que ha sorprendido a especialistas en la materia y la sociedad mexicana. Al parecer, los primeros casos de la enfermedad se detectaron en marzo de este año. Según las cifras oficiales hasta el domingo 26 de abril, se tienen mil 324 enfermos y 103 muertos. ¿Por qué hasta ahora se implementaron los cercos sanitarios y no antes? ¿Tiene que haber una alerta mundial por parte de la Organización Mundial de la Salud para que reaccionemos?

A diferencia de la viruela, peste, cólera y tifo de los siglos 16 y 19, la influenza afortunadamente es curable si el enfermo recibe una pronta atención médica. Entonces, ¿por qué lamentablemente ya se tienen tantos decesos? Los decretos, cercos sanitarios y cultura de prevención son medidas acertadas ante estas situaciones de emergencia. La sociedad demanda información veraz y científica para contener esta epidemia.

América Molina, investigadora del CIESAS

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