viernes, 16 de enero de 2009

México, entre crecimiento de 0.7 y contracción de 1.2%: ONU

Rápida desaceleración del comercio, fuerte contracción crediticia y recesión en 2009, perfila

■ Pronostica un significativo retroceso en América Latina, cuya situación es “muy complicada”

Juan Antonio Zúñiga

En el contexto de la “peor crisis financiera desde la década de 1930”, la perspectiva económica de México para 2009 transita de un escenario optimista de 0.7 por ciento de crecimiento a otro con claros riesgos a la baja expresados en una contracción de 1.2 por ciento en su producto interno bruto (PIB), estimó Robert Vos, director del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Al presentar el informe del organismo sobre la Situación y perspectivas para la economía mundial 2009, el especialista advirtió que se han destinado 11 billones de dólares de fondos públicos, 20 por ciento del producto mundial, para reactivar el sistema financiero, pero “todavía estamos corriendo detrás de los hechos”, la crisis se ha profundizado y el costo de no actuar con efectividad será cada vez mayor.

El informe de Naciones Unidas alerta sobre un “rápido desmoronamiento de las condiciones económicas internacionales”: el crecimiento del comercio se desacelera rápidamente, se observa una fuerte contracción crediticia y la economía mundial se mueve hacia una recesión en 2009, dentro de una contracción del producto mundial. Se trata, apunta, del “final de un boom económico mundialmente insostenible”.

Robert Vos explicó que bajo un escenario optimista, el producto mundial tendrá un crecimiento de uno por ciento en 2009, pero hay elementos suficientes para prever que “la economía global se acerca a una recesión”, por lo que es muy probable que decrezca en 2009. El comercio mundial se desacelera rápidamente también, y pasará de un crecimiento de 4.4 por ciento en 2008 a otro de 2.1 este año, con lo que se afectarán negativamente las perspectivas de crecimiento de los países en desarrollo.

Bajo estas condiciones, la economía de Brasil reducirá su tasa de crecimiento esperada para 2009 de 2.9 a 0.5 por ciento; la de China se ajustará de 8.4 a 7; la de India de 7 a 4.7 por ciento; la de México pasará de un escenario optimista de 0.7 por ciento de elevación a otro de 1.2 por ciento de decrecimiento; mientras Rusia bajaría de 4.8 a 2.5 la tasa de elevación de su producto interno bruto.

Más que incierto, el panorama económico mundial delineado por la ONU para 2009 parece lúgubre. El organismo considera que “la economía mundial se encuentra anegada en la peor crisis financiera desde la gran depresión”, y sintetiza: “lo que pareció una grieta en el mercado inmobiliario de Estados Unidos durante el verano de 2007 se vislumbra ahora más claramente como una profunda fisura del sistema financiero global, causando el desmoronamiento de importantes instituciones bancarias, la caída en picada de los mercados de valores y un congelamiento crediticio generalizado”.

Robert Vos criticó que al comienzo “no todo mundo reconoció el carácter e importancia de la crisis. Se tomó conciencia un poco tarde, cuando ya la desconfianza se había asentado y la crisis crecía”. En este sentido, el informe de la ONU señala: “Los responsables de política económica a lo ancho del mundo subestimaron inicialmente la profundidad y el alcance de la crisis actual. De allí que sus acciones de política se quedaran cortas y resultaran, al menos en sus primeros intentos, totalmente inadecuadas para afrontar una crisis de esta naturaleza”.

Fue en septiembre de 2008, con la intensificación del desmoronamiento y la enorme destrucción de activos financieros, cuando “los responsables de políticas se mostraron más inclinados hacia un enfoque integral y con un nivel de coordinación internacional más decidido para enfrentar la crisis”, reseña el organismo en su informe.

Pero existe la percepción de que se ha actuado tarde, “todavía estamos corriendo detrás de las cosas. La crisis se ha profundizado y el costo será mayor; la destrucción de activos financieros es enorme”, acotó Vos.

Las perspectivas apuntan hacia una mayor relajación de las políticas monetarias para 2009, avizora la ONU. “Considerando que la confianza de los inversionistas está seriamente afectada y que los bancos se muestran reticentes a ofrecer préstamos, continuar bajando las tasas de interés no contribuirá a reactivar el crédito a los sectores productivos ni a alentar el gasto privado. De hecho, medidas de este tipo acabarán simplemente expandiendo la base monetaria al interior del sistema bancario”, sentencia.

En este proceso de expansión de la crisis, dice el informe de la ONU, los riesgos hacia los países en vías de desarrollo han aumentado a través de otros canales, ya que los inversionistas extranjeros han empezado a retirar fondos de las economías emergentes, en sus esfuerzos para reducir el grado de apalancamiento financiero. En este contexto se espera una significativa desaceleración económica de América Latina en 2009.

Jorge Máttar, director en México de la subsede regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, apuntó que el sector privado está más expuesto que el público a la necesidad de liquidez en el ámbito internacional por la elevada contratación de deuda externa de los últimos años. El sector privado se endeudó más que el público y ahora tiene mayor necesidad de financiamiento que aquél, dijo.

Evaluó que la región se encuentra en una “situación económica y social muy complicada, como no se había visto en décadas”. Está por verse la magnitud de la crisis, advirtió Máttar.

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