viernes, 10 de octubre de 2008

Necesidad de oir otra cosa.

Semanas se han acumulado en las que la crisis financiera mundial ocupan la mayoría de los espacios noticiosos.

A cada rato y a veces con la voz quebrada de los locutores, anuncian los índices de las bolsas de valores y la cotización del peso frente al dólar.

Y nos imponen su pánico. Hoy creo que es involuntario, pero ellos saben que es útil.

Esta crisis ya se venía anunciando desde hace, al menos, un par de años. Se agotó el modelo neoliberal, salvaje, insensible, estúpido.

Y las malas noticias parece que seguirán hasta que en Estados Unidos haya un Presidente, que todo parece indicar que será Barak Obama y le diga al mundo : ¡This way!

Mientras, tímidamente, se está gestando un nuevo orden. Los gringos, adalides de la libertad de mercado, saben que su país no volverá jamás a ser el mismo de hace tres meses.

Y esta pérdida de la esperanza, alimentará la revuelta social, que no necesariamente será sólo callejera. Y no habremos de esperar mucho para que esto ocurra.

Y los cambios cualitativos que nos hacen abrigar esperanzas en un futuro justo, se empiezan a vislumbrar : en Estados Unidos, los bancos están a punto de nacionalizarse. Y cuando esto ocurra, el Pais que impuso "su" capitalismo a todo el mundo, girará hacia la izquierda, como la única posibilidad de salvación.

Los habitantes del mundo dejamos las decisiones económicas -desde hace más de dos décadas-, en manos de unos "gerentillos" ineptos y ladrones. Nunca les pedimos cuentas y aquí está el resultado: la camarilla neoliberal empieza a ser perseguida por sus malos manejos hoy. Mañana lo será por traicionar a los pueblos que les dieron su confianza.

El parto será duro. Los dolores ya empezaron. Pero el dolor del parto siempre es un dolor de esperanza, porque el sacrificio vale la pena.

Y para acelerar estos cambios que se están gestando, debemos seguir organizados.

Unirnos también para tomar medidas colecivas que nos permitan afrontar la crisis que viene, también en "fecalandia", y nos protejamos colectivamente. Las cooperativas de consumo por barrio, colonia o cuadra, son un buen comienzo.

Y como creo que me quedaré con las ganas de creeerle al discurso "fecalense" de fiesta de fin de año de sucursal de compañía transnacional, estudiemos a fondo y difundamos el mensaje de AMLO y las recomendaciones que hace a las familias. Aplíquemoslo en nuestro entorno.

Andrés Manuel sí sabe que la mayoría de los mexicanos no está preocupada por no poder pagar la letra mensual del BMW, sino por allegarse aquellos recursos que son indispensables para "completar el gasto". Y esta visión, es la del México de a de veras. La mia y la tuya.

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